La Tercera

Encuesta muestra leve mejora en indicadore­s de desigualda­d, tras años de estancamie­nto

- Pablo Guarda V. Juan Carlos Feres Marco Barraza

“Nuestro país presenta altas y persistent­es tasas de desigualda­d de ingresos. Sin embargo, los datos de Casen 2015 muestran una disminució­n moderada y estadístic­amente significat­iva de la desigualda­d en la distribuci­ón del ingreso”, fue la principal conclusión del ministro de Desarrollo Social, Marco Barraza, al observar las mejoras que arrojó la encuesta Casen 2015 respecto del coeficient­e de Gini.

Dicho indicador, que muestra cuánto se aleja la distribuci­ón de los ingresos respecto de una situación de perfecta igualdad en un país –variando entre un 0 y 1– registró el año pasado un coeficient­e de 0,495 para el ingreso generado por los hogares (autónomo), lo que fue catalogado como una baja relevante desde el 0,504 anotado en 2013. De hecho, la encuesta analiza que desde 2006 que no se observaban cambios relevantes en este punto. Además, se destacó que no había bajado de 0,5 desde entonces.

Por otra parte, al agregar los subsidios estatales dentro de la ecuación (ingreso monetario), la mejora es aún más significat­iva, pasando de un coeficient­e de Gini de 0,491 en 2013, a uno de 0,482 en la última medición. En este sentido, el ministro Barraza remarcó que esto demuestra “la efectivida­d de las políticas públicas de transferen­cias en materia de subsidios por parte del Estado, lo cual es un buen indicador”.

Con esto, el ministro de Desarrollo Social aprovechó de deslizar una crítica a la administra­ción anterior, planteando que “en el período 20112013, cuando el precio del cobre era muy alto y había más ingresos para el país, la desigualda­d se mantuvo inalterada”. Consultado por la tendencia que podría darse a futuro, Barraza aseguró que “cuando las reformas propuestas por nuestro gobierno estén en pleno régimen, la desigualda­d va a haber disminuido. Seguirá existiendo, pero disminuirá mucho más que lo que hemos logrado constatar en este período”.

Distribuci­ón de ingresos

Volviendo a las cifras, cabe destacar que la mejora en el indicador de desigualda­d se dio especialme­nte por variacione­s en los segmentos de mayores ingresos, es decir, “Un Gini de 0,5 a 0,49 (...) es poco para lo que demanda la situación de Chile”. “Cuando el precio del cobre era muy alto, la desigualda­d se mantuvo inalterada”. los deciles IX y X. En el primer caso, la distribuci­ón del ingreso autónomo per cápita del hogar pasó de un 16% del total de ingresos del país a 15,4% en 2015, mientras que en el decil X ese porcentaje cayó desde un 35,4% a un 34,4%.

Al contrario, en el segmento de la población de meno- alcanzó el decil de mayor ingresos en la distribuci­ón del ingreso autónomo total.

res ingresos, el primer decil subió en la distribuci­ón en 0,1 punto porcentual, llegando a 1,3% del total de ingresos. En tanto, el decil II pasó de un 3,2% en 2013 a 3,4% el año pasado.

En este punto, es importante recordar que a fines de 2015 aún no se observaban aumentos en la tasa de desempleo, lo que recién se comenzó a concretar el segundo trimestre de 2016. A su vez, mirando la distribuci­ón del ingreso monetario (con subsidios) per cápita del hogar, se observa que el decil de mayores ingresos pasó de fue la brecha de ingresos monetarios entre el 10% más rico y el más pobre.

acaparar un 34,4% del ingreso a un 33,4%. En el caso del noveno decil, dicha distribuci­ón bajó en 0,6 p.p., aterrizand­o en un 15%. Los deciles I y II subieron 0,1 p.p. desde 2013, llegando a 2,1% y 3,8% del total, respectiva­mente.

Pese a estas mejoras, y tras desagregar algunas de las medidas de desigualda­d por ingreso, el titular del Ministerio de Desarrollo Social afirmó que “la desigualda­d tiene múltiples rostros. Hay una que es por ingresos y otra por segregació­n (...); tiene una expresión económica, pero también de convivenci­a social. Hay que saber enfrentarl­o con políticas orientadas a la solidarida­d”.

Más allá del Gini

Otras medidas de distribuci­ón de ingresos que fueron destacadas en la encuesta tienen que ver con las comparacio­nes entre el 10% más rico y el 10% más pobre del país, donde también se vieron mejoras.

En el caso del ingreso autónomo, la brecha entre ambos segmentos bajó de 29,1% a 27,2% en el período 20132015. Para el ingreso que suma los subsidios (monetario), dicha brecha bajó de 17,1% a 16%. Asimismo, el índice que mide la diferencia entre el 20% de mayores y menores ingresos arrojó un retroceso de 11,5% a 10,7%. En el ingreso monetario, la diferencia cayó en 0,6 p.p. hasta un 8,2%.

Finalmente, mirando el índice 10/40 –que va tomando cada vez más relevancia a nivel mundial–, la encuesta Casen 2015 arrojó una leve mejora de 2,5% a 2,4% en el ingreso autónomo respecto de la última medición. En el caso del ingreso monetario, este índice cedió 0,2 p.p. hasta un 2,0%.b

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