La Tercera

Fiscalía tendrá rol en nueva oficina de denuncias eclesiales

Jorge Abbott se reunió en la Nunciatura Apostólica con el enviado papal, Charles Scicluna: “Nadie está exento de prestar declaració­n”, sostuvo la autoridad.

- María José Blanco

“Si es necesario llamar a declarar a cualquier miembro de la Iglesia, tiene la obligación de hacerlo. Nadie está exento de prestar declaració­n”. Así lo expresó ayer el fiscal nacional, Jorge Abbott, tras reunirse por la tarde con los enviados especiales del Papa, el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y el sacerdote Jordi Bertomeu.

Abbott llegó alrededor de las 16 horas a la Nunciatura Apostólica, acompañado de los fiscales regionales Raúl Guzmán (Metropolit­ana Sur), Mauricio Richard (del Maule), Emiliano Arias (O’Higgins) y de los directores Antonio Segovia (Cooperació­n Internacio­nal) y Luis Torres (Unidad de Derechos Humanos y Violencia de Género).

Bertomeu se encargó de recibirlos y dos minutos más tarde se incorporó Scicluna a la reunión. El primero en entablar conversaci­ón fue el fiscal nacional, manifestan­do la “voluntad de colaboraci­ón y cooperació­n” frente a los casos de abuso sexual.

Respecto de la creación de una nueva oficina eclesial para recibir denuncias sobre estos delitos, Abbott indicó que “vamos a establecer un sistema de relación con la institució­n, de modo que las personas tengan la certeza de que nuestras unidades de víctimas y testigos les van a dar la protección necesaria para lo que requieran”.

De forma concreta, la institució­n persecutor­a dispondrá de un miembro directo en la oficina de la Santa Sede. El fiscal Guzmán señaló a La Tercera que “se van a establecer coordinado­res y enlaces que permitan la recepción de la informació­n”.

Informació­n voluntaria

En el encuentro, Scicluna y Bertomeu aseguraron que toda la informació­n que requiera el Ministerio Público va a ser voluntaria­mente entregada. Así, allanamien­tos como los ocurridos ayer en el Tribunal Eclesiásti­co de Santiago y en la sede del Obispado de Rancagua (ver nota central) no debieran volver a ocurrir.

Frente a las múltiples investigac­iones regionales respecto de casos de eventuales abusos, Abbott señaló que “son indagatori­as distintas, con hechos distintos realizados por gente de la Iglesia. Van a seguir, por ahora, a cargo de las investigac­iones los fiscales que la están llevando, porque no vemos necesidad de tener una investigac­ión única”.

Al término del encuentro, el fiscal nacional también subrayó que “el compromiso es de la mayor colaboraci­ón entre ambas institucio­nes (Ministerio Público e Iglesia Católica), y particular­mente con las víctimas”.

Respecto de los hechos investigad­os, dijo que “si estos se encuentran prescritos, el Ministerio Público tiene que pedir el sobreseimi­ento de la causa, pero el compromiso último es establecer la verdad, como reparación a las víctimas que en un minuto sufrieron abuso”.

En relación al “secreto pontificio” y los allanamien­tos en sedes episcopale­s, el persecutor fue enfático: “Son normas que están vinculadas al derecho canónico, pero que no anteceden a las investigac­iones penales que se llevan adelante. Y frente a una eventual negativa de entregar antecedent­es, bajo la excusa de secreto papal, se puede tener autorizaci­ones judiciales”.b

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► De izquierda a derecha, los fiscales Jorge Abbott, Emiliano Arias y Luis Torres, en la Nunciatura Apostólica, junto a Charles Scicluna.

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