LIBRO DESTACADO
tar medidas que cambien este hábito, sobre todo teniendo en cuenta que estamos en un mundo con inequidades sociales y recursos naturales finitos. La respuesta de las universidades. Entre los programas emprendidos orientados a valores de solidaridad y ética, con el objetivo principal de prescindir del desperdicio de alimentos, con disímiles estrategias y apelando a consignas creativas, distintas casas de estudio comenzaron a poner manos a la obra. Así, la Universidad Torcuato Di Tella lanzó una campaña para evitar el derroche que ocurre durante los festejos de graduación bajo el lema “No me tiren, soy comida”.
En idéntico sentido, la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, en conjunto con el Centro de Estudiantes, organizó la campaña “Festejos responsables, recibite con un 10” con el objetivo de dejar de desperdiciar comida sin necesidad de renunciar a celebrar. Lo propio ocurrió en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNLP y el Banco Alimentario de La Plata, que se asociaron para poner en práctica el proyecto “Festejos responsables”. El objetivo de la propuesta es transformar la tradicional celebración en una acción solidaria y responsable, recuperando alimentos que serán donados al Banco Alimentario de La Plata. También lo ha hecho la Universidad CEMA, con la iniciativa “Festejos de graduación sin tirar alimentos”. Así se fueron sumando la Universidad Nacional del Litoral, la de La Pampa, la de La Matanza y el Instituto Tecnológico de Buenos Aires, entre otras.
Frente a estos desafíos, que implican –por un lado– un trabajo en lo institucional y normativo y –por el otro– uno en clave cultural, la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata se puso al frente de lo que parece al inicio Lo impor tante. Celebrar una ocasión tan especial como la graduación es algo importante, tiene el fin de enriquecer el recuerdo de un momento, el comienzo de la vida profesional de un alumno a través de gratas experiencias vivenciales como un momento positivo y de alegría. En definitiva, el festejo tiene importancia porque es una oportunidad de expresión lúdica. Y una actitud basada en el juego tiene una dimensión del desarrollo humano que puede ser trasladada a todos los órdenes de la vida, con potencial de transformación para una sociedad más solidaria y más ecológica.
los que reciben su título profesional deben tener mayor compromiso social
*Decana Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad Nacional de Mar del Plata. / **Directora del Grupo de Investigación de Economía Ecológica, Universidad Nacional de Mar del Plata.
El mochilero científico