Un nuevo cerco, modesto pero significativo
Otro inmueble local que, por su mal estado, se convierte en una amenaza para los caminantes, a partir de la posible caída de partes de su frente.
UNAS POCAS
barandas, colocadas al costado del acceso principal al edificio, comenzaron a estar de manera permanente en la vereda del Club Argentino, el magnífico edificio de avenida Colón y Vicente López, declarado Monumento Histórico Nacional.
EL HECHO
podría pasar desapercibido sino fuera porque conforma un signo de otro inmueble local que, por su mal estado, se convierte en una amenaza para los caminantes, a partir de la posible caída de partes de su frente.
ES SIMPLE
advertir la falta de muchas de las pizarras que cubren el último piso del edificio, en una cubierta a mansarda propia de los aires afrancesados de la obra, las cuales se han desprendido, dejando al descubierto una estructura de madera que ha sido pintada de negro para disimular esa ausencia.
A ESTO
se suma el peligro de caída de revoques, molduras y hasta la creciente cantidad de excremento producido por las miles de palomas que utilizan los salientes del edificios para su estancia.
LAS MENCIONADAS
barandas de vereda se alinean con el cerco de chapa que desde hace más de un año rodea a otro histórico edificio: el que ocupa desde 1928 la Escuela Nº 2, con frente sobre calle Vieytes, el cual se extiende por calles Moreno y avenida Colón.
DE SEGUIR
avanzando este nuevo vallado, es posible que toda la manzana que contiene a estos dos históricos bienes termine completamente protegida frente al preocupante estado de los frentes. Incluso es posible que la esquina, donde funciona un comercio gastronómico, arme alguna improvisada cubierta de chapa.
EL PAISAJE
urbano del lugar ya está afectado y seguirá cada vez peor, a menos que haya una adecuada reacción de las autoridades locales para gestionar ante la provincia, en el caso de la Escuela Nº 2, y ante las autoridades del club, en el caso de Argentino, buscando caminos que permitan pensar en una obra adecuada que permita frenar esa afectación e ir recomponiendo sus partes.
ES PENOSO
resignarse a esconder y cercar estas obras de arte, una arquitectura magnífica que habla de otros tiempos y de otros hombres.
QUE CUENTA
la historia de la ciudad y que con su actual aspecto también sugiere demasiado de indiferencia y decadencia.