Clarín

Hartas del Zoom, armaron una biblioteca para el barrio

Son Alma y Lucía, de 10 y 11 años. El espacio está en el Museo del barrio. Con donaciones, ya tiene más de mil ejemplares para prestar, sin cargo.

- Karina Niebla kniebla@clarin.com

Lucía D’Anna, de 11 años, y Alma Braña, de 10, son primas, buenas lectoras e hijas de los creadores del Museo de Flores. Sin clases presencial­es durante meses, las nenas tuvieron la idea de pedir donaciones de libros y prestarlos gratis a los vecinos.

Un ritual repetido antaño que a los chicos de hoy puede sorprender y confundir. Federico (9) entra a la sala de pisos de madera, ojea los lomos de libros de colores, posa la mirada en uno, en otro, se decide. Saca de la hilera al elegido, se lo acerca a la biblioteca­ria. Se asombra de llevarse lo que quiere, de no tener que pagar nada. De ver, tocar y disfrutar algo que no viene en pantalla.

Está en una nueva biblioteca para chicos, la única que hay en Flores. Se llama Alfonsina Storni y pertenece al museo que lleva el nombre del barrio.

Los estantes repletos de títulos asemejan la sala a una librería, pero aquí el servicio es gratuito. Eso confunde a Federico, que vino acompañado por su padre pero esta vez no deberá pedirle “Por favor, comprame”.

La idea es de dos chicas que apenas lo superan en edad: Lucía D’Anna (11) y Alma Braña (10). Son primas, hijas de los fundadores del museo.

La madre de Alma, Mariana D’Anna, atiende la biblioteca junto a otro miembro de la institució­n, Nicolás Tatasciore. El otro protagonis­ta del proyecto es el barrio mismo: sus vecinos, que ya donaron 1.000 volúmenes y una estantería de madera.

“Fue mejor de lo que esperábamo­s, porque empezaron a llover libros: la gente donaba y donaba, y cada vez teníamos más”, festeja Lucía.

Recuerda que de chiquita le gustaba jugar a la biblioteca­ria. Y que veía que en el museo “había libros expuestos, pero que los chicos no podían tocar”. “Entonces Alma y yo les contamos a nuestros papás la idea”, repasa.

Ellas mismas hacen el proceso de selección y se quedan sólo con los libros que están en buenas condicione­s. El resultado es un mix entre viejo y nuevo, 800 volúmenes entre los que hay novelas de Harry Potter, tomos de Elige Tu Propia Aventura, historieta­s, encicloped­ias. Hasta ejemplares de la colección Robin Hood, la primera vía de acceso a la literatura para muchos argentinos.

Todo esto en un barrio fuerte en letras, de vecinos ilustres como Roberto Arlt, César Aira, Baldomero Fernández Moreno, la propia Alfonsina. “La elegimos para bautizar la biblioteca porque vivía en Flores”, dice Alma. “Y porque fue una antiprince­sa, una luchadora”, suma Lucía.

“Estamos hartas de Zoom’, nos decían Alma y Lucía. Con este proyecto quisimos volver al libro físico, de papel”, cuenta Roberto D’Anna, padre de Lucía y fundador del museo. Y sugiere: “Es una buena forma de sacar a los chicos de tanto videojuego. Buscamos que el libro vuelva a entrar a las casas, que los padres vuelvan a leerles a sus hijos”.

Este acostumbra­miento a las pantallas contrasta con el desacostum­bramiento a buscar un libro en una biblioteca.

“Al principio los chicos venían con timidez, no entendían cómo hacer o la diferencia con una librería -observa Roberto-. Les explicamos que pueden mirar los libros, elegir uno y llevárselo gratis a la casa, pero que a la semana deben devolverlo­s”.

Algunos pequeños lectores quieren quedarse a leer allí, pero los biblioteca­rios les explican que no se puede, por la pandemia. A Roberto le “sorprende que busquen sentarse y ponerse a leerlo”. “Es lindo verlos sonreír. Aunque esté el barbijo, lo vemos igual”.

La biblioteca abre de lunes a viernes de 11 a 13 y de 15 a 19, y sábados de 10 a 19. Está en el aula Edgardo Fornero del Museo Barrio de Flores, en Ramón Falcón 2207. El mail de la institució­n es: hola@museobarri­odeflores.com.ar ■

La idea fue abrir un espacio del Museo para reencontra­r a los chicos con el libro físico.

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Ya consiguier­on que los vecinos donaran mil libros.
JUANO TESONE Lucía y Alma. Ya consiguier­on que los vecinos donaran mil libros.
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FOTOS: JUANO TESONE Primas. Lucía y Alma, las creadoras de la biblioteca. Cuentan que se llama Alfonsina Storni, quien fue vecina de Flores.
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Ya hay desde encicloped­ias hasta historieta­s.
Tesoros donados. Ya hay desde encicloped­ias hasta historieta­s.

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