Además de la inflación de tres dígitos la caída de la economía suma fuego al 2023
La actividad industrial manufacturera creció 1,7% con respecto a abril del año pasado, según el Indec. Sin embargo, economistas consultados por PERFIL advirtieron que esto no se sostendrá en los próximos trimestres. Por el impacto de la sequía, la caída en los precios internacionales de los alimentos y el panorama electoral interno, esperan una baja en la actividad económica acompañada de la inflación para lo que resta de este agitado año.
Si bien según el último informe del Indec la industria manufacturera creció 1,7% con respecto a abril del año pasado, economistas consultados por PERFIL advirtieron sobre un enfriamiento de la actividad y el crecimiento de la inflación en los próximos meses. Por el impacto de la sequía, la caída en los precios internacionales de los alimentos, los desórdenes macroeconómicos y el panorama electoral interno, la baja interanual podría llegar hasta el 5%.
Para Cynthia Moskovits, economista Senior de la Fundación de Investigaciones Latinoamericanas (FIEL), “la situación de desequilibrios macroeconómicos, las políticas inadecuadas y la sequía” en un año electoral “lo que sí dejan en claro es una tendencia a la contracción del nivel de actividad y a la suba de precios”. Según la especialista, el impacto de la sequía, si bien no es el único factor a tener en cuenta, será mayor en el segundo trimestre del año.
“Si uno pone en contexto variables como el cepo importador, las tasas que se encuentran en niveles que ahogan el crédito y la sequía, el segundo semestre va a estar fuertemente marcado por un descenso de la actividad”, agregó a este medio el economista Salvador Vitelli.
Por ahora, las cifras actuales de leve crecimiento “se explican en parte por la pérdida de reservas del BCRA, que ha sostenido la demanda interna”, explicó a PERFIL Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso. Según las cifras oficiales, el sector fabril creció 1,7% interanual y 1,2% respecto del mes de marzo. En tanto, aunque la construcción bajó un 4% interanual, subió 3,4% respecto al mes de marzo de este año.
Ese mes la actividad había mostrado una suba del 1,2% interanual. Como en el mes anterior, la venta de materiales tuvo un comportamiento dispar, con subas en algunos productos y bajas en otros. En cuanto a la industria, las que más crecieron fueron la metálica básica (36,3%); equipos, aparatos e instrumentos (13,1%); refinación del petróleo, coque y combustible nuclear (11,0%); y automotores, carrocerías, remolques y autopartes (4,7%).
El Índice de Producción Industrial (IPI) calculado por FIEL, en tanto, presentó una caída interanual del 1%. El sector automotriz, según este informe, también se mostró muy dinámico, con un crecimiento del 26,9% en los primeros cuatro meses del año en comparación con el mismo periodo de 2022.
Según el estudio de FIEL, “las ramas con mayor retroceso interanual en abril son la metalmecánica y la producción de químicos y plásticos”, algo que explican por la escasez de insumos importados, la falta de acceso a divisas y un menor nivel de demanda.
En tanto, los rubros que menos crecieron fueron los cigarrillos (5,9%), papel y celulosa (2,7%), insumos textiles (0,5%) y alimentos y bebidas, con un crecimiento de 0,2% en los primeros cuatro meses del año respecto al mismo periodo de 2022. Sin embargo, si se toman a nivel interanual, de abril de 2022 al mismo mes de 2023, este último rubro cayó 1,7%. Para el economista Orlando Ferreres “la actividad productiva está actuando de manera negativa, en una recesión”, que afecta sobre todo al sector de los alimentos. Si bien esta tendencia “no se confirma del todo”, explicó el especialista a PERFIL, “las tasas de variación anual son mucho más chicas” y rondan el 1,5% anual o son negativas, como en el caso de la agricultura. “Todo el impacto de la agricultura que va a venir de ahora en adelante, con su tasa negativa del producto bruto, va a influir en el promedio de la economía”. Marí agregó que hacia adelante el panorama es poco optimista. “El país está enfrentando un escenario internacional complejo, con caída en los precios internacionales de nuestras exportaciones y señales de que podría avecinarse una recesión en las principales economías”. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) registró en mayo una caída del 2,6% en las cotizaciones de los precios de los alimentos con respecto a abril, impulsada en su mayoría por los cereales, aceites vegetales y lácteos.
A esto se suma la advertencia del Banco Mundial acerca de la “precariedad” en la que se encuentra la economía mundial. En el caso de Argentina, la proyección es que la producción caerá 2% en 2023.
Sin embargo, los números, aunque difíciles de vaticinar, pueden ser incluso más preocupantes. El momento electoral no acompaña, coinciden los economistas. Según Marí, el objetivo es que el Gobierno consiga financiamiento para evitar una crisis antes de las elecciones. “Si aparece efectivamente financiamiento del FMI, entonces habrá mayor probabilidad de realizar una transición sin crisis y con menor caída en el nivel de actividad”. Pero, incluso así, “en el tercer y cuarto trimestre podremos anotar bajas de hasta el 5% interanual”. A la preocupación por la inflación, que independientemente de su signo político será uno de los principales desafíos del próximo Gobierno, se le suma el nivel de actividad, que tiene un impacto directo en la generación de empleos y divisas.q
El equipo económico se juega a todo o nada con la difusión del próximo indicador de la inflación del Indec, el 14 de junio. Las consultoras privadas ratifican que lo ven cerca del 9% y el Gobierno necesita dar señales de desaceleración para bajar las tensiones internas y mejorar las perspectivas electorales del oficialismo. Un relevamiento de Comercio alivia a los funcionarios, porque proyecta una disminución en el ritmo de suba de los precios para este mes.
