LA NACION

Denuncian un intento de fraude en las elecciones de italianos en la Argentina

Un senador electo reveló el uso de papeletas falsas en mesas argentinas y apuntó contra la USEI; votos anulados

- Elisabetta Piqué

ROMA.– Como ocurrió ya en varias ocasiones anteriores, la votación de los italianos residentes en la Argentina se vio envuelta en un escándalo. Tal como contó con detalles a la nacion el médico cordobés Mario Borghese, que ya fue dos veces diputado por el Movimiento Asociativo Italianos en el Exterior (MAIE) y esta vez logró entrar en el Senado, hubo un intento de fraude de película, del que fue testigo de primera mano.

El engaño se intentó hacer con papeletas falsas, pero que fueron descubiert­as y, finalmente, anuladas, ya que habían sido impresas, al margen que con un color distinto, con un error garrafal de ortografía: “diputati” en lugar de “deputati”. Algo que hizo encender todas las alarmas y que determinó que las autoridade­s electorale­s terminaran anulando 64.480 votos de diputados y 39.922 de senadores.

Detrás del intento de fraude, según acusó Borghese, estuvo la Unione Sudamerica­na Emigrati Italiani (USEI), partido del empresario de bingo ítalo-argentino y exdiputado Eugenio Sangregori­o, ya envuelto en el pasado en escándalos similares. El último provocó, en diciembre pasado, que el ítalo-argentino Adriano Cario, del mismo partido, fuera expulsado del Senado tras certificar­se que su elección en 2018 en Buenos Aires había sido fraudulent­a.

La maniobra

¿Cómo fue el intento de fraude esta vez? “Es para escribir una película de Netflix, es como que el ladrón te toque timbre [y diga] ‘soy el ladrón, me llamo tanto’ y te robe”, comentó Borghese, de 41 años, aún azorado, que con dos legislatur­as sobre sus espaldas logró entrar en el Senado, tarea más que difícil porque esta vez solo había cuatro bancas a disposició­n, debido a la reducción del Parlamento italiano. “Es bizarro porque no solo se intentó el fraude con las papeletas con el error de tipografía, sino también truchaban el ‘tagliando’, es decir, el certificad­o que indica que uno votó, con números inventados de las listas de los residentes del exterior”, denunció Borghese, con su tonada cordobesa intacta.

“Sabiendo los antecedent­es de la USEI de Eugenio Sangregori­o en 2006, 2008, 2013, 2018, que siempre quiso entrar en el Parlamento –a veces pudo–, y conociendo la ‘historia clínica’, cuando vemos la lista del USEI, que se politizó tanto, ahí sospechamo­s. Se politizó porque iba Rodrigo Miguel –hermano de Felipe Miguel, jefe de Gabinete de la ciudad–. Y después lo pusieron también a José Palmiotti, presidente de la comuna 4 de la ciudad, puntero político de boca, defensor del turista de la ciudad, que en una interna de la UCR se baleó y donde hubo armas de fuego”, relató. “Sin contar, además, el apoyo de Daniel Angelici y sectores del radicalism­o en Evolución y también de muchos sectores de Pro a esa lista durante una campaña electoral con esos respaldos muy fuertes, pero sin candidatos haciendo campaña”, denunció.

Con esas sospechas, el domingo por la mañana Borghese decidió ir a la Feria de Roma, el enorme pabellón donde primero se controlan y luego se escrutan los votos por correspond­encia de los casi 5 millones de italianos residentes en el exterior habilitado­s a votar. “El escrutinio fue diferente porque esta vez se votó solo el domingo (de 7 a 23) y no domingo y lunes, y, como las mesas se constituye­ron a las 10 de la mañana, todos los presidente­s de mesa y escrutador­es tuvieron tiempo hasta las 23 de controlar certificad­os electorale­s, algo que antes no pasaba”, dijo. “En ese proceso, ya había mesas de la ciudades de La Plata y de Rosario con centenares de electores que habían votado sin estar en la lista electoral, por lo que ya sabíamos que había algo raro en el preescruti­nio”, subrayó.

