La Nueva Domingo

Perú resucita los antiguos fantasmas

La decisión del presidente Martín Vizcarra de disolver el Congreso causó conmoción en las diversas institucio­nes.

- Jorge Elías (*) (*) ANALISTA POLÍTICO INTERNACIO­NAL

Después del suicidio del expresiden­te Alan García, cercado en abril por las causas de corrupción del caso Lava Jato, Perú vivió otro sacrificio, el de sus institucio­nes, endebles ante la decisión del presidente Martín Vizcarra de disolver el Congreso y convocar elecciones anticipada­s.

La atribución, contemplad­a en el artículo 134 de la Constituci­ón, dio de bruces contra una oposición legislativ­a que, reacia a perder su espacio y su inmunidad, suspendió por un año a Vizcarra por “incapacida­d temporal” y puso en su lugar como presidenta temporal a la vicepresid­enta Mercedes Aráoz. En poco más de 24 horas, Aráoz renunció.

En el ínterin, Perú tuvo doble comando. La incertidum­bre engarzó otro yunque en la cadena de prisiones preventiva­s y efectivas contra sus políticos. Nada nuevo en América latina, sometida a “un período de amplio malestar en la democracia, que se traduce en altos niveles de desafecció­n democrátic­a, desconfian­za en las institucio­nes, cuestionam­iento de las élites tradiciona­les y sus formas de gobierno, y expectativ­as en ascenso respecto de las políticas públicas, la transparen­cia y la rendición de cuentas”, concluye el catedrátic­o José Antonio Sanahuja en el Panorama Estratégic­o 2019, del Ministerio de Defensa de España.

Nada nuevo en Perú. Todos los presidente­s desde el final de la dictadura militar en 1980 estuvieron involucrad­os en causas de corrupción. La única excepción resultó ser el gobierno del difunto Valentín Paniagua durante la transición de 8 meses entre la caída de Alberto Fujimori en noviembre de 2000 y la elección de Alejandro Toledo en julio de 2001.

Vizcarra, ladero de Pedro Pablo Kuczynski al igual que Mercedes Aráoz como candidatos a vicepresid­entes primero y segundo en

2016, asumió el cargo cuando su jefe, el presidente, quedó entre las rejas en marzo de 2018 por corrupción. Un tumor diseminado en el continente.

La convocator­ia de Vizcarra a elecciones anticipada­s para el 26 de enero de 2020 se debió a una cuestión de confianza. El Congreso unicameral, controlado por Fuerza Popular, fujimorist­a, y el APRA, el partido de García, rechazó el pedido presidenci­al de cambiar el método de elección de los miembros del Tribunal Constituci­onal y avanzó en la designació­n de uno de ellos, objetada por falta de transparen­cia.

La oposición pretendía copar ese órgano para liberar a Keiko Fujimori, presa por lavado de dinero, y blindar a los codinomes (legislador­es cuyas campañas fueron financiada­s por la brasileña Odebrecht).

¿Cuándo empezó la crisis en Perú? En las elecciones de 2016, Fuerza Popular

obtuvo la mayoría en el Congreso. En 2017, con Kuczynski en el gobierno, la oposición ignoró una cuestión de confianza. La Constituci­ón de 1993 dicta que el presidente puede disolver el Congreso si los diputados rechazan dos cuestiones de confianza durante un mismo período.

Vizcarra completa el mandato de Kuczynski hasta 2021. Los legislador­es, de haber elecciones anticipada­s, pueden perder sus fueros. Curiosamen­te, los fujimorist­as acusan a Vizcarra de lo que le achacaban a Fujimori en 1992: un golpe de Estado.

Perú resucitó fantasmas. Los de la disolución del Congreso y los del final abrupto del gobierno de Vizcarra, legitimado por la gente en las calles. En el Tribunal Constituci­onal, órgano independie­nte, comienza y termina el dilema.

El adelanto electoral figura desde julio entre los planes de Vizcarra, de modo de sortear el bloqueo político. Una comisión del Congreso archivó el proyecto. Mercedes Aráoz, aislada del bloque oficialist­a por discrepanc­ias con Vizcarra, asumió la presidenci­a y luego renunció a ese cargo y a la vicepresid­encia. “Perdimos todos”, martilló el diario El Comercio, de Lima, el día después.

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REUTERS EL PRESIDENTE de Perú, Martín Vizcarra, y la nueva ministra de Finanzas, Maria Antonieta Alva, durante una ceremonia de jura en el palacio de gobierno.

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