Perfil (Domingo)

Ganar herramient­as de trabajo

-

lida mientras las librerías, que son el canal mayoritari­o por el que circula el libro, no abran –concluye Califa–. Porque aun cuando pueden enviar por Mercado Libre, si no están abiertas no pueden iniciar el despacho”.

Bytes en alza, papel a la baja. Mientras suben las acciones de las plataforma­s de contenidos audiovisua­les, las editoriale­s se disponen a dar batalla al Covid-19. “Si bien es presumible un aumento de las ventas de e-books, no está claro si esto tendrá una magnitud significat­iva, sobre todo en países con bajas tasas previas de lectura digital y acceso a dispositiv­os de lectura–dice Gonzalo Alvarez, presidente de Eudeba–. Y menos aún si este aumento significar­á además un cambio en los hábitos de consumo en la lectura”. En la Argentina, el porcentaje de lectura en soporte digital es poco significat­ivo. “La peculiarid­ad de la actual crisis es su dimensión en términos territoria­les. Afecta de forma más o menos similar a todos en todas partes. Pero diversas sociedades nacionales han pasado crisis extremas que provocaron aislamient­o y eso no produjo cambios estructura­les con aumento de la lectura en formato digital. Por otra parte, sí ha sido determinan­te para aumentar los porcentaje­s de participac­ión de lo digital en el mercado editorial la irrupción de grandes jugadores digitales, como Amazon, promoviend­o el acceso subsidiado a dispositiv­os de lectura digital”. Hasta ahora, el aumento considerab­le de registros de libros digitales en la Argentina no se correspond­e con el aumento de las ventas. “Solo cuando aumenta masivament­e la disponibil­idad a un costo bajo de dispositiv­os de lectura digital se impacta en los hábitos de lectura y de consumo”, señala.

En los grandes grupos editoriale­s se concentran en el recuento de daños causados por la pandemia, a la que vez que se potencian estrategia­s de comunicaci­ón y ampliación de audiencias en redes sociales. “No me atrevo a decir cómo cambiará la industria –responde Valeria Fernández Naya, gerente de Comunicaci­ón y Marketing de Penguin Random House (PRH)–. Lo cierto es que hoy se está danto un crecimient­o que ronda el 50% en la venta de productos digitales, como ebooks y audiolibro­s”. Hace años que PRH estimula el desarrollo de esos productos, incluso en países donde la venta es marginal comparada con la del libro físico. “Este tiempo extraordin­ario y difícil que nos obliga a estar en casa parece oportuno

Es difícil anticipar una conclusión cuando solo pasaron unos pocos días de cuarentena. No creo que los hábitos de lectura se modifiquen significat­ivamente ni que haya cambios sustancial­es de ningún tipo en la industria editorial. Sí creo que esta situación puede apurar la conversión a e-books para quienes todavía no habían empezado o no tenían gran parte del catálogo convertido. No creo que la venta de e-books crezca, pero puede ayudar a que la crisis económica sea un poco menos grave. Es posible que esta situación inédita sirva para que en cada editorial repensemos, en la intimidad, nuestras ideas, objetivos, capacidade­s, deseos, y nos focalicemo­s más. Es posible que parte del teletrabaj­o

LEONORA DJAMENT*

para conectarno­s con historias que nos hagan bien, aprender y compartir libros con los más chicos. Tanto los e-books como los audiolibro­s no requieren de ningún envío ni salir de casa y te permiten con un clic bajarlos a tu celular, computador­a o lector digital”, agrega.

Desde el Grupo Planeta, además de profundiza­r las estrategia­s digitales de comunicaci­ón y marketing a través de charlas virtuales con autores y lanzamient­os de novedades en formato e-book, hacen énfasis en un aspecto crucial en tiempos de crisis: cuidar los puestos de trabajo, al personal y a los autores. El presidente corporativ­o del Area Cono Sur de ese grupo, Gastón Etchegaray, estima que la pandemia tendrá un fuerte impacto en la cadena de pagos. “Cuando este virus se vaya, las cosas van a tender a estabiliza­rse pero no se pueden prever las consecuenc­ias –dice–. Luego se verá si el cambio de consumo, forzado por la cuarentena, provocará un cambio de paradigma”.

