BUDA Y LA FORMULA SALVAJE TAI
Una ciudad fronteriza de 700 años de antigüedad hace honor al clásico MEAT de Tailandia (mercados, elefantes, artesanos y templos). Y hay otras perlas por descubrir.
Tradicionalmente, los turistas han hecho el largo viaje a la estrella del norte de Tailandia en busca de MEAT: mercados, elefantes, artesanos y templos. Además, Chiang Mai, una relajada ciudad ribereña cuya población (menos de 200 mil habitantes) es una fracción de la de Bangkok (de más de ocho millones de habitantes), da lugar a estas fantasías. Está repleta de atracciones más modernas también. Gracias a una floreciente escena creativa, un fin de semana en Chiang Mai, de 700 años de antigüedad, ahora ofrece la posibilidad de absorber el arte contemporáneo en espacios de exposición de primer orden a nivel mundial, comprar artículos de diseño del siglo XXI y dormir en los hoteles nuevos que parecen galerías y van de lo frívolo a lo elegante. La escena gastronómica y la vida nocturna también son pujantes, con ambiciosos restaurantes que buscan hacerse de reputación y un concurrido distrito de bares que se unen a los comedores tradicionales y las zonas de comida callejera. Solo hay que tener cuidado de no viajar a Chiang Mai en marzo y abril, cuando los agricultores de la región queman los arbustos y la hierba, llenando el aire de humo y cenizas.
Día 1. Paraíso a mano
En la calle Charoenrat abundan las creaciones hechas a mano. Woo, un café y tienda de diseño, donde el Siam se encuentra con Soho, florece, literalmente, con la creatividad tailandesa, porque lo primero con lo que
uno se encuentra son plantas y exquisitos arreglos florales. La galería de arte del primer piso expone pintura y escultura, mientras que la amplia colección de artículos de la tienda de moda incluye bálsamo labial de extracto de arroz, cerámica minimalista, vestidos caleidoscópicos y elegantes y un cráneo cubierto con pequeños caracoles que sería la envidia de Damien Hirst. Meeting Room Art