Mientras que las estimaciones privadas proyectan una nueva aceleración de la inflación para mayo y se ubica más cerca del 9%, el Indec dará a conocer el dato oficial el próximo miércoles 14, el Gobierno se muestra optimista de que el quinto mes del año dé indicios de una pequeña desaceleración que continúe en junio.
El equipo económico confía que el impacto de la corrida cambiaria que afectó al índice de abril, las consultoras privadas la captaron para sus proyecciones de mayo. Así lo señalaron a PERFIL fuentes oficiales en base a relevamientos que realiza casi a diario la Secretaría de Comercio.
Otro dato del que se agarran desde el oficialismo es el dato de CABA, que fue del 7,5%. El IPC porteño en los últimos dos meses previos marcó un indicio de cómo se comportó la suba de precios respecto al mes anterior, si se aceleró o desaceleró, y de lo que finalmente arrojó el Indec a nivel nacional.
Consultoras. Según Ecolatina, la aceleración respondió principalmente al arrastre que dejaron los aumentos de la última semana de abril, motivados esencialmente por el salto en los dólares libres, que no fueron totalmente captados en el índice de abril, en conjunto con aumentos en tarifas de servicios públicos.
Por su parte, la consultora C&T destacó que “el rubro de mayor incremento fue vivienda (11,6%), reflejando las subas en gas y electricidad principalmente”.
Y agregó: “alimentos y bebidas creció 8,4% en el mes. Arrancó el mes con gran impulso y luego se fue moderando. Verduras, lácteos y derivados de la harina se destacaron, al igual que los alimentos consumidos fuera del hogar y para llevar”.
“Al interior del rubro, los mayores aumentos se vieron en fideos y pastas (+9,7%), pescados y mariscos (+17,7%), quesos (+9,7%), leche (9,0%) y en comidas listas para llevar (+17,2%)”, sumó Ecolatina.
“Por otra parte, se destacaron los aumentos mensuales en esparcimiento 11,0%, educación 9,9% y equipo y mantenimiento del hogar +9,4%”, destacó el economista Santiago Manoukian.
Junio. Para el sexto mes del año, y último dato oficial de inflación con el que se llegará a las PASO del 13 de agosto, Libertad y Progreso (LYP) prevé que se ubique levemente por debajo del 8%.
“Junio arranca con un arrastre estadístico de 1,7%, el cual es bastante menor si se lo compara con el arrastre que dejó abril. Sin embargo, los regulados seguirán presionando al índice de precios al consumidor por lo que la desaceleración no será tan marcada”, señaló a PERFIL Lautaro Moschet, economista de LYP.
Y continuó: “por lo que de mantener esta tendencia podríamos estar hablando de una inflación de junio que ronde del 7,8%”.
Según LCG, en la primera semana de junio el precio de los alimentos se desaceleró 2,9 puntos respecto al período anterior. La consultora determinó que la comida subió en promedio 0,57% en el arranque del sexto mes del año.
De esta forma la variación de precios “punta a punta” en las tres últimas semanas de mayo y la primera de junio mostró un alza de 5,7%.
El estudio también arrojó que el alza más importante se dio en aumentos para el hogar que avanzaron 3,5%. Luego aparecen frutas (1%), lácteos y huevos (0,9%), azúcar (0,6%), panificados 0,5%, verduras 0,3%. En tanto, carnes y aceites mostraron bajas de 0,1% y 0,2%, respectivamente.
De acuerdo a un informe de la Dirección de Evaluación y Monitoreo de Precios la primera semana de junio (1° al 7) se desaceleró la suba en los precios de los alimentos.
El informe marca que, durante la primera semana de junio, los alimentos subieron un 0,01%, mientras que, en comparación a la misma semana de mayo, se marcó una suba de 2,2%.
“Respecto al canal mayorista, durante la primera semana de mayo, el índice había marcado una suba del 2,2%, mientras que en junio marcó 0,7%”, detallaron a este medio desde la Secretaría de Comercio, a cargo de Matías Tombolini.
Esta información surge del Sistema Electrónico de Publicidad de Precios Argentinos (SEPA) y que mide los precios en supermercados de 1.972 productos y del cual Comercio realiza un seguimiento diario. De todas maneras, es una muestra ya que es una medición distinta a la que realiza el Indec.
Semestre. Este escenario es un contexto desafiante para las aspiraciones electorales del oficialismo, que llegará con altos niveles de inflación que impactarán en los indicadores sociales del primer semestre que se conocerán entre las PASO y las generales.
“Creemos que la inflación del primer semestre podría superar el 50%, una inflación que ha fortalecido su riesgo regresivo en los últimos meses, con los alimentos que han venido trepando por encima del promedio, estamos viendo probablemente el peor escenario de la historia de las PASO en términos de empobrecimiento social”, explicó a PERFIL Santiago Manoukian, asesor económico de Ecolatina.
El punto es que los deciles más bajos gastan el 32% de sus ingresos en los alimentos y en tanto que para los de mayor poder adquisitivo este rubro representa en promedio el 21% de sus gastos.
“El problema es que el Gobierno no tiene demasiado margen para lo que se llama un plan platita. Los números fiscales han sido muy malos en los primeros meses del año”, concluyó Castiglioni.
Cabe recordar que la primera mitad del 2022 registró una suba del 36%. ■