Gestos amistosos y primer mano a mano de Llaryora con el Presidente
No trascendió el contenido, pero hablaron “de gestión”, dijeron en el Centro Cívico.
Martín Llaryora conoció personalmente a Javier Milei el 19 de diciembre pasado, en la primera cumbre de gobernadores, en la Casa Rosada. Luego vinieron los cruces de febrero pasado, tras la caída de la “ley ómnibus”, y una relación que se congeló y quedó distante.
La visita del Presidente de ayer a Córdoba se dio en este contexto adverso en la relación personal y política con el gobernador, que habrá que ver en el tiempo si se modifica, luego de una reunión a solas que mantuvieron, luego del acto en la Plaza San Martín.
Antes de emprender el regreso a Capital Federal, el Presidente fue recibido nuevamente por el gobernador en el Centro Cívico. Ya más distendido luego de su discurso, Milei y Llaryora hicieron una recorrida por la Casa de Gobierno, que terminó en una reunión en el despacho principal.
La charla fue sin testigos y sus funcionarios más cercanos dijeron que el gobernador fue reacio a dar detalles de lo conversado.
“Lo único concreto es que ambos salieron sonrientes, al parecer satisfechos por el diálogo”, dijo uno de los ministros que permaneció afuera del despacho, junto a otros funcionarios nacionales, entre ellos, la hermana del presidente, Karina Milei, la influyente secretaria General de la Presidencia.
Dicen que durante todo el recorrido del Presidente en la ciudad, siempre buscó asegurarse de que su hermana estuviera a su lado. El único momento que la funcionaria no estuvo cerca fue -precisamente- en la reunión de Milei con Llaryora.
Esa fue una reunión formal, pero durante la estadía del Presidente, hablaron en varias oportunidades. En una también participó el intendente Daniel Passerini.
Antes de salir al balcón del Cabildo para saludar a los militantes en la Plaza San Martín, el Presidente compartió un café con el gobernador y el intendente, en el Salón Rojo del histórico edificio. También estuvo Karina Milei y no se hablaron de temas de gestión. Passerini no pudo hablar de la sensible cuestión de los subsidios nacionales para el transporte urbano.
Aunque hubo hermetismo sobre lo abordado en el Centro Cívico, hay algunas pistas.
Entre sus íntimos, el gobernador negó un acuerdo por la deuda de la Anses con la Caja de Jubilaciones. “No vendrá plata para la Caja”, dijo escueto, un encumbrado llaryorista.
No obstante, en las declaraciones que Llaryora hizo por la mañana en Río Cuarto, hay que buscar algunos indicios sobre los posibles temas abordados en la reunión reservada.
“Hay temas pendientes entre la Provincia y la Nación, pero aún no se dio la oportunidad de conversarlos. Sería bueno acordar con la Nación que la Provincia pueda finalizar obras públicas nacionales cuya paralización representan un peligro, como la autovía Río Cuarto-Holmberg”, dijo ayer por la mañana el gobernador, cuando encabezó el desfile oficial de la Provincia, en la capital alterna.
En este sentido, pocas horas antes del diálogo con el Presidente, que no estaba previsto, el gobernador también se refirió en Río Cuarto a las obras que la Nación tiene paralizadas con los municipios.
“Hay muchas obras en las ciudades y comunas, un programa que se llamaba ´Argentina hace´, que tenemos que charlarlo con los intendentes. Si la Nación ha decide no continuar, no perdamos tanto tiempo, pongámonos a trabajar todos juntos y entre todos demos una mano a la Argentina, que es una mano al Gobierno nacional”, sostuvo.
Llaryora deslizó que si hay un acuerdo con la Nación y los municipios, se podrían conseguir crédito internacionales para terminar esas obras inconclusas.
“Juntémonos con los intendentes. Son obras que se están deteriorando, causan peligro a la gente. Terminemos las obras en cada una de las ciudades y pueblos, con la posibilidad de conseguir financiamiento internacional. Eso necesita de un acuerdo entre todos”, agregó el gobernador, antes de hablar con Milei.