QUE HACER DESPUES DE LA TORMENTA
EN LA PENSION DE INDEPENDIENTE PERSONALIZARON EL VINCULO CON LOS FAMILIARES Y RECIBIERON LA COLABORACION DE LA PROVINCIA. COMO INTENTAN SEGUIR PARA RECONSTRUIR EL CLIMA GRUPAL.
La comunicación es cada 48 horas. A veces es un mensaje de Whatsapp. A veces, una llamada telefónica. De ese modo, el director de la pensión de Independiente reporta e intenta llevarles tranquilidad a los familiares de los juveniles que fueron víctimas de abusos. Muchos de ellos están a miles de kilómetros de distancia y no pueden venir. A otros no hace falta llamarlos: llegaron a Buenos Aires para estar más cerca de los chicos. “Siempre existe la comunicación con la familia, pero ahora es más personalizada por lo que pasó”, explican en Villa Domínico.
En el predio están conformes porque los siete denunciados están presos. También porque los chicos, lentamente, vuelven a convivir con cierta normalidad. Solo hay un punto que angustia a los responsables: la situación de Joaquín V., el joven de 19 años que en un principio fue señalado como el “reclutador”, pero en el club saben que es otra víctima de la red de prostitución que se filtró en las inferiores.
L a madre de Joaquín V. habló ayer por primera vez desde que se conocieron los casos de abuso. Defendió al club, reconoció que su hijo se equivocó, pero negó que sea el enlace entre la red de pedófilos y los jugadores. “Esta gente sabe muy bien las personas que elige, están en eso, buscan a los más débiles. Mi hijo es callado, muchos le da- ban botines, pero nada justifica lo que pasó”, remarcó en TyC Sports Verónica, la madre del chico que ahora está recuperándose de una lesión en Cipolletti.
Dentro de la pensión saben que lo peor ya pasó. Y que ahora lo que queda es reconstruir. A cada uno de los chicos abusados y a los otros, que son víctimas indirectas. En síntesis, reconstruir el grupo. “Salir de situaciones traumá- ticas y complejas siempre es difícil”, le reconoce a PERFIL el vicepresidente Carlos Montaña. Y agrega: “Acá tenés un objetivo que es la formación de chicos, no solo como profesionales, sino como personas integrales. No es simple”. Montaña ya no recuerda –porque fueron muchas– las veces que viajó hasta la fiscalía de Avellaneda para cumplimentar trámites de declaración y otros oficios que involucran al club. Tampoco recuerda –porque fueron muchas– cuántas veces se acercó la fiscal María Laura Garibaldi. “Estoy seguro de que a pesar de lo grave y de lo triste de esta situación, Independiente no solo va a salir bien parado, sino que va a trazar una línea para que trabajen otras pensiones”, confía Montaña.
En Villa Domínico reconocen que uno de los tramos más difíciles en estas semanas fue cuando debieron contarles a los padres lo que había pasado. “No le deseo a nadie que tenga que pasar por un momento así”, dice uno de los responsables. La reconstrucción también llega allí: a los hombres y mujeres que trabajan en el predio y que debieron hacerse cargo del drama. Desde el psicólogo Ariel Ruiz, que observó y detectó los comportamientos en los chicos, hasta cocineros, cocineras y conserjes, que son los que pasan la mayor parte del tiempo
con los juveniles. “Nosotros hicimos lo que había que hacer. Y lo hicimos para cuidar a los pibes y a la familia”, aseguran.
Los casos de abuso hicieron que el Estado provincial pusiera un pie en el predio de Domínico: intervino la Secretaría de Niñez y Adolescencia, el Ministerio de Justicia y el Ministerio de Seguridad, a través de la división de cibercrimen. Porque en la mayoría de los casos, los pedófilos ingresaron a la vida de los pibes a través de redes sociales. Hay talleres y un refuerzo de trabajadores del Estado al equipo psicológico con el que cuente el club. Todo tiene el mismo objetivo: que los pibes salgan adelante. Con el club como motor.