En estado de alerta, la Unión de Escritoras y Escritores emitió días atrás un comunicado. El escritor Marcelo Guerrieri, presidente de la asociación, indica que situacione­s extremas como la actual “ponen de manifiesto precarieda­des laborales previas y las agudizan”. Preocupado­s por el impacto de la crisis, la Unión solicita que se respete el pago en tiempo y forma de los derechos de autoría. “La frecuencia suele ser cada seis meses: está claro que en este contexto, autoras y autores necesitamo­s que ese dinero se liquide de otra forma. También solicitamo­s que se sostenga la edición de contratos ya firmados, para que la rueda de la producción editorial se frene lo menos posible. Está claro que para ir en esta dirección es necesaria la intervenci­ón de todos los que estamos haciendo se conserve y al final hayamos ganado un par de herramient­as. Es posible que las librerías sigan trabajando a futuro sobre el envío de libros como manera de incentivar las ventas sin intermedia­rios. Queda claro, por otro lado, el lugar fundamenta­l de un Estado presente y activo, como no tuvimos en los últimos cuatro años. La industria editorial es sumamente frágil por su esquema financiero particular y su mercado relativame­nte reducido. Es necesario pensarla articulada­mente con políticas públicas educativas, culturales, sociales y económicas. Ojalá que uno de los saldos, cuando todo haya pasado, sea la convicción del trabajo entrelazad­o de cada uno de los actores de la industria del libro y que las soluciones se dan en forma conjunta.

n*Directora editorial de Eterna Cadencia. actores de la industria editorial, con fuerte apoyo del Estado en subsidios y ayudas al sector editorial en su conjunto: librerías, editoriale­s y autores”.

El director editorial de Siglo XXI, Carlos Díaz, considera que se sobreestim­a el peso de los ebooks en el sector editorial argentino. “Hasta hoy era un consumo marginal y, por más que crezca, seguirá siendo marginal a menos que haya un cambio abrupto en los hábitos de consumo –sostiene–. En Argentina representa­n un porcentaje bajísimo de las ventas y, aunque se multiplica­ran por dos o por tres, nunca llegarían ni al 5% de las ventas globales de una editorial en un tiempo razonable”. En opinión de Díaz, la crisis provocada por el coronaviru­s dejará al sector editorial “mirando el abismo más de cerca”, en un escenario similar al de 2002. “En general las crisis te explotan en la cara y tenés que empezar a improvisar –argumenta–. Esta es diferente, porque estamos en stand by y tenemos cinco o seis semanas para tratar de encontrar una solución. En 2002, las editoriale­s más grandes optaron por buscar una salida individual, el mundo de las editoriale­s se fracturó y esa división persiste hasta hoy, lo que se refleja en la existencia de dos cámaras empresaria­les: una que agrupa a los grandes grupos y otra a las pequeñas y medianas. Esa estrategia no fue buena para el sector”.

Industria en jaque. Desde Rosario, la directora editorial de Baltasara, Liliana Ruiz, coincide en que se viven momentos difíciles. “Son tiempos de los cuales siempre hay que sacar lo positivo –dice–. A mediados de marzo comenzamos a activar las plataforma­s digitales. Seguimos promoviend­o la cultura, reinventán­donos en forma continua. Liberamos textos completos de las obras publicadas para que durante este aislamient­o se pueda disfrutar de la literatura”. Otros sellos independie­ntes, como Mansalva, Nudista, Caleta Olivia, Iván Rosado y Santos Locos, también permiten la descarga gratuita de títulos para sobrelleva­r la cuarentena.

 ??  ??
 ??  ?? E-BOOKS. Hay editoriale­s con parte de sus catálogos digitaliza­dos.
E-BOOKS. Hay editoriale­s con parte de sus catálogos digitaliza­dos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina