La Tercera

“Sueldo emocional” cobra cada día más relevancia entre trabajador­es

El concepto poco a poco se hace más conocido, y se traduce en los beneficios extras que entregan las empresas, no considerad­os en el salario monetario. Estudio dice que empleados con más de 20 beneficios en el trabajo, como vacaciones extras o salir tempr

- Paulina Sepúlveda Garrido.

Equilibrar la vida profesiona­l y personal con horarios flexibles, o salir un día a la semana más temprano, son ejemplos del llamado “sueldo o salario emocional”, concepto que gana terreno en el mundo laboral y que múltiples estudios resaltan como relevante para tener empleados motivados y productivo­s.

Las empresas que ofrecen a su fuerza de trabajo más salario emocional aumentan proporcion­almente la satisfacci­ón de sus empleados. Es lo que comprobó el Índice de Calidad de Vida Laboral de Sodexo, que en su última versión, publicada esta semana, muestra que los trabajador­es que tienen entre uno y nueve beneficios laborales alcanzan sólo un 40% de satisfacci­ón laboral (consideran­do que el tope de satisfacci­ón laboral es 100%). En los que tienen entre 10 y 19 beneficios la satisfacci­ón sube a 55%, y entre los que tienen más de 20, se eleva a 74%. “Esto respalda que existe una relación directa entre la cantidad de beneficios (salario emocional) y la satisfacci­ón laboral”, dice Jorge Martel, director de Marketing e Innovación de Sodexo.

Lo bueno, agrega, es que el 48% de los entrevista­dos declara tener entre 10 y 19 beneficios y el 27%, más de 20.

Pero según Raúl Berríos, sicólogo especialis­ta en relaciones interperso­nales en organizaci­ones de la U. de Santiago, el tema no sólo se reduce al número de beneficios, sino también al tipo y aplicación de estos.

En términos sencillos, explica, las personas tienen ciertas expectativ­as de lo que una empresa les puede entregar. Una es el salario monetario, “pero también esperan otras cosas, como seguridad, desarrollo profesiona­l y aprendizaj­e. El paquete de beneficios apunta justamente a cubrir esas necesidade­s”. De modo que “en la medida en que las condicione­s laborales cubran de mejor forma las expectativ­as de una persona, su ajuste a la empresa es mejor, y como resultado las personas se sienten más satisfecha­s”, indica.

Las posibilida­des de desarrollo de sueldo emocional son amplias, agrega. “Puede incluir cuestiones subjetivas, como autonomía en el puesto de trabajo, y también cuestiones objetivas, como esquemas contractua­les que faciliten flexibilid­ad horaria”, precisa.

Son tan relevantes los beneficios que componen el sueldo emocional, que solo la recordació­n de éstos aumenta la satisfacci­ón laboral, “independie­nte de su uso, lo que es una señal de que la empresa pone atención a sus colaborado­res”, dice Martel. En este sentido, juega un rol fundamenta­l en la compañía la comunicaci­ón que se haga de ellos.

Para el investigad­or de la Facultad de Comunicaci­ones UC, Daniel Halpern, es un aspecto que introdujer­on los millennial­s. “Ellos resignific­aron lo que era el bienestar laboral”, aclara.

Antes, para los tradiciona­listas o los nacidos antes de 1945, dice Halpern, trabajar era un deber y estaban agradecido­s por tener trabajo. Luego los baby boomer, nacidos hasta 1964, se enfocaron más en el dinero y lo importante era sacrificar­se y no pasarlo bien en el trabajo. “Pero luego los X (nacidos hasta el 79), son una generación que quiere ir a los actos del colegio de los hijos o jugar tenis, pero deja la raqueta en el auto para que nadie se dé cuenta. En cambio, el millenials va con la raqueta, porque considera que el trabajo tiene que ser el lugar ideal. Por eso, para mí el sueldo emocional no existe, porque si se aprende cuáles son las cosas que les interesa, es la gestión correcta que se debería implementa­r siempre”, sostiene.

Estables en el tiempo

El salario emocional es una conceptual­ización reciente que agrupa todos los beneficios que no generan un gasto económico directo a la empresa, dice Berríos. Explica que una acción única y aislada no tendrá impacto a mediano o largo plazo. Se debe crear una estrategia integral para garantizar continuida­d. “Un buen clima, un jefe-persona, o flexibilid­ad horaria ejemplific­an el salario emocional, que tiene un impacto importante en el compromiso e involucram­iento de las personas en su trabajo”, señala.

Además, ayuda en la reducción de conductas indeseadas en el trabajo, dice el sicólogo. “Para los trabajador­es, el salario emocional les permite visualizar que su organizaci­ón comprende y gestiona su realidad como una persona integral. Un colaborado­r necesita que lo vean como trabajador, padre, etc.”, plantea.

Por ello, una empresa que no recompensa a sus empleados con un salario emocional pierde ventaja competitiv­a y corre el riesgo de perder talento. ¿Están consciente­s de ello las empresas chilenas? “Sí, aunque no están aumentando la cantidad de beneficios, ya que vemos que el promedio se mantiene estable”, manifiesta Martel en alusión a las últimas versiones de su estudio, pero reconoce que se han mantenido en el tiempo.b

“Existe una relación directa entre la cantidad de beneficios y la satisfacci­ón laboral”.

JORGE MARTEL SODEXO

“Los millennial­s resignific­aron lo que era el bienestar laboral”.

DANIEL HALPERN

UNIVERSIDA­D CATÓLICA

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