El regreso de Pareto a San Isidro: de ídola en los Juegos al ambo en el hospital municipal
Su vida muta constantemente entre los desafíos deportivos y la estructura profesional. Junto a las horas que pasa como residente de traumatología y los entrenamientos olímpicos que se convirtieron en su motor para llegar y dar batalla en Tokio , la judoka Paula Pareto (35) logró fusionar dos de sus grandes pasiones y convivir en mundos que a simple vista parecen ser polos opuestos.
Luego de su participación en los Juegos Olímpicos, que la tuvieron en el país asiático hasta hace dos semanas y donde dio por finalizada su carrera como deportista, volvió a calzarse el ambo blanco y tras cumplir con los días de aislamientos correspondientes, ya trabaja en el hospital de San Isidro.
A través de su cuenta oficial de Instagram, "la Peque" se encargó de compartir postales de su emotivo regreso en el Hospital Central de San Isidro donde sus colegas le realizaron un pasillo de honor y la recibieron con globos, carteles y festejos de bienvenida que fueron motivo de felicidad y gratitud para la deportista.
"Vuelta a la guardia con sorpresa de bienvenida en mi segunda casa. No por nada se llama residencia, no?", comentó en sus redes la judoca con una serie de fotos que retrataron su regreso. Además, agradeció a sus compañeros y al centro de salud por el recibimiento y "por tantos años de paciencia y aprendizaje".
Paula Pareto nació en el partido de San Fernando en enero de 1986. Si bien parecía no ser un deporte tan instalado en el ámbito femenino, a sus nueve años se animó a participar de entrenamientos de judo junto a su hermano. Desde allí, ha ido marcando un camino sin precedentes en la disciplina y en motivar la participación de mujeres.
Ganadora de una medalla olímpica en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, una de oro en Río 2016 y campeona mundial en Astaná en 2015, se convirtió en la primera mujer argentina en ser campeona olímpica y la primera deportista argentina en obtener dos medallas olímpicas en destrezas individuales.
Sin embargo, Tokio 2020 fue la despedida oficial tras 26 años entre el al tatami, clases de judo y competencias olímpicas. La atleta que ha logrado llevar a lo más alto el deporte en nuestro país, perdió el 24 de julio en el combate por la medalla de bronce frente a la portuguesa Catarina Costa.
"Duele mas la caída desde más alto claro, pero eso nunca me sacaría el valor de intentarlo. Porque mi coraje es más fuerte que mis miedos, porque esa guerra que jugué en cada día de mi vida no iba a ser diferente en