“Peligra el empleo de 300 mil trabajadores”
Los incentivos del proyecto a Grandes Inversiones habilitan la sustitución de maquinaria nacional por importada, lo que profundizaría la ya crítica situación del sector.
destruye capacidades productivas que el país ya tiene.
“El RIGI desarma toda política destinada a desarrollar proveedores, estimular el compre argentino y mejorar la competitividad de la industria y las pymes”, puntualizó el exministro de Desarrollo Productivo de la Nación, Matías Kulfas, en su red X.
El gran desafío en las inversiones vinculadas a recursos naturales es justamente desarrollar los proveedores nacionales, de modo que ese recurso funcione como una palanca para el desarrollo. “Los generosos beneficios fiscales y normativos establecidos en el RIGI no están acompañados de obligaciones (transferencia de tecnología, condiciones de compra local, entre otros) por parte de los beneficiarios, que generen derrames sobre el sistema productivo en su conjunto”, puntualizaron desde Adimra.
El RIGI “se centra en sectores clave como la industria del petróleo y el gas, Vaca Muerta, minería, litio y cobre, donde todos los empresarios metalúrgicos podemos desempeñar un papel crucial: el 60 por ciento de las compras industriales en el sector del petróleo y gas provienen de empresas metalúrgicas, y el 50 por ciento de la industria minera también depende de estas empresas”.
Desde la central empresarial remitieron días atrás una carta al ministro de Economía, Luis Caputo, y otras autoridades parlamentarias advirtiendo sobre las consecuencias que traerá la aprobación del RIGI sobre un sector que ya se encuentra golpeado por el deterioro en el resto de los sectores productivos. A su vez, este martes enviaron un documento al Senado, donde el Gobierno buscará discutir la ley Bases en el recinto la próxima semana.
Ante la caída de la demanda por parte de los sectores de la construcción, la industria automotriz, la producción de maquinaria agrícola y la fabricación de electrodomésticos, la rama de las metálicas básicas experimentó una caída del 23,1 por ciento en febrero, según datos de Indec. Si se mira la industria siderúrgica puntualmente, la caída llega casi al doble (39,7 por ciento) y se explica en gran medida por la detención de la planta de Acindar en Santa Fe, la cual inicialmente se anunció para marzo pero continuó en abril y ahora se extenderá entre mayo y junio. La UOM regional comenzó nuevamente las negociaciones para acordar un esquema de suspensión sin pérdida de puestos de trabajo, tal como firmó en marzo pasado.
A su vez, a escala nacional el gremio está en largas discusiones sobre un nuevo acuerdo paritario que debe regir desde abril de este año. La negociación es eclipsada desde el lado patronal por Techint, que mantiene pisados los salarios y empezó a despedir gente, según viene denunciando Furlán. 08 05 24 PI12