La caravana migrante pisa la frontera con EE.UU.
La gran caravana migrante de miles de centroamericanos que salió hace un mes desde Honduras está a punto de llegar a la frontera de México con Estados Unidos, donde las autoridades temen un intento masivo de cruce “de manera intempestiva” a territorio estadounidense.
Unas 4 mil personas estaban ayer a punto de llegar a Tijuana, que limita con el condado de San Diego. Otros 1.600 integrantes de la caravana ya se encontraban allí esperando al resto de los migrantes.
“Pasar a Estados Unidos, esa es la intención. Y conseguir una entrevista para pedir asilo político”, manifestó el hondureño Franklin Barahona, un técnico en computación de La Ceiba que viajó junto a su esposa y su hijo. Muchos están anotados en la lista para presentar su solicitud de asilo desde antes de la llegada de la caravana, pero el tiempo promedio de espera es de al menos un mes y medio.
Esta caravana es la primera de tres llegadas a Méxi- co en las últimas semanas, conformadas sobre todo por hondureños, salvadoreños y guatemaltecos. El primer grupo entró al país de manera irregular el 19 de octubre desde Guatemala al estado de Chiapas, luego de un intento de ingreso violento por el cruce fronterizo formal.
El 28 de octubre, una segun- da caravana también trató de entrar por la fuerza y se produjo un incidente que dejó un migrante muerto, supuestamente por una bala de goma.
“¿Qué es lo que no queremos? Que la violencia sea la dinámica que se desarrolle de aquí en adelante ante la posible intención de ingresar a Estados Unidos de manera intempestiva”, dijo ayer el ministro mexicano del Interior, Alfonso Navarrete. El funcionario indicó que el riesgo es mayor si se considera el discurso y las acciones “extraordinariamente hostiles hacia la inmigración indocumentada” que hay en Estados Unidos.
El presidente Donald Trump ordenó hace unos días el des- pliegue de 5.200 militares en la frontera, entre otras medidas contra la caravana.
Los centroamericanos recorrieron 4.600 kilómetros hasta Tijuana, en el estado de Baja California. En esa ciudad, muchos albergues de migrantes están repletos y se habilitó un centro deportivo para recibir a los que siguen llegando.