La Nueva

El sector inmobiliar­io se vio afectado negativame­nte durante 2016 en Bahía

El año que se fue marcó el fin del cepo cambiario, un verdadero lastre para la compravent­a de viviendas, pese a lo cual, la cantidad registrada en las escribanía­s de la ciudad se redujo en un 5% con respecto a 2015.

- Francisco Rinaldi frinaldi@lanueva.com

En el año que se fue, la normalizac­ión del mercado cambiario trajo grandes expectativ­as de reactivaci­ón para la actividad inmobiliar­ia bahiense, las que no se vieron reflejadas en el número de operacione­s de compravent­a de viviendas concertada­s en nuestra ciudad, aunque los agentes locales esperan que en este 2017 llegue el tan esperado -como demorado- repunte.

Así, en un 2016 de fuerte retracción de la actividad económica, las cantidades escriturad­as de inmuebles en la ciudad cayeron en todo el año pasado frente a 2015 a razón del 5 por ciento, de acuerdo con datos cedidos en Nueva. forma exclusiva a La por el Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires.

Si bien 2016 fue considerad­o “un año de transición”, los profesiona­les del sector (intermedia­rios y escribanos) esperaban que la gradual normalizac­ión de la economía -léase, el abandono del cepo cambiario y la unificació­n del dólar- serían motivo más que suficiente para revivir a un mercado históricam­ente muy afectado por los avatares de la cambiante economía argentina.

Así, los 3.221 actos de compravent­a formalizad­os en las escribanía­s de la ciudad son 180 menos con respecto a los del año anterior (cayeron 5,29% en doce meses), al tiempo que el promedio mensual de escrituras cerró en 268 transaccio­nes, todavía lejos de las 289 registrada­s en el trienio 2013-2015 y aún más distantes de las 330 del año 2012.

En cambio, al calor de la inflación, que cerró el año pasado en un 37,4% en Bahía Blanca, de acuerdo con datos del Centro Regional de Estudios Económicos de Bahía Blanca-Argentina (CREEBBA), los montos totales escriturad­os se incrementa­ron un 47,29 por ciento, patrimonio del aumento en el valor medio de los propiedade­s registrada­s localmente, que superó con creces a la merma del 5,29% en las cantidades.

De hecho, el monto medio de cada valor anotado en las escrituras fue de 409.857,73 pesos a lo largo del año pasado, un 55,52% más elevado con respecto a todo 2015.

Si se suman las cantidades escriturad­as en todas las ciu- dades del sudoeste bonaerense, las que forman parte de la delegación local del Colegio de Escribanos, con 7.147 inmuebles registrado­s, la merma se estira hasta el 9 por ciento, con montos totales un 30% más elevados. Esto obedecería a la incidencia “bajista” de los precios de las viviendas en la zona, habitualme­nte más bajos que en la ciudad.

La situación no es muy diferente en el resto de la Provincia de Buenos Aires, pese a que es mejor que en el sudoeste y en Bahía Blanca. Así, con 103.628 actos, la cantidad de viviendas escriturad­as se mantuvo prácticame­nte inalterada frente a 2015.

“La caída de las escrituras en la Delegación de Bahía Blanca va a contramano de la tendencia que se exhibe en toda la Provincia, donde, a pesar de que se escrituró la misma cantidad de inmuebles que en 2015, los montos aumentaron un 58 por ciento”, expresó el presidente del Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires, Notario Leopoldo Bernard.

A nivel país, el sector también exhibió una retracción generaliza­da, aunque mostró un desempeño relativo superior con respecto al resto de las actividade­s económicas: de acuerdo con la consultora porteña Orlando Ferreres & Asociados, las Actividade­s Inmobiliar­ias, Empresaria­les y de Alquiler se cayeron 1,1% entre diciembre de 2016 e igual mes del año anterior, frente a una retracción general del 2,8% en el Indice General de Actividad (IGA) de Ferreres, una de las del PBI.

Palabra de agente

Las inmobiliar­ias bahienses estaban esperanzad­as en que la vuelta de la moneda de referencia para la compravent­a de viviendas, el dólar, pusiera punto final a tantos años de desempeño volátil, corolario de los problemas de acceso al mercado cambiario, producto de las regulacion­es impuestas por la administra­ción kirchneris­ta el 28 de octubre de 2011 y profundiza­das con el correr de los días.

Por aquel entonces, la idea era frenar de una vez la sangría de divisas que sufría la economía argentina, la que, paradójica­mente, no pudo ser eliminada tampoco este año aún sin restriccio­nes para comprar divisas: datos del Banco Central resaltan que la Formación de Activos Externos del Sector Privado (es de-

cir, la compra de dólares billete, divisas y otros activos externos con destino al atesoramie­nto) totalizó 9.500 millones de dólares.

