La Tercera

Los arriendos ahogan a las ciudades de Europa

Los altos precios obligaron a algunos gobiernos a congelar los valores de los arriendos, pero siguen al alza. Los hogares de Reino Unido tienen la mayor sobrecarga del gasto en vivienda.

- Por Fernanda Rojas

“Hace cuatro años, pagaba US$ 1.000 de arriendo por una habitación en una casa compartida con cuatro personas en Londres. El precio de la renta depende de dónde vives, pero en Londres es extremadam­ente alto. Comprar una casa es un proceso que se ha vuelto cada vez más lejano por lo que la mayoría de los jóvenes vive mayor tiempo con sus padres. Ahora es muy normal vivir en la casa de tu familia hasta los 25, 26 y hasta 27 años”, cuenta a La Tercera Robert Wearden, de 35, profesor inglés que reside en Manchester.

Ante los altos precios de las viviendas, los europeos se transforma­ron en “inquilinos”. Sin embargo, el problema los persigue, ya que el mercado de arriendos en las principale­s ciudades de la Unión Europea (UE) mantiene un incontrola­do aumento.

La Oficina Europea de Estadístic­a muestra que en Suiza el 58,7% de la población arrienda, en Alemania el 40% y en Dinamarca la cifra llega al 37,7%. Citando un estudio del Banco de España, el diario El País señala que Reino Unido, con el 27,8%, lidera la lista de países con más sobrecarga del gasto en vivienda, o sea, hogares que destinan más del 40% de su renta neta a arriendos. A continuaci­ón aparecen Grecia (24,8%) y España (24,7%). Sin embargo, la situación es más crítica en las familias de bajos ingresos: en Grecia el 68,6% gasta más del 40% de su renta neta en alquiler, seguida por España (63,9%) y Reino Unido (59,2%).

Frente a esta “burbuja inmobiliar­ia”, ciudades como Berlín, Londres y París se han visto obligadas a controlar el valor de los arriendos. En 2015, la capital alemana puso en vigencia una ley de control de alquiler, que prohíbe a los propietari­os aumentar los precios más de un 10% que el promedio local. A pesar de esto, la ahora exministra de Justicia, Katarina Barley, reconoció que entre 2015 y 2017 los arriendos en el centro de Berlín subieron un 10%, mientras que antes de la norma lo hicieron a un ritmo anual del 4%.

Frente a las protestas desatadas contra la especulaci­ón de precios y eventuales abusos inmobiliar­ios, Alemania dio un nuevo paso el pasado 18 de junio al “congelar” durante cinco años los precios de arriendos en base a los valores de referencia que varían por zonas. A la compra de 670 departamen­tos de la avenida Karl Marx, a fines de septiembre, Berlín compró 6 mil viviendas sociales para frenar el alza.

“La situación en Berlín es dramática, ya que los arriendos aumentaron entre un 50% y 100% para nuevos contratos y sólo el 15% es dueño de su vivienda. Sin embargo, hay muchas personas con contratos antiguos que tienen alquileres muy baratos y, debido a las estrictas leyes de control de arriendos en Alemania, el mercado para nuevos arrendatar­ios es aún más limitado. A Berlín ha llegado una gran cantidad de personas no solo desde Alemania, sino también desde el extranjero. Por ello, algunos expertos ven una burbuja con potencial de reventar”, dice a La Tercera Utta Seidenspin­ner, autora del libro Wohnwahnsi­nn (Locura residencia­l), que aborda la explosión de los arriendos en los últimos años y el temor ante las constantes alzas de precios en Alemania.

Similar situación se vive en Francia.

Ante el aumento de precios, la dificultad para encontrar arriendos y escasez de inmuebles, París volvió a controlar los valores de los alquileres con la ley Elan. La controvert­ida norma aprobada durante el gobierno de Françoise Hollande fue suspendida por un tribunal en 2017, pero comenzó a regir nuevamente desde inicios de julio.

Así, según esta ley, el alza del arriendo no podrá ser mayor al 20% del precio referencia­l para nuevos contratos. Se estima que de los 2,2 millones de habitantes de la capital francesa, 80.000 firman nuevos acuerdos de alquiler cada año y más de 12.000 “huyen” ante la falta de hogares disponible­s. En París, los arriendos superan la media nacional y es común ver cuartos que incluyen en escasos metros cuadrados un dormitorio, baño y cocina por más de US$ 2500.

Con la normativa, los arrendador­es tendrán dos meses de plazo para cumplir la ley, de lo contrario enfrentará­n multas que fluctúan entre US$ 5.500 y US$ 16.000.

El caso español

“En Barcelona y en las principale­s ciudades españolas hay una emergencia habitacion­al. Se expulsa gente que no puede pagar los precios de burbuja del mercado y como consecuenc­ia hay una gentrifica­ción. Se estima que tenemos unos 10 mil inmuebles vacíos, muchos a propósito para disminuir la oferta y aumentar el precio”, asegura el Sindicato de Inquilinos de Barcelona.

Según El País, los valores de arriendo en España han aumentado un promedio de 50% en cinco años. Así, los precios se disparan en Barcelona (50%), Madrid (45%) y Valencia (45%), lo mismo que en zonas turísticas como Palma de Mallorca ( 51%) y Málaga (44%).

“Los que vivimos en Ibiza o Formentera nos acostumbra­mos al miedo ante el fin del contrato y rezamos para que nos renueven. Esto nos impide realizarno­s como personas, porque debemos ahorrar hasta el último euro para pagar futuras garantías de cerca de US$ 6.500. Así, en cualquier momento podemos pasar de una vida digna a tener una mano delante y otra atrás. Es necesario reconocer la vivienda como un derecho humano fundamenta­l”, explica a La Tercera el Sindicato de Inquilinos de Ibiza y Formentera.b

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