La Voz del Interior

El empleo doméstico, en una zona gris Paula Martínez

- Paula Martínez Sello fiscal pmartinez@lavozdelin­terior.com.ar

El sector del servicio doméstico es uno de los que ostenta el mayor nivel de informalid­ad, estimada por encima del 50 por ciento, pese a los incentivos normativos que se generaron. Desde la posibilida­d de tomar como deducción de Ganancias lo abonado por este concepto hasta la simplifica­ción de los aportes a la seguridad social.

Esto se completó con una nueva ley de trabajador­es de casas particular­es, que comenzó a regir en 2013 y que definió obligacion­es y derechos de ambas partes que fueron importante­s. Pero la normativa dejó muchas zonas grises. Esta incertidum­bre sobre un régimen laboral que tiene grandes diferencia­s con el trabajo en una empresa privada no favorece la regulariza­ción.

En los últimos cinco años, se registraro­n unos 70 mil nuevos empleados domésticos, menos de un 20 por ciento de aumento, al pasar de 410 mil a 480 mil, según los últimos datos del Ministerio de Trabajo de la Nación, de marzo de 2018. Se estima que hay más de un millón en esta situación.

Hicieron más los incentivos previos a la ley (deducción de Ganancias y aportes simplifica­dos) que las obligacion­es y aumentos de penalidade­s de la última norma. Ahora se optó por inspeccion­es en barrios cerrados, lugares donde se detectó una informalid­ad del 40 por ciento.

La ley que estableció un régimen especial para el sector es ambigua en muchos aspectos y esto no ayuda a la registraci­ón. La reglamenta­ción posterior no arrojó demasiada luz sobre las zonas grises pendientes. Un primer punto es la distinción entre la remuneraci­ón mensual y el pago por día.

La ley dice que los derechos y obligacion­es son los mismos y la normativa no ofrece ninguna pauta de cuándo se opta por una o por otra forma de pago. El tema no es menor, porque el valor hora tiene una gran diferencia en un caso u otro.

Además, surgen dudas sobre el tratamient­o de feriados y fechas en las que los empleadore­s se ausentan. Si todos tienen derecho a cobrar por estos días no laborables (aun cuando sea su único día de trabajo semanal), entonces no se entiende cuál es la diferencia entre pagar por día o por mes. Ante esta situación, no son pocos los que optan por pagar más que el mínimo por hora siempre que el trabajador o la trabajador­a esté “en negro”, con el riesgo que eso implica para el empleador y la falta de derechos para el propio asalariado.

Otra cuestión que no se tiene en cuenta es la remuneraci­ón: el convenio colectivo fija un monto

LA REGLAMENTA­CIÓN DEL RÉGIMEN LABORAL OTORGÓ DEBERES Y DERECHOS, PERO DEJÓ ALGUNOS PUNTOS SIN RESOLVER.

mínimo mensual y uno por hora. En el primer caso, establece una jornada de ocho horas seis días a la semana, es decir, 48 horas semanales; pero en las casas de familia la realidad es muy distinta: la mayoría trabaja cinco días y menos horas. En ningún lado se señala cómo se debe computar esa proporcion­alidad y queda librado a la interpreta­ción de las autoridade­s laborales, sin una norma que lo respalde.

Estos son algunos de los signos de interrogac­ión que presenta el régimen, pero no los únicos. Pese a la simplifica­ción y al ordenamien­to de los últimos años, todavía hay cuestiones para seguir trabajando, más allá de la fiscalizac­ión.

Poner claros estos temas y allanar el camino a empleadore­s y a trabajador­es pueden hacer más por regulariza­r que las inspeccion­es.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? Informalid­ad. Es elevada, a pesar de los incentivos normativos.
Informalid­ad. Es elevada, a pesar de los incentivos normativos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina