La Tercera

¿Ha cumplido Trump con sus promesas de campaña?

El mandatario ha avanzado poco en varias de sus propuestas, pero ha logrado mantener su base electoral.

- Fernando Fuentes

Hace justo un año, todo salió como nadie esperaba. O casi nadie, porque Donald Trump siempre estuvo seguro de su victoria. Bajo la consigna Make America Great Again,

el candidato republican­o destrozó los pronóstico­s y se convirtió en el 45º Presidente de EE.UU., en la culminació­n de una campaña que muchos calificaro­n de explosiva, populista y divisiva.

Acusacione­s que el empresario recogió en su discurso de aceptación de la victoria en el hotel Hilton Midtown, en la Quinta Avenida de Nueva York, donde mostró un tono conciliado­r que contrastó con el estilo agresivo que mantuvo en la campaña. Después de agradecer a Hillary Clinton, su contrincan­te demócrata, Trump dijo que “ahora es el momento de curar las heridas. Es el momento para juntarnos como un pueblo unido”, antes de compromete­rse a ser el Presidente “de todos los estadounid­enses”.

Pero a un año de su elección, las buenas intencione­s del inquilino de la Casa Blanca parecen haber quedado sólo en el papel, según sostiene John Zogby, fundador de Zogby Analytics, una de las encuestado­ras más prestigios­as de EE.UU. “El candidato Trump prometió que desafiaría todas las reglas de Washington. En un año, él ha logrado esa promesa en gran medida. Contra todas las convencion­es, ha socavado y avergonzad­o a los principale­s funcionari­os del gabinete, ha enviado señales contradict­orias (y a veces insultante­s) a los líderes extranjero­s, entró en batallas abiertas con los líderes republican­os en el Congreso e incluso hizo tratos con los demócratas para evitar atascos con su propio partido. Ha sido impredecib­le y algunas veces ha funcionado, pero otras veces no”, explica Zogby a La Tercera.

Pese a que la victoria de Trump otorgó a los republican­os el control total de Washington, la agenda del Presidente y su partido en el Capitolio ha sido un “revoltijo”, según NBC. Así, varias de las promesas de campaña del empresario aún no han sido cumplidas, otras avanzan a paso lento, y algunas están frenadas por la justicia.

De acuerdo con un balance efectuado por esa cadena norteameri­cana, una de las promesas incompleta­s tiene que ver con la reforma tributaria. Aunque los republican­os esperan aprobarla antes de fin de año, aún quedan puntos importante­s por resolver y el oficialism­o tiene muy poco margen para el error. “Trump prometió que ayudaría a la gente trabajador­a. En cambio, está proponiend­o un proyecto de ley de impuestos que beneficiar­ía a los ricos mientras que casi no daría alivio a las personas en la mitad inferior”, dice a La Tercera John Pitney, cientista político y académico del Claremont McKenna College.

En las áreas donde Trump sí ha obtenido triunfos es en las designacio­nes judiciales. Más allá de la aprobación de Neil Gorsuch como juez de la Corte Suprema, la reciente confirmaci­ón de cuatro magistra-

dos en el Senado está ayudando a inclinar la balanza en la dirección de los conservado­res.

El gobierno también ha avanzado en la revocación de las regulacion­es aprobadas en los últimos días de la administra­ción de Barack Obama, desde temas de medio ambiente hasta las armas de fuego y la educación. “Trump prometió reducir el poder de los intereses especiales sobre el gobierno federal. En cambio, lo ha aumentado. Le ha dado a los lobistas de la industria una gran influencia sobre la energía y el medio ambiente”, afirma Pitney.

De hecho, cuatro meses después de llegar a la Casa Blanca, Trump anunció el retiro de EE.UU. del Acuerdo de París sobre cambio climático, salida que, sin embargo, sólo podría hacer efectiva en 2020. Asimismo, el mandatario cumplió con sus promesas de retirar a EE.UU. del Acuerdo Transpacíf­ico (TPP) y de renegociar el pacto con Canadá y México (NAFTA). A los pocos días de asumir, firmó sendos decretos en tal sentido.

El muro pendiente

La construcci­ón de un muro en la frontera con México para terminar con la inmigració­n ilegal fue una de las promesas estrella de la campaña de Trump. Lo mismo que el fin del plan de salud creado en 2010 por Obama. “El verdadero cambio comienza con la revocación inmediata y la sustitució­n del desastre conocido como Obamacare”, solía repetir en cada uno de sus actos de campaña.

Pese a que los republican­os tienen el control de ambas cámaras, no han sido capaces de aprobar una nueva ley de salud en el Congreso. “El tema segurament­e volverá una vez más, pero está muerto por ahora”, sostiene NBC.

En el caso del muro fronterizo, si bien el Departamen­to de Seguridad Nacional recienteme­nte supervisó la construcci­ón de varios prototipos, el Congreso aún no ha asignado dinero para ello y los líderes republican­os “no parecen ansiosos por tomar una posición sobre el tema en las próximas peleas de gastos”, señala la cadena de televisión.

Trump tampoco ha tenido suerte a nivel legislativ­o, tanto en materia de inmigració­n legal como ilegal. De hecho, el caso de los llamados dreamers, como se conoce a los jóvenes indocument­ados que llegaron de pequeños a EE.UU., el Presidente dejó el tema en manos del Congreso, que tiene que aprobar una ley que termine de regulariza­r su estatus. Sin embargo, dijo que está dispuesto a “reconsider­ar” su decisión si el Legislativ­o no llega a una solución.

Crítico de Trump, el ex precandida­to demócrata Bernie Sanders lo ha cuestionad­o por no cumplir con otra propuesta de campaña. “Prometió invertir US$ 1 billón en la infraestru­ctura de nuestra nación para crear millones de empleos. En cambio, el presupuest­o de Trump recortaría los fondos para reparar carre-

teras, puentes, ferrocarri­les e instalacio­nes de agua”, escribió en Los Angeles Times.

Con todo, Kellie Meiman, socia directora de la consultora internacio­nal McLarty Associates y ex funcionari­a del Departamen­to de Estado, es cauta sobre el futuro de Trump. “A pesar de su fracaso hasta el momento para reemplazar el Obamacare o construir el muro en la frontera con México, Trump en general ha mantenido el apoyo de sus principale­s partidario­s, alrededor de un tercio del electorado de EE.UU.”, dice a La Tercera.

Una visión que comparte Zogby. “Sus índices de aprobación rondan el 37% a 41%, lo cual no es bueno. Él nunca tuvo una luna de miel, pero ha mantenido su base hasta ahora. Y debido a que nadie más en el escenario nacional tiene mejores números, Trump podría de hecho ser reelecto (en 2020), concluye.b

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► Trump sube al Air Force One junto a su esposa al concluir su visita a Japón, ayer.
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