A favor de la circulación
Aquellas personas que estén haciendo tratamientos para la circulación, se pueden beneficiar con estos tips de alimentación para lograr que las venas recuperen su funcionalidad:
-Menos sal y grasas: uno de los factores que influyen negativamente sobre la circulación de la sangre es el contenido en sal de la dieta, un exceso de sodio puede relacionarse con trastornos circulatorios y de retención de líquidos.
Un consumo excesivo de alimentos ricos en grasa saturada tiende a aumentar los niveles de triglicéridos y colesterol plasmáticos y aumenta la viscosidad de la sangre, lo que dificulta su circulación.
-Más omegas: la grasa poliinsaturada tiene la capacidad de disminuir la viscosidad de la sangre, por lo que favorece la corriente sanguínea. Este tipo de grasa se encuentra en los aceites de semillas (girasol, maíz, chía), los frutos secos y el pescado azul. Además, estas grasas aumentan el colesterol bueno y hacen que el malo no se acumule alrededor de las arterias, por lo que evitan la formación de placas en las paredes de los vasos sanguíneos.
-Vegetales doble acción: hortalizas y verduras, frutas frescas, cereales integrales, levadura de cerveza y legumbres son ricos en potasio. Los alimentos vegetales son ricos en fibra, que facilita el buen tránsito intestinal, muy importante para tener buena circulación a la altura de la pelvis y evitar la presión intrabdominal. Los cítricos contienen en su hollejo sustancias que mejoran el tono venoso, por eso, conviene consumir la fruta entera.
-Agua, té e infusiones: cuando se presentan problemas de circulación, se debe aumentar el consumo de líquidos, y el agua es la bebida más recomendable a la que se suman otras como los caldos de verduras y las infusiones de té rojo, diente de león, cola de caballo, etc.