Venezuela: crece la violencia con protestas y más saqueos
Los disturbios en las calles dejaron 36 muertos en poco más de un mes. Los choques entre la policía y los manifestantes incluyeron bombas lacrimógenas, cócteles molotov y piedras.
La oposición venezolana continuará este fin de semana su presión en las calles contra el presidente Nicolás Maduro, pese a un recrudecimiento de la violencia que dejó 36 muertos en poco más de un mes de protestas, que han degenerado en saqueos y disturbios.
Un joven murió ayer tras ser gravemente herido en incidentes registrados en la ciudad de Valencia (norte), donde hubo choques entre opositores y las fuerzas de seguridad, y saqueos en un centenar de negocios.
“Esto es vandalismo. Se aprovechan de las protestas para salir a robar. Se robaron casi toda la comida. ¿Ahora qué comemos?”, declaró Magaly Oliveros, ama de casa de 64 años, en Valencia, 160 kilómetros al oeste de Caracas.
Los saqueos ocurrieron también en otras ciudades. Temerosos ante nuevos estallidos de violencia muchos se aprovisionan de comida, agua y gasolina. En algunos sectores de Valencia, la gente compra yuca y plátano, lo que encuentran.
En Caracas, un grupo de estudiantes se manifestó en la Universidad Central, pero no marcharon hacia el Ministerio del Interior, adonde no pudieron llegar el jueves porque la policía se los impidió con bombas lacrimógenas, desatándose una batalla campal en la que jóvenes encapuchados respondieron con cócteles molotov y piedras.
Los opositores preparan para hoy una marcha de mujeres que -vestidas de blancotratarán de llegar a la se- de del Ministerio de Interior, en el centro de Caracas, para exigir el cese de lo que denuncian como una “salvaje represión”.
“El régimen se está cayendo. No tiene fuerza y está mostrando lo peor que tiene, usando las armas porque no tienen la razón”, dijo Lilian Tintori en el portón de la cárcel de Ramo Verde, en las afueras de Caracas, donde exige le dejen ver a su esposo, el opositor Leopoldo López, incomunicado desde hace 33 días.
Las protestas ocurren en medio de un colapso económico que genera una severa escasez de alimentos y medicinas, y la inflación más alta del mundo, que llegaría a 720% en 2017 según el FMI. Más del 70% de los venezolanos, según encuestas privadas, rechaza la gestión de Maduro. El Departamento de Estado expresó su “profunda preocupación” por la intención del presidente venezolano, Nicolás Maduro, de convocar una Asamblea Constituyente para cambiar la Carta Magna y advirtió de que podría estudiar nuevas sanciones a funcionarios de Caracas a raíz de ese “paso atrás” en la situación de ese país .
“La batalla es entre la mayoría y la fuerza. La mayoría termina con más heridos pero la fuerza con una profunda e irremediable herida moral”, comentó el analista Luis Vicente León.
La oposición exige llamar a elecciones generales. Sin embargo, Maduro presentó el miércoles ante el Poder Electoral el decreto de convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, que según sus adversarios busca eludir comicios de gobernadores y alcaldes este año y las presidenciales en 2018.
Maduro sostiene que la Constituyente permitirá “reconciliar” al país y frenar lo que llama la “arremetida de la derecha opositora” que según él busca derrocarlo y propiciar una intervención de Estados Unidos para apropiarse de la riqueza petrolera del país sudamericano.