Casco céntrico, en coma
El casco céntrico de Córdoba, antes el corazón de la ciudad, está desfalleciendo. Atacado por la explosión de shoppings, la descentralización natural de actividades, la ausencia cada vez más notoria de habitantes permanentes, se sumó la pandemia para terminar de enviar el sector céntrico a terapia intensiva.
Para completar la enfermedad terminal, la nueva intendencia está colaborando a su defunción total. El transporte público, fuente de peatones en el Centro, tiene cada vez menos frecuencias y se han alejado de la plaza San Martin los corredores por donde circulan las unidades.
La implementación de nuevas zonas peatonales, han limitado las vías de tránsito vehicular, produciendo numerosos embotellamientos. El estacionamiento de autos es cada vez más escaso y oneroso.
Las veredas ya sobran para los pocos peatones que caminan por ellas y los locales desocupados se suman a la tristeza general.
En este contexto, se propone limitar aún más el acceso al casco céntrico, anulando dos carriles de la única avenida que cruza de Sur a Norte la ciudad: Maipú-Chacabuco.
Confiar en el ciudadano en bicicleta o a pie para activar el casco céntrico es ignorar que nuestra ciudad tiene una topografía “plato” y hacia los cuatro puntos cardinales sus calles suben en pendiente pronunciada.
Copiar modelos urbanísticos sin tener en cuenta el contexto ni la idiosincrasia, con el solo argumento de que es el futuro, no es serio ni oportuno.
Lo cierto es que las decisiones municipales están contribuyendo a poner en coma terminal el casco céntrico de nuestra querida ciudad de Córdoba.
Alicia Zurita