Según la edad
ORIENTACIÓN. La Sociedad Argentina de Pediatría da una orientación general sobre la relación entre el desarrollo de cada etapa y los juegos recomendados.
0-3 MESES. Sirven los juguetes con sonidos, colores, diferentes texturas. Por ejemplo, colgantes para cunas y cochecitos, muñequitos que puedan acercar los adultos a los bebés. La música y la lectura son buenos estímulos en cualquier etapa
4-5 MESES. El bebé ya puede sostener objetos con sus manos. Deben ser de materiales seguros, coloridos, y de tamaño considerable para que no los pueda tragar.
6-7 MESES. Cuando logra sentarse, el bebé puede jugar en esa posición que le da más posibilidad de interacción. Se lo puede introducir en el mundo de las formas, los colores y los encastres.
8-11 MESES. En esta etapa, algunos niños comienzan con el gateo, por lo que gran parte de su entretenimiento consistirá en desplazarse y descubrir el mundo. También comienza la “angustia del octavo mes” cuando descubren que la madre es alguien independiente. Por eso tiran objetos y esperan que vuelvan de la mano de un adulto. Así, se simula la situación de alguien que se va, pero vuelve. Este juego ayuda a ordenar la estructuración psíquica de la etapa. Se puede ir progresando en la complejidad de los juegos de encastre y de apilar.
12-18 MESES. Los juegos que tengan que ver con arrastre y movimiento serán de mucha utilidad (autitos, trencitos, animalitos con manija para arrastrar).
18-24 MESES. Ya se puede introducir al niño en el mundo de los rompecabezas sencillos, lápices para pintar, juguetes que puedan meterse dentro de envases de plástico o cajas, cuidando que no sean demasiado pequeños.
24 MESES. Todo material maleable, como la masa para armar formas servirá como entretenimiento y motor de creatividad, y contribuirá a la preparación para el momento del control de esfínteres. Otros juegos para tener en cuenta son los de memoria y reconocimiento de formas y colores. Comienzan los juegos simbólicos (de imitación).
36 MESES. Ya realizan actividades físicas como saltar, andar en triciclo, jugar con pelota; también pueden armar rompecabezas y juegos de encastre más complejos. También comienzan a compartir los juegos con otros niños.
4-5 AÑOS. Ya pueden comprender consignas más complejas, por lo que pueden participar de juegos reglados, como las cartas o los dados.