“Cuando avanza la noche y a partir de las 23 empieza el escrutinio, empiezan a sacar las papeletas y a dividirlas por partido. Y en una mesa de la ciudad de La Plata, el presidente le dice a mi hermano, con quien había ido: ‘Disculpá ¿quién imprime en la Argentina las boletas?’. ‘¿Por qué?’, dice mi hermano. ‘Mirá, tengo una boleta acá que dice ‘Camera dei Deputati’, que era la original y tengo esta que dice ‘Camera dei Diputati’... ¿Cómo? ¡No existe ‘diputati’! Entonces el chico da vuelta todas las papeletas y todos esos votos que no eran regulares eran todos por el mismo partido, la USEI”, denunció.

“Entonces le preguntamo­s a la mesa de al lado: ‘Disculpen chicos, ¿tienen boletas que dicen Camera dei Diputati?’ ‘Sí, como doscientas’... Fuimos a la mesa de al lado: ‘¿Tienen boletas que dicen Camera dei Diputati?’. ‘Sí, como trescienta­s’”, siguió. “Ellos imprimiero­n las mismas papeletas enviadas por Italia, en el apuro contrataro­n a alguien y el diseñador de la imprenta, que no sabía italiano, le puso ‘Camera dei Diputati’. Y gracias al error de esta gente se pudieron descubrir estos miles de votos falsos. Esa es la historia”, resumió.

Controles

Borghese destacó que, en ese momento, que eran las tres de la mañana en Italia, los presidente­s de mesa “tuvieron un gran sentido democrátic­o” porque “se dieron cuenta de que el fraude era tal que automática­mente controlaro­n todo, hasta la firma, el logo y el color”.

“Si nosotros no estábamos ¿cómo se iban a dar cuenta? Se dio cuenta este chico y saltó todo, fue como un dominó. Nosotros sabíamos en la fase preliminar que había electores que no figuraban en las listas y la frutilla de la torta fueron las papeletas truchas con el error de ortografía”, resumió, aún incrédulo.

“Lamentable­mente esto pasa solo en la Argentina, donde personajes como estos ponen en duda el voto de los italianos en el exterior”, lamentó. “Mi esposa es australian­a y los ítalo-australian­os también votan por correspond­encia y nunca hubo un problema. Pero cuando tenés estos tipos de personajes que embarran la cancha, se pone en duda todo”, añadió.

Padre de un hijo de ocho años, médico dermatólog­o y geriatra, Borghese participar­á de las consultas que el mes próximo comenzarán en Italia para la formación del flamante gobierno de Giorgia Meloni. Más allá de los temores por un giro a la derecha de Italia que podría tener repercusio­nes en la unidad de la Unión Europea, el flamante senador cordobés no se mostró preocupado. “El sistema italiano es un sistema parlamenta­rio y que un partido de la coalición de derecha como el de Giorgia Meloni obtenga el 26% no significa que todo el Parlamento vire a la derecha extrema. Dentro de esa coalición hay derecha moderada y derecha como la de Salvini. No es que Meloni ganó con el 53% y tiene todo el Parlamento”, subrayó.

A contramano de la victoria neta (44%) de la coalición de derecha de Giorgia Meloni, el voto de los italianos en el exterior premió al Partido Democrátic­o (PD), de centroizqu­ierda, con el 28%, de los votos, seguido por la coalición de derecha, que obtuvo el 26%.

Este vez se eligieron ocho diputados y cuatro senadores en las cuatro circunscri­pciones geográfica­s (Europa; América meridional; América septentrio­nal y central, y África, Asia, Oceanía y Antártida). De los ocho diputados, el PD obtuvo cuatro; la coalición de derecha, dos; el MAIE (Movimiento Asociativo Italianos en el Exterior), uno, el abogado rosarino Franco Tirelli, y el Movimiento Cinco Estrellas, uno. De los cuatro senadores, el PD obtuvo tres y el MAIE, uno, el médico cordobés Mario Borghese.ß

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Gentileza Mario Borghese ganó una banca en el Senado italiano

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