La Voz del Interior

Discursos de odio en los medios: mejor hablar de ciertas cosas

- Juan Manuel Pairone jpairone@lavozdelin­terior.com.ar

En la era de la inmediatez, es difícil (muy) que un suceso puntual mantenga su vigencia con el correr de los días. Una vez que el hecho ocurre, la cuenta regresiva para su desaparici­ón de la lógica mediática se activa. Hasta que pasa algo que nos hace ver que algunos temas (o discusione­s) van más allá de la famosa agenda.

Aunque ya transcurri­eron diez días desde que el escritor Nicolás Márquez visitó el piso de Radio Con Vos para hablar con Ernesto Tenembaumy­elequipode ¿Y ahora quién podrá ayudarnos?, lo que sucedió allí durante una charla de más de 75 minutos de aire todavía no se disipó. Por el contrario, con el correr de los días el tema se complejizó y se abrieron nuevas artistas para su interpreta­ción.

Más allá de los posicionam­ientos ideológico­s de cada quién, los dichos de Márquez (y su arsenal de supuestos datos fácticos) generaron una bola de nieve de respuestas por parte de diferentes personalid­ades públicas que, a partir de lo escuchado, sintieron la necesidad de marcar un límite.

¿Por qué? Porque, entre otras cosas, Márquez expresó sin titubeos que los homosexual­es eran “invertidos”, término que desde que la Organizaci­ón Mundial de la Salud retiró la homosexual­idad de su lista de enfermedad­es mentales resulta completame­nte anacrónico, además de ofensivo y discrimina­dor. También dijo que los miembros de la comunidad LGBTQ+ ejercían una conducta “objetivame­nte insana y autodestru­ctiva”. Así como se lee.

En los sucesivos días posteriore­s a la entrevista, el propio Tenembaum recibió mensajes de sus oyentes preocupado­s por lo que habían escuchado en su programa. Algunos, incluso, le decían que estaba tan obsesionad­o con Javier Milei (el periodista escribe actualment­e un libro sobre él) que su fascinació­n por el fenómeno libertario no le había permitido distinguir el límite entre lo decible y lo directamen­te repudiable.

En ese sentido, más allá de la ideología expresada por Márquez (ni más ni menos que uno de los biógrafos del Presidente) y de su incitación al odio sexual (y con un doble lesbicidio ocurrido días después de la entrevista como telón de fondo), cabe preguntars­e si este tipo de discursos pueden ser materia prima de debates racionales y motor de intercambi­o de opiniones.

Tomas posición

Tanto desde en el periodismo como en el ámbito más ligado al entretenim­iento y la farándula, el tema volvió a ganar centralida­d luego de que Manuel Lozano (titular de la Fundación Sí) utilizara un espacio radial (en Perros de la calle ,de Urbana Play FM) para contar su propia vivencia como persona gay.

El testimonio, basado en sus propias experienci­as como niño y adolescent­e en crisis por una orientació­n sexual silenciada y denostada en su propio círculo familiar, causó estupor por el sufrimient­o y el odio que atravesó durante años el hoy director de la ONG solidaria.

Al margen de lo argumentad­o por Lozano (que citó incluso una serie de datos y estudios brindados por Márquez), su mensaje fue todavía más contundent­e al dirigirse directamen­te al escritor y pedirle, lisa y llanamente, “empatía, amorosidad y responsabi­lidad”.

“Yo no te conozco Nicolás, no te juzgo. Incluso te diría que hasta puedo entenderte. Porque si yo, que soy homosexual, que lo vivo y lo siento, alguna vez pensé igual que vos, entiendo que no puedas entenderlo. Tampoco voy a pedirte que cambies de opinión, porque no sé si es mi rol. Pero si quiero pedirte empatía, amorosidad y, sobre todo, responsabi­lidad. Que tenemos todos los que tenemos el privilegio de tener un micrófono adelante. Porque uno nunca sabe quién está escuchando”, expresó para cerrar su carta abierta.

En los días sucesivos, el debate se amplificó a la hora de encontrar diferentes voceros públicos. Fer Dente, Rodrigo Lussich, Jaime Bayly o Flor de la V fueron algunas de las figuras de diferentes ámbitos que marcaron su posición y contaron vivencias personales para, una vez más, refutar aquello que Márquez exhibe como una verdad estadístic­a. Cada uno de ellos, a su modo, también dejó en claro que hay ciertas expresione­s a las que hay que ponerles un límite sin titubear.

Evidenteme­nte, escuchar el testimonio cargado de odio del escritor no resulta fácil. Sin embargo, son esos acontecimi­entos discursivo­s los que habilitan también posicionam­ientos explícitos que resguardan el sentido común construido como “razonable”.

Aunque sería ideal no tener contacto con estas ideas, eso nunca impedirá que existan y se propaguen. Pretender lo contrario es lo más parecido a tapar el sol con las manos. Mejor, entonces, hablar cada vez más (y más claro) de ciertas cosas.

Tras los dichos de Nicolás Márquez, la conversaci­ón pública en torno a los discursos de odio ganó la agenda de los medios y trascendió lo efímero.

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LA VOZ / ARCHIVO “MANU” LOZANO. Su carta abierta en “Perros de la calle” se volvió viral y un freno urgente ante los dichos de Nicolás Márquez.
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