“Coronavirus”, argumento y excusa
Pagar salarios en cuotas, recortes optativos, extensión de contratos de futbolistas profesionales que se vencen el 30 de junio, créditos blandos del Gobierno de Alberto Fernández, exenciones impositivas retroactivas y extensos planes de pago de AFIP, suspensión de ejecuciones y planes de pagos de AFIP, entre otros recursos, conformarían en líneas generales un plan de salvataje que los dirigentes del fútbol están terminando de armar para los clubes.
La crisis económica desatada porque la pelota dejó de rodar por la pandemia del coronavirus ha impactado en todos los clubes. Desde los profesionales, pasando por los semiprofesionales y, lógicamente, los amateurs.
Aproximadamente 30 mil trabajadores tiene el fútbol argentino, de los cuales hay alrededor de cuatro mil jugadores que tienen sus respectivos contratos, según datos de la AFA, Futbolistas Argentinos Agremiados y Utedyc.
Y consensuar un plan entre los clubes con ingresos que se redujeron al mínimo (cuotas sociales, recaudaciones, cobro de operaciones ya realizadas, futuras y demás) engloba a muchos que no van a poder pasar la cuarentena.
Hay algunos casos entendibles, como aquellos clubes que viven al día, pero cuyos costos fijos deberán ser afrontados con pocos recursos.
Muchas de esas entidades tienen como principal ingreso a los fondos de la TV (pagaron marzo y abril -pese a que no hubo partidos- al menos en el caso de TNT y Fox que televisan primera), sobre todo los de Primera, razón por la que ajustaron sus presupuestos en torno a esos fondos. Pero irremediablemente, tarde o temprano van a generar deuda.
En otros casos, como el de Talleres, readecuarán su economía como ya lo hizo en marzo y se gastará los ahorros. Y deberá vender sí o sí en poco tiempo más para no violar ese Fair Play Financiero que lo llevó como una razón existencial. Propia y otra legal para por jugar en Primera sin deber un peso.
Y otros, aprovecharán la oportunidad para usar al Coronavirus como excusa. Y no se trata de clubes chicos precisamente. Este nuevo “orden” del fútbol argentino, tiene a San Lorenzo y a River como protagonistas y a sus respectivos presidentes, Marcelo Tinelli y Rodolfo D’Onofrio, como naves insignias. En el caso del empresario televisivo será quien vaya a pedir en representación todos los clubes, créditos y exenciones como si fueran todos ejemplares pagadores.
Sin embargo, de este lado de la General Paz, parece que no ha sido tan así y no precisamente por culpa del coronavirus. “Desde que fue transferido Matías Suárez, D’Onofrio nunca más me atendió el teléfono. Lo llamé más de 50 veces”, declaró Jorge Franceschi, el presidente de Belgrano que podría “ir a Fifa y seguir allí el pleito”, aunque sabe que eso sería darle una “ventaja” al “millonario”, porque jugaría con los tiempos de Fifa para pagar “a lo lejos y con sólo un 5% de interés anual”. El total adeudado es de 56 millones de pesos, o su equivalente de 870 mil dólares, que corresponden a los vencimientos de las cuotas de marzo y de abril. Belgrano, que en la segunda categoría tiene menos ingresos, necesita cobrar lo que produce como todos y deberá gastarse sus ahorros, pero no por eso le va a echar la culpa al Covid-19.
Y River no ha sido el único grande de la Superliga que no respetó el Fair Play Financiero. También incumplieron San Lorenzo (sí, el club del que Tinelli es su presidente) y Huracán.
El año pasado, según el tribunal de Disciplina de la Superliga había irregularidades en las declaraciones juradas y les quitaron siete puntos, pero días después, un comité de Apelaciones se los devolvió. Es más, lejos de hacer respetar el reglamento que exigía el libre deuda, Huracán pudo incorporar jugadores a principios, porque la misma Superliga se hizo cargo de cancelar el pago del pase de Juan Garro a Godoy Cruz, cuyo plan de pagos registraba un incumplimiento importante. Claro en aquellos momentos no había coronavirus, pero quizás haya habido “la pandemia del receso veraniego” que implica un mes de inactividad. “No todo es por el coronavirus, cada institución tiene que hacerse responsable de lo que generó”, fue la sentencia de Andrés Fassi, quien preside aun Talleres que tarde o temprano también deberá darle una solución al reclamo de Cibi por el pase de Emanuel Reynoso.
Lo cierto es que siempre habrá una nueva excusa para jugar debiendo. Así ha sido el fútbol argentino y así seguirá siendo.
SIEMPRE HABRÁ UNA NUEVA EXCUSA PARA JUGAR DEBIENDO, EN UN FÚTBOL SIN “FAIR PLAY” FINANCIERO.