El libro en papel no está amenazado de muerte
Las condiciones de la cuarentena limitan los márgenes de acción de las editoriales, principalmente porque afectan al libro papel, que sigue siendo el formato más importante en términos comerciales. La muerte inminente del libro papel a manos del libro digital, repetida hasta el cansancio una década atrás, no ocurrió. Por el contrario, el ritmo de crecimiento del libro digital a nivel global comenzó a declinar hasta estancarse (entre el 10% y alrededor del 20% de la facturación según el país), e incluso revertirse. Aquí no aconteció lo que sucedió con la música. Pero si dejamos de lado los pronósticos apocalípticos y nos detenemos en las formas en que funciona el soporte digital en los principales mercados del mundo, como Alemania o Italia (en la Argentina la información es limitada), observamos que hay áreas donde este continúa siendo dinámico y acapara una cuota relevante del mercado. Algunos estudios sugieren que las novelas románticas, la fantasía y la ciencia ficción son géneros en los que libro digital ha sostenido su crecimiento. Algo similar ocurre en algunos segmentos de las ciencias sociales y humanas, que por su nivel de especialización tienen públicos acotados. Un capítulo aparte merece el mercado
ALEJANDRO DUJOVNE*
de la autoedición, al que el libro digital y las plataformas de venta en línea le dieron un nuevo auge. Y para quienes sostienen que el desplazamiento del libro físico por el digital es inevitable con el paso de las generaciones, los datos indican que los jóvenes, cuando leen libros, también lo hacen en soporte papel. En cualquier caso, el mayor desafío al libro papel no proviene del digital, sino de las múltiples alternativas que ofrecen las pantallas: la lectura de libros convive hoy con las redes sociales, con las plataformas de música, videos, películas y series, con los medios informativos y juegos. El libro compite por el tiempo libre con todas ellas. Esto nos permite entender mejor el limitado interés de las editoriales en la producción y venta de libros digitales, previo a la cuarentena, así como cuestionar la idea de que los lectores se van a volcar masivamente a la compra de libros digitales solo porque en lo inmediato están imposibilitados de visitar librerías. Esto no significa decir que en un contexto singular como el actual la apuesta por lo digital no sea importante. Más aún, es un buen momento para hacer de la necesidad virtud, y aprovechar la ocasión para mejorar todas las formas digitales de producción, promoción y venta de libros.
n*Investigador del IDES-Conicet, dirige la Maestría en Sociología de la Cultura y Análisis Cultural Idaes-Unsam.