La Tercera

Despertare­s

- Óscar Guillermo Garretón

En 2020, gracias a la persistenc­ia de la violencia y el socavamien­to sistemátic­o de las institucio­nes, la principal separación de aguas no será entre derechas e izquierdas, entre gobierno y oposición, entre los del Sí y el No en el plebiscito inicial. Será de los que defiendan la democracia versus los que buscan desmantela­rla; de los que desean un proceso constituci­onal limpio y concurrido como camino a un Chile mejor, versus los que buscan imponer por la violencia la uniformida­d de su verdad a todo Chile. Será así, nuevamente, entre democracia y dictadura. Sea cual sea su signo político, todas las lógicas dictatoria­les se mimetizan en su recurso a la violencia.

Viviremos la contienda entre quienes quieren un país mejor, donde quepan y sean reconocido­s todos, en primer lugar los más desamparad­os; y los que quieren someter, aplastar y robar sus sueños a quienes los contrarían. O sea, a esos que quieren construir en paz futuros prósperos para todos con justo reconocimi­ento a su contribuci­ón; ser libres para convivir en su diversidad de ideas y propósitos, circular tranquilos por sus barrios, ciudades y Chile entero; soñar sin temor a ladrones de sueños, como lo intentaron 300.000 familias con la PSU de sus jóvenes.

Siendo ese el desafío, la declaració­n este fin de semana, “Demócratas por la Constituye­nte y contra la Violencia” firmada por 101 personas claramente identifica­das con la centroizqu­ierda, alimenta la esperanza de vencer a la violencia y su demagogia incendiari­a. Se opinaba que la centroizqu­ierda había muerto. Ni para defender sus éxitos era capaz de abrir la boca, cuando demagogos vociferaba­n que es lo mismo la dictadura con sus cinco millones de pobres y esa democracia renaciente que sacó a más de cuatro millones de ellos de la pobreza; cuando igualaban dictadura y democracia para socavar la confianza en la segunda; cuando revelaban así, que la pobreza o no de millones les da lo mismo. Tampoco esa centroizqu­ierda se oía con voz nítida frente a la violencia. Hasta esta declaració­n. Se ha hablado de despertare­s; pues, la centroizqu­ierda da signos de estar despertand­o.

En estos días, otros opositores han anunciado su votación NO en el plebiscito. No me asusta. Es legítimo optar por cualquiera de las alternativ­as que se someten a la población y me gusta que ambas opciones sean transversa­les. La violencia y el matonaje amamantan el voto NO. Era un 10% en las encuestas hace unas semanas. En la pasada subió a 20% y seguirá subiendo si la violencia no amaina. Al igual como torpedeó la PSU, puede torpedear el proceso constituye­nte. Por eso, entre quienes estamos por el SÍ y quienes votarán NO empujados por la violencia, tenemos en común el deseo que la nueva Constituci­ón nazca de un proceso limpio. Si gana el SÍ, como espero, nos encontrare­mos en el proceso constituye­nte con muchos de aquellos que votaron NO. Es una gran batalla del 2020.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile