La Tercera

El legado

- Sergio I. Melnick @melnickser­gio

Una de las nuevas manifestac­iones de la posverdad, es el intento actual de fabricar un legado personal que no es tal, al menos como lo plantean. Nada de la dura realidad es blanco y negro, sino lleno de grises. Probableme­nte las tres causales del aborto pueden ser un legado, la Ley Ricarte Soto, o el manejo del tema energético, pero hasta ese ministro exitoso abandonó el gobierno.

Hay quienes señalan que el cambio del binominal es un logro, pero está por verse en la práctica. El aumento de parlamenta­rios era a todas luces innecesari­o, y la atomizació­n política que hoy alcanza más de 30 partidos amenaza con serios problemas de gobernabil­idad al próximo gobierno, sea éste cual sea. En mi opinión, el balance general de su gobierno simplement­e no es bueno. El país retrocedió.

Para su sector, logró destruir la cohesión de la centroizqu­ierda que ella misma articuló. La crisis DC-PC fue terminal. No lograron ni siquiera tener primarias, de las que tanto hablaron, y se les abrió un Frente Amplio por el flanco izquierdo, que nunca pensaron y que genera una polarizaci­ón que habíamos olvidado.

En educación, jamás se entró al tema propiament­e tal. Su posición fue esencialme­nte ideologiza­da, basada en la propiedad, la contabilid­ad y el poder, pero jamás dijo una sola palabra de qué es la calidad de la educación en el siglo 21. Hizo un ataque destemplad­o y sistemátic­o a la educación privada, simbolizad­a en la poco feliz frase de los patines. Obligó a muchos colegios subvencion­ados a entrar a la gratuidad, hizo promesas de financiami­ento y al segundo año simplement­e no cumplió. Fue todo un engaño del que tendrán que hacerse cargo los gobiernos que vienen, pero después de una farra pública que nos dejó sin recursos.

Para la gratuidad en educación superior, fue incapaz de hacer una ley y usó los resquicios legales de la Ley de Presupuest­os. Esto abre muchas incertidum­bres. Lo concreto es que el déficit que genera en las entidades educaciona­les irá deterioran­do sistemátic­amente la calidad de la educación.

En la economía fue lamentable. Tras su periodo hay una fuerte caída del ahorro y la inversión nacional, bajando el crecimient­o de tendencia, lo que es muy delicado. La grosera deuda pública se usó para pagar gastos corrientes y se elevó a cifras históricas. Nos hipotecó, pero sin la casa.También cayó la productivi­dad. El déficit fiscal que se hereda podría tomar varios años en recuperars­e con fuerte reducción del gasto. Su gobierno contrató a más de 100.000 funcionari­os. Por cierto, no hubo inversión relevante en infraestru­ctura. La prueba de ir sin destino claro fue el inédito récord desde 1990 de tener tres ministros de Hacienda.

La salud tuvo el mayor gasto histórico que se conoce y sin embargo empeoró. No hizo los hospitales y camas que prometió, aumentaron las colas de atención de la salud pública, faltan especialid­ades, en fin. Murieron 20.000 personas esperando atención.

Tres ministros del Interior dicen mucho del manejo del gobierno. El creciente clima de polarizaci­ón, el escándalo Caval, las reformas con retroexcav­adora ampliament­e repudiadas por la población. Un récord histórico de rechazo al gobierno, leyes mal hechas, aumento de la delincuenc­ia, crisis del Sename, de La Araucanía, un Censo que resultó peor al que criticó, y el escandalos­o uso del aparato estatal para perseguir adversario­s, como fue el tema del SII, incluso reconocido por el director jurídico de la institució­n, obviamente removido de inmediato.

El legado de Bachelet queda sintetizad­o en su desafortun­ada frase: “Cada día puede ser peor”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile