Ser feliz de joven para serlo de anciano
Un estudio realizado por la Universidad de Granada, España, publicado en la prestigiosa revista Journal of Happiness Studies ha encontrado que los ancianos afirman ser menos felices que cuando eran jóvenes, pero que aquellos que estaban más satisfechos de jóvenes también lo están más de viejos. Además, el estudio señala que los ancianos internados en residencias son igual de felices, en general, que los no internados, aunque difieren en los aspectos de su vida que son más satisfactorios. Por ejemplo, los mayores no internados informaron de una mayor autoeficacia, un mayor número de actividades de ocio realizadas durante el último mes, un mayor número de familiares disponibles para recibir apoyo, un mayor apoyo recibido y un mayor afecto positivo comparados con los ancianos internos, mientras que éstos demostraron una mejor salud en general y menor incidencia de problemas de ansiedad.
Según este estudio, las personas mayores de 65 años son más felices cuando, a su vez, han disfrutado de una vida feliz. Además, aquellos mayores que no padecen depresión, tienen apoyo familiar y niveles bajos de estrés, y presentan un “correcto funcionamiento cotidiano”, están más satisfechos con su vida al final de ésta que los demás.
En el estudio participaron de forma voluntaria, completando una serie de auto-informes, 154 adultos mayores con edades comprendidas entre los 65 y 96 años, reclutados en diferentes contextos comunitarios, hogares privados y centros de atención y residencias de mayores. De ellos, la mitad eran mujeres, y el 35,7% estaban internados en centros geriátricos y residencias para mayores, mientras que el 64.3% no lo estaba y vivía en su hogar con o sin familiares u otras personas.