Con ‘Vino Caliente’ libre, crece la tensión en el gremio que aspira a reconquistar
“Debían meter a alguien preso y, bueno, me dejaron a mí, fui un preso político”, aseguró esta semana Herme Juárez, alias “Vino Caliente”, frente a la sede del gremio y la cooperativa que dirigió hasta ser detenido el año pasado, acusado de comandar una asociación ilícita para cometer delitos económicos.
El ex secretario del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA) y ex titular de la Cooperativa de Trabajos Portuarios de San Martín, intervenidos desde su detención, insistió en que aún ocupa los dos cargos, acompañado por un grupo de simpatizantes y familiares.
En plena campaña presidencial, la detención de Juárez fue presentada por Cambiemos como un resultado de su lucha contra las “mafias sindicales”. Juárez apuesta ahora a un cambio de rumbo para volver a ser el hombre más influyente en los puertos santafesinos, donde se mueven negocios anuales por 18 mil millones de dólares, un monto superior al PBI de más de setenta países. El mismo juez que lo detuvo hace seis meses fue el que lo liberó en el primer día después de la feria: el titular del juzgado federal de Campana, Adrián González Charvay.
Con su libertad, también aparecieron denuncias en redes sociales de amenazas a los choferes del gremio, que aún sigue intervenido por el abogado Marcelo Urban, ex apoderado de otro gremio marcado por las causas judiciales, el SOMU, que
dirigía Omar “Caballo” Suárez –quien también se define como un ex preso político–. Urban llegó con el ex ministro Dante Sica y aún no hubo nuevas definiciones del actual titular de Trabajo, Claudio Moroni.
Los problemas en los gremios portuarios no se limitan a Santa Fe, porque en otra seccional del SUPA, la de Capital, surgieron evidencias de aprietes y amenazas a trabajadores. En este caso el responsable es el hijo de Juan Corvalán, titular de la filial local del gremio portuario. En una grabación a la que accedió PERFIL, se escucha a Diego Corvalán amenazar a delegados de la firma Exolgan. “Si tenemos un traidor acá hay que cagarlo a palos”, arenga el hijo de Corvalán luego de anunciar que se despediría a seis personas por no estar alineadas con su padre.