!No me miro , al espejo jamas!
estuve desanimada, con baja autoestima y postergué la peluquería, las entrevistas y los festejos. Me tomé algún “traguito” y dormí más de lo aconsejable. Una mañana reaccioné afirmando “la vida continúa”, me vi en el tocador de mi baño y creí que iba a perecer del susto. ¿Esa señora decrépita y amargada era yo? ¿ Ese ejemplar con canas crecientes, párpados hinchados, comisuras decaídas, mirada alucinada y expresión feroz, en serio era yo? De inmediato acudí a cristal de una vidriera y dijo: “¡ Mirá qué gordas esas mujeres!”, “Somos nosotras”, ladró su ladera. Tenía humor para contarlo y me decía que eso la había convencido para iniciar una nueva dieta. Baudelaire, con el cual coincido, consideraba que estar linda se conseguía solo de manera artificial. Sostenía que era casi imposible alcanzar la Belleza (con mayúscula). De ahí que la haga hablar, distante y desafectada en sus poemas: “Porque tengo para fascinar a esos dóciles amantes, puros espejos que tornan todas las cosas más bellas: ¡ Mis ojos, mis grandes ojos, los de los fulgores eternos!”. Rita Hayworth ordenó retirar sus retratos de Gilda cuando l legó a su madurez. Recién ahora la comprendo. Ya abuela, extraño a mi madre quien cada noche me preguntaba qué ropa y complementos luciría a la mañana siguiente para disponerlos, planchaditos y prolijos. “¡ Mamá, ser vos y yo es complicado!”. Ya sabemos que el amor ayuda, ¡ y cómo! Verse ref lejada en la mirada del que nos desea personifica el premio más deleitable en este impredecible cosmos. Mirarnos a través de la mirada del que nos ama nos mueve a la armonía, al esmero, al detalle, al perfume, a los ademanes, a la sonrisa, al tono, al gesto, a la frase. Los griegos decían que la belleza era verdad. Y es ahí donde podemos quedarnos tranquilas y mirarnos en todos los espejos, aun los gigantes, ya que es cuando nos mostramos con la piel dada vuelta. Por eso me apasiona “mi” Oscar Wilde cuando define con certeza: “La belleza y la fealdad son un espejismo, porque los demás terminan viendo solo nuestro interior”.