El desafío de editar libros independientes en el circuito del Oeste
Tres editoriales de Hurlingham, Moreno y La Matanza analizan el difícil momento de la actividad en la que se necesitan unos a los otros para poder seguir funcionando.
Subrayar con lápiz o lapicera, escribir
al margen, marcar con un señalador o la servilleta de un bar, olfatear la tinta negra de sus páginas: leer sigue siendo una experiencia
y el libro físico es el objeto elegido por varios a pesar de todas las tecnologías que quieren reemplazarlo.
Pero actualmente son pocos los lectores que pueden acceder a comprar un libro nuevo: según los datos de inflación del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) el precio de los libros y otros artículos de papelería aumentó un 227,1% entre diciembre de 2022 y diciembre de 2023.
A eso se suma el debate de la Ley Ómnibus que se dio a principios de febrero en el Congreso y que volvió a las Comisiones para ser evaluado nuevamente. Su artículo 60 había puesto en jaque la Ley 25.542 o Ley de Defensa de la Actividad Librera que les permite a los editores, importadores o representantes de libros fijar un precio uniforme de venta al público (PVP) de lo que se edite o importe.
Por todos esos motivos son cada vez más los consumidores que optan por comprarles a editoriales independientes y autogestivas. Además del factor económico, acuden a ellas porque encuentran un catálogo de escritores desconocidos o amateurs.
¿Cómo se da esta práctica en el circuito literario del Oeste del Conurbano? Clarín se comunicó con tres editoriales independientes para conocer su trabajo: Difusión alterna de Hurlingham, Ombligo Cuadrado Ediciones de Moreno y Editorial Mutanta de La Matanza.
Una visión compartida entre los tres proyectos es que se necesitan los unos de los otros para funcionar: se brindan capacitaciones mutuas en el mundo del negocio editorial, hacen talleres de encuadernación y también llevan sus ejemplares impresos a grandes y pequeños festivales de todo el país como la Feria del Libro, celebrada tradicionalmente en el predio de La Rural.
“Las editoriales independientes evolucionaron felizmente por entablar relaciones entre sí para seguir resistiendo", sostuvo Nadia Sol Caramella, editora de Difusión Alterna. El proyecto se trata de una ramificación de Escrituras Indie, un blog fundado en 2009 por un grupo de amigos que querían difundir sus propios escritos.
En su tienda virtual se puede acceder a un catálogo de 24 libros digitales y plaquetas (libros de pocas hojas) entre $1.000 y $3.000 que Nadia Sol se encarga de imprimir y armar manualmente desde su casa en Hurlingham. Entre los títulos disponibles están los trabajos de los escritores Fernando Bogado y Rita Gonzales Hesaynes.
A su vez, para Fabían Leppez, editor de Ombligo Cuadrado Ediciones que cuenta con un taller propio en Moreno donde imprimen y cosen libros, las editoriales independientes se enfrentan a un desafío histórico: captar la atención
La mayoría de los libros se venden entre $3.000 y $4.000.
de las librerías. “Los autores no son conocidos y por eso piensan que los textos no se van a vender", explicó.
El proyecto cumplió 10 años de existencia y hoy en día tiene más de 20 títulos propios, entre ellos una colección de libros de psicología, investigación e infantiles. En su tienda virtual los precios están entre los $3.000 y $4.000.
“Pensamos en quienes acceden a nuestros libros: no los podemos vender a $15.000”, coincidió Gael Inés de Editorial Mutanta que publica voces femeninas y por fuera de la "heteronormativa" (gays, lesbianas y personas trans).
En 2017 Mutanta dejó el armado artesanal de productos y decidió trabajar con una imprenta ubicada en Zona Sur, donde ya hicieron tres colecciones de libros con un promedio anual de 40 ejemplares cada una. Los precios oscilan entre los $2.000 y $4.500."Si bien nos profesionalizamos porque es la única manera de conseguir ganancias, no abandonamos el espíritu de lo comunitario", expresó el editor.w