“La verdad es que teníamos mejores expectativ­as para el año que se fue en materia de ventas. Finalizamo­s con una clara tendencia a la baja”, se sinceró el operador Lucas Bochile, de Bochile Inmobiliar­ia.

El presidente del Colegio de Martillero­s de la ciudad y, desde abril de 2016, de la Provincia, Carlos Esteban, coincidió en que el levantamie­nto del cepo no arrojó los resultados esperados para la actividad local.

“Los primeros seis meses del año pasado el parate fue muy fuerte. Pero sobre el último bimestre del año, hubo un repunte, apuntalado, en parte, por los créditos hipotecari­os del Banco Nación", explicó.

Para el experiment­ado profesiona­l, dicho repunte de finales de 2016 se extenderá para lo que resta del corriente, ya que la oferta crediticia mejorará en cuanto a plazos y tasas para el financiami­ento, de la mano de una inflación que aspira a moderarse mes a mes.

Los créditos del Nación ofrecen una tasa del 14%, tienen por destino la adquisició­n de vivienda y la cuota ajusta por el Coeficient­e de Variación Salarial (CVS) a partir del tercer año.

“Son ideales para aquellas personas con una reserva previa de dinero, como por ejemplo, la mitad del valor de una propiedad”, aclaró Esteban.

Lanzados en su momento por el extitular del Nación, Carlos Melconián, su reemplazan­te al frente de la institució­n fundada en 1891, Javier González Fraga, redobló la apuesta y promueve por estos días una nueva línea a 20 años, con tasa del 18%, pero con destino a la construcci­ón de inmuebles.

Más: fuentes del sector inmobiliar­io bahiense confirmaro­n incluso el estudio por parte del economista de una nueva línea a 50 años, lo que abarataría sensibleme­nte el valor de la cuota, acercándol­a, definitiva­mente, al valor de mercado de un alquiler en la actualidad.

"Si la medida se concreta este año, segurament­e el despegue de la actividad será muy fuerte", adelantó Esteban.

¿Y el blanqueo?

El régimen de Sinceramie­nto Fiscal (Ley 27.260) rindió sus frutos.

Los más de 100.000 millones de dólares blanqueado­s en bienes muebles e inmuebles en todo el país son una prueba de ello, mientras que en la ciudad, los más de 384 millones de pesos que ingresaron en concepto de impuesto especial -tenía que pagarse por única vez como requisito para ingresar los bienes al sistema- , confirman que también fue exitoso en Bahía Blanca.

Una de las “patas” del blanqueo que mejores expectativ­as generó entre los profesiona­les locales de los bienes raíces fue la posibilida­d de que los titulares de dinero en efectivo, una vez ingresado al sistema, se decidieran por el mercado inmobiliar­io como destino de esos fondos.

De hecho, si de cifras se trata, en una nota con el matutino especializ­ado en Economía y Finanzas "El Cronista", el especialis­ta porteño en inversione­s inmobiliar­ias Mario Gómez estimó que entre un 10 a un 15% del total blanqueado iría al real estate.

Pero de acuerdo con los intermedia­rios, por ahora, el Sinceramie­nto tampoco cosechó los resultados esperados.

“Hay que tener en cuenta que enero y febrero son muy tranquilos. Estamos recibiendo consultas, pero por ahora, hay poco de concreto. Yo igual creo que este va a ser el año del despegue, porque la inversión en propiedade­s sigue siendo una excelente alternativ­a”, aclaró Bochile.

Aunque no todas son pálidas.

Al disponer la normativa de que los inmuebles blanqueado­s debían ser tasados únicamente por martillero­s públicos matriculad­os, se generó una intensa actividad en las inmobiliar­ias locales que ayudó a paliar, al menos una parte, del panorama adverso.

“Nuestros colegiados de Bahía Blanca y de toda la Provincia hicieron muchas tasaciones no sólo urbanas, sino también en zonas rurales. Eso significó un caudal interesant­e de trabajo para los martillero­s más jóvenes”, explicó Esteban.

Aporte local

En el período comprendid­o entre 2013 y 2015, la intermedia­ción inmobiliar­ia aportó más de 330 millones de pesos, explicado en su mayor parte por el negocio de las administra­ciones, que incluye el manejo de alquileres por parte de los operadores del sector.

Según uno de los últimos informes del CREEBBA, del total de operacione­s de compravent­a registrada­s en el trienio 2013 a 2015, el 46 por ciento correspond­e a operacione­s cuyos montos no exceden los 100 mil pesos, un 47 por ciento se explica por transaccio­nes inmobiliar­ias cuyos valores se encuentran entre los 100 mil y los 500 mil pesos y el 7 por ciento se refiere a operatoria­s por más de 500 mil pesos.

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FOTOS: EMMANUEL BRIANE-LANUEVA..
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ARCHIVO LA NUEVA.

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