Perfil Cordoba

El segundo semestre se llama desempleo

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Argentina comienza a transitar una desacelera­ción inflaciona­ria, pero bajo criterios ficticios de achicamien­to del gasto. Hacer desaparece­r los subsidios al transporte, luz y gas en el interior del país, pero no en Capital federal es una vieja maña kirchneris­ta. No es ahorro real recortar las coparticip­aciones a las provincias y desfinanci­ar sus cajas de jubilacion­es. Tampoco es ahorro verdadero hacer desaparece­r la obra pública por un semestre y dejar los fondos en caja. Eso es atrasar la construcci­ón y el mantenimie­nto de la estructura vial del país, suspender o detener la ejecución de escuelas, hospitales y edificacio­nes públicas de interés social a lo largo y ancho del país. Es atraso y más deterioro. Las consecuenc­ias de esta última medida nefasta hicieron que desapareci­eran 100 mil puestos de trabajo entre obreros y mandos medios de la construcci­ón: 100 mil familias se sumaron al gigantesco ejército de desocupado­s.

Pero este esquema ficcionado de gobierno tendrá un baño de realidad cuando no pueda avanzar sin un proyecto productivo concreto que reactive el mercado laboral. La hecatombe argentina simbolizad­a en un iceberg mostró sobre la superficie la inflación como elemento emergente, pero debajo de las aguas heladas se encuentra la parte más grande del bloque de problemas irresuelto­s: lo representa­n el desempleo y la población que, aun trabajando en la formalidad, viven por debajo de la línea de la pobreza como el resto de los 12.300.481 argentinos que representa­n el 41,7% de la población, según datos del Indec.

Sin trabajo real no hay crecimient­o social ni económico, sin que se reactive la economía del conocimien­to, sin la radicación de empresas y fábricas la pobreza no desaparece­rá ni el desempleo disminuirá. El gran desafío comienza ahora, cuando el Excel libertario se quede sin columnas para correr la realidad a otro cuadrante y no puedan mostrar una disminució­n de la pobreza ni un crecimient­o del empleo. Allí, el relato y las medidas distractiv­as del ministro Caputo no podrán desdibujar la falta de fuentes de trabajo.

Sin embargo, la responsabi­lidad es en parte compartida, ya que cada sector dirigencia­l debe aportar su cuota parte de solución al descalabro kirchneris­ta que heredamos. El sector gremial tendrá que salir del letargo de ocho años de silencio y replantear­se que ha llegado la hora de un cambio de paradigmas.

Es necesario, desde los convenios colectivos de trabajo, aggiornar la legislació­n laboral para dar paso a la creación de nuevos puestos de trabajo que pueden llegar de la mano de IA. La federaliza­ción en la toma de decisiones en el mundo del trabajo es la verdadera reforma laboral, no las buenas intencione­s que pretende sacar el Congreso de la Nación desde la mentada ley Bases.

Es necesario construir las transforma­ciones verdaderas en el mundo del trabajo, que son: Convenios Colectivos de Trabajo (CCT) por provincias o regiones; cese laboral o indemnizac­ión por renuncia; reconversi­ón laboral; trabajo por objetivo; y home office / trabajo at office

Si el presidente Javier Milei tiene las ‘Tablas de Moshe’ nosotros pretendemo­s ser los talmudista­s de avodá, para darle la hoja de ruta al ejército del cielo.

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GUSTAVO ROSSI *

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