Lo bello y bueno del periodismo
voz y el ministerio del Papa Francisco en forma directa, oficial y completa.
Siguiendo con el documento pontificio citado, el contexto de la comunicación del que nos habla Francisco está «caracterizado por la presencia y el desarrollo de los medios digitales y por los factores de convergencia e interactividad». Por todo ello, estamos ampliando, extendido y readaptado las vías de llegada del L’Osservatore Romano para Argentina.
Esta edición impresa que usted, apreciado lector, tiene en sus manos, contiene el doble de páginas que las ediciones semanales anteriores. De esta manera, el volumen informativo y la variedad temática se favorecerán notoriamente. Cada ejemplar impreso será especial y de carácter mensual y su trabajo de edición demandará una selección cuidadosa de documentos oficiales y artículos, tanto de edición local como en sede vaticana.
Una edición semanal se distribuirá, además de la especial mencionada en el párrafo anterior, de manera digital.
Mediante una aplicación para dispositivos móviles se compartirán en tiempo real y de forma gratuita todas las misas, homilías, ángelus, audiencias, mensajes del Papa y noticias oficiales de la Santa Sede.
Las redes sociales, ya ampliamente extendidas, se multiplicarán en su frecuencia y contenido. (Twitter, Facebook, Instagram, etc.)
Finalmente, y no por ello menos importante, se profundizará la tarea de distribución gratuita de miles de ejemplares en cárceles, hogares de ancianos, parroquias de la periferia y algunas personas o entidades que lo han requerido especialmente.
La tarea por delante es inmensa, el entusiasmo es grande y la gratitud a todos los que nos han acompañado hasta ahora, especialmente a los fieles lectores es enorme.
Releyendo la nota editorial de aquel primer número del 30 de diciembre de 2016, renovamos y profundizamos nuestro compromiso asumido: «Dejar constancia de la oficialidad de sus palabras como un documento referencial. Ahondar en las profundidades de su pensamiento espiritual para poder difundirlo cabalmente. Reflejar la verdadera extensión mundial de su ministerio para ubicar su apostolado en su contexto adecuado. Difundir su tarea referencial hacia toda la humanidad para ayudar a discernir su influencia en su tiempo y espacio. Y finalmente, aunque el listado podría extenderse, hacer reconocible a las ovejas de su redil la inconfundible sonoridad de la voz de su pastor».