A casi un mes del baile trágico, aún no hay definiciones
En la madrugada del 15 de abril pasado, Pablo Villafañe, un muchacho de 33 años, encontró la muerte luego de sufrir una sofocación en una aparente avalancha en el ingreso a un baile del cantante Carlos Jiménez, en el estadio Sargento Cabral del barrio San Vicente de Córdoba.
A poco de cumplirse un mes de aquella dramática madrugada, la investigación judicial sigue desarrollándose, pero todavía no hay definiciones concretas.
Si bien los resultados de la autopsia y de otros estudios forenses toxicológicos están listos, la fiscal Milagros Gorgas espera otro informe de los peritos para terminar de concluir cómo fue y por qué el muchacho murió. Lo central está en determinar si fue producto de un aplastamiento.
En tanto, la funcionaria judicial también trabaja para determinar, o descartar, eventuales responsabilidades penales en torno a este episodio que por ahora no tiene una calificación legal.
La investigación inicial avanza para determinar ciertos aspectos en torno al evento, por caso: cuánta gente asistió, cómo fue el control de ingreso al salón de baile, cómo fue realizado el operativo en las afueras, qué sucedió con los médicos y el plan de contingencia, qué rol tuvo la Policía y los responsables del evento, entre otras cuestiones primordiales.
“Estamos trabajando mucho, de forma permanente. Quiero ser cauta. Ya tengo algunos resultados forenses y espero otros complementarios para tener una situación clara de lo que pasó”, explicó la fiscal Gorgas a La Voz.
“De forma paralela, se están tomando diversos testimonios de los asistentes, al tiempo que se están haciendo diversas averiguaciones con la Policía, la Municipalidad y los encargados del evento para trazar el cuadro de lo sucedido”, añadió la funcionaria judicial.
El drama sucedió pasadas las 2 del 15 de abril pasado en el club Sargento Cabral.
Pablo y tres amigos intentaban entrar al salón en medio de una, según testigos, caótica entrada.
A diferencia de otras veces, Jiménez había comenzado a actuar antes, lo que disparó la ansiedad de una gran cantidad de fans, que comenzaron a empujar a quienes intentaban entrar.
La montonera, el caos, los empujones, la pequeña entrada y una aparente falla del operativo derivaron en avalanchas y personas aprisionadas y heridas.
Pablo fue la única víctima fatal. Mayra, una sobreviviente, dijo a este diario que hubo “avalanchas y pisotones” en esa entrada.