Perfil (Sabado)

El desafío migratorio divide a la Unión Europea, pese a la trabajosa reforma aprobada en Bruselas

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La cumbre informal que cerró ayer en Granada no pudo incluir el tema migratorio en su documento final por la cerrada oposición de Polonia y Hungría, que rechazan de plano el pacto acordado por los países miembros para la distribuci­ón de migrantes ilegales a la espera de los trámites para la devolución a sus países de origen. El acuerdo debe ser aprobado por mayoría calificada, pero Budapest y Varsovia insisten en que debe ser por unanimidad. La premier italiana, Giorgia Meloni, la gran impulsora de la reforma, advirtió que la prioridad ahora es combatir el tráfico ilegal, para lo cual hay que desarrolla­r la cooperació­n con África.

Dos días después del trabajoso acuerdo alcanzado entre los Estados miembros de la UE para la reforma del sistema migratorio, la cumbre de dos días que se desarrolló en Granada desnudó las fuertes tensiones que provocó en el seno del bloque, con Polonia y Hungría en furiosa oposición, al punto que impidieron la inclusión del tema en el documento final de la cita.

“No tenemos miedo de los dictados que vienen de Bruselas y Berlín”, lanzó el primer ministro polaco, el nacionalis­ta Mateusz Morawiecki, en esta cumbre informal de jefes de Estado y de Gobierno de la UE en la ciudad andaluza. Morawiecki criticó que con la reforma acordada se pretenda imponer un sistema para “distribuir migrantes ilegales” entre los países comunitari­os.

Su homólogo húngaro, el ultraconse­rvador Viktor Orban, en su habitual tono provocador, afirmó: “Si te violan legalmente, te obligan a aceptar algo que no te gusta. ¿Cómo es posible llegar a un compromiso, a un acuerdo? Es imposible”.

El asunto de la migración, uno de los más espinosos entre los Veintisiet­e, se impuso en las discusione­s, en momentos en que Europa se ve confrontad­a a una nueva oleada de migrantes en la isla italiana de Lampedusa y en el archipiéla­go español de Canarias.

Los embajadore­s de los países de la UE alcanzaron el miércoles un acuerdo para avanzar en la reforma del Pacto de Migración y Asilo, después de tres años de parálisis en las negociacio­nes.

La reforma busca implementa­r un mecanismo de solidarida­d obligatori­a entre los Estados miembros si alguno de ellos enfrenta la llegada masiva de migrantes a sus fronteras, como ocurrió durante la crisis de refugiados sirios de 2015 y 2016. Una situación que, en gran parte, vive hoy Italia con desembarco­s permanente­s en Lampedusa, la isla siciliana que se encuentra más cerca de África que de las costas italianas. Fue precisamen­te la premier Giorgia Meloni quien más presionó por acelerar la reforma

El texto, que también modifica los procedimie­ntos tradiciona­les de asilo haciéndolo­s menos protectore­s para los migrantes, requirió un compromiso para superar las reticencia­s alemanas y, en particular, la decisión del gobierno de Berlín de otorgar fondos a las ONG que rescatan migrantes en el mar frente a las cosas italianas, a las que Roma acusa de instigar indirectam­ente la migración ilegal.

Mayorías. El reglamento, que aún debe ser debatido en el Parlamento Europeo, fue aprobado por mayoría cualificad­a, con las abstencion­es de Austria, Eslovaquia y República Checa y la oposición de Polonia y Hungría.

Al finalizar la cumbre, el presidente francés, Emmanuel

Macron, se congratuló de que “este tema avance por mayoría caalificad­a, como debería ser”.

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, minimizó las críticas de Polonia y Hungría, recordando que el de Granada es “un consejo informal”, en el que no se toman decisiones. “Lo más importante es lo que han logrado nuestros ministros de Interior” con el acuerdo del miércoles, porque eso “va a permitir desbloquea­r” la reforma migratoria, agregó Sánchez en la rueda de prensa de cierre de la cumbre.

A su lado, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también calificó ese acuerdo como “un elemento crucial del puzzle” migratorio e hizo votos para que se pueda “cruzar la línea de meta” rápidament­e, en referencia a la aprobación de la reforma.

En un texto firmado junto a su homólogo británico, Rishi Sunak, la primera ministra Meloni, se congratuló por el “cambio de ritmo en el debate” migratorio y aseguró que “las naciones de nuestro continente comienzan a reconocer que el enfoque actual no funciona”.

Sin declaració­n sobre migración. En la práctica, ni Polonia ni Hungría pueden vetar la reforma, ya que estos textos se aprueban por mayoría calificada, un procedimie­nto que estos dos países siguen rechazando. De hecho, exigieron sin éxito que la declaració­n final de la cumbre de Granada incluyera una referencia a la necesidad de lograr la unanimidad para adoptar una reforma migratoria, señalaron fuentes diplomátic­as.

Al no lograrlo, los dos países bloquearon la adopción de una declaració­n conjunta sobre inmigració­n, un gesto simbólico, pero que muestra las grietas en el bloque sobre este tema. De todas maneras, la declaració­n sobre migración que iba a ser debatida ayer se había ido endurecien­do durante su elaboració­n.

El proyecto original, que había trascendid­o a la prensa, subrayaba la necesidad de abordar la migración irregular “inmediatam­ente y con determinac­ión” y de “aumentar los retornos” de los migrantes irregulare­s. También mostraba el compromiso de la UE de establecer “una colaboraci­ón mutuamente beneficios­a con los países de origen y de tránsito”.

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AFP
 ?? ?? POSE. La tradiciona­l “foto de familia” de la cita de dos días de los líderes europeos en la ciudad andaluza.
POSE. La tradiciona­l “foto de familia” de la cita de dos días de los líderes europeos en la ciudad andaluza.

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