El desconcertante episodio que vivió la esposa del embajador argentino en el funeral
Durante la transmisión, un funcionario del Foreign Office parece negarle el saludo; Figueroa minimizó el episodio y lo atribuyó a la celeridad del momento
En medio del imponente “funeral del siglo” de anteayer, en el que participaron cientos de líderes, monarcas y diplomáticos, un episodio desconcertante en la Abadía deWest mi ns te r que tuvo como protagonista ala esposa del embajador argentino en el Reino Unido generó revuelo en las redes sociales, luego de que se le negó el saludo al entrar en la iglesia.
Alessandra Viggiano Marra, que tiene el cargo de ministra de Cultura en la embajada, fue parte del histórico acto en el que se dio el último adiós a la reina Isabel II, acompañada de su esposo, el diplomático de carrera Javier Figueroa.
El episodio ocurrió mientras ambos avanzaban en una tumultuosa fila repleta de dignatarios e invitados, unos 2200 representantes de todo el mundo que formaron parte del masivo evento, para ingresar en el histórico lugar. A las puertas de la abadía, un hombre daba la bienvenida con un apretón de manos.
El revuelo se produjo cuando la pareja diplomática atravesó la entrada y Viggiano Marra extendió la palma de su mano con la intención de saludar al hombre, quien en su lugar le negó el saludo e hizo un gesto inesperado con su mano, indicándole que avance.
El hecho fue captado por la televisión británica y no tardó en despertar especulaciones en las redes sociales sobre el motivo del incómodo momento. En conversación telefónica con la nacion, el embajador Figueroa explicó cómo sucedieron las hechos y aseguró que todo fue parte de un error producto de la celeridad del evento.
El hombre en cuestión, quien se comunicó con el embajador para extender sus disculpas, es manager del cuerpo diplomático y es bien conocido tanto por Figueroa como por su esposa, por lo que “de ninguna manera hubo una decisión deliberada”, indicó.
“Entramos en la línea de embajadores todos a [la Abadía de] Westminster y había dignatarios de un lado y del otro. De un lado había dignatarios de la casa real que yo no conocía, y del otro estaba esta persona del Foreign Office que yo sí conozco, así como otros embajadores. Entonces, varios le dimos la mano”, explicó el embajador.
“Yo cruzo mi mano enfrente de mi mujer y le doy la mano [al hombre]. Y atrás ya le empezó a extender su mano a otro embajador. A mí me da la impresión, y él mismo lo dijo, de que quería que avanzara la fila, estaba concentrado en que la fila fluyera”.
“Hoy mismo a la mañana [por ayer], antes de que se publicara esto en la versión digital [de un medio británico], llamó para disculparse. Él, la verdad, es que no se dio cuenta”, aclaró. “Él estaba apenado por la falla, pero también en lo personal, porque nos conocemos”.
Y agregó: “Me pidió disculpas, de ninguna manera había alguna cuestión de animosidad con el país, conmigo o con mi mujer, que aparte la conoce. Estuve hablando un largo rato. Estaba preocupado por temor a que esto pudiera ser interpretado como alguna descortesía”.
El diplomático, de 60 años, que es padre de una hija de 15 años producto de su matrimonio con Viggiano Marra, comentó a la nacion detalles del buen vínculo que tiene con el miembro del Foreign Office. “Él ha sido muy correcto siempre, no solo con el país, sino conmigo y con mi mujer en lo personal. Viene a distintos eventos que hacemos en la residencia; en el último que estuvo fue en el que hicimos para el 25 de mayo, que no tenía por qué venir, pero él vino”, comentó.
Si bien la primera reacción de la diplomática fue decirle a su marido “le extendí la mano y no me la dio”, según Figueroa, ninguno de los dos le dio mayor importancia al hecho hasta anteanoche, cuando el video comenzó a hacerse viral en las redes sociales. “Dijimos que iba a tener una repercusión y que seguramente iba a haber gente intencionada que iba a querer hacer alguna lectura política”, señaló.
“Supongo que la situación sí fue un poco extraña, como se dice acá, insólita y llamo la atención, pero claramente no hubo ni una decisión deliberada ni tampoco lo hemos tomado así”, insistió el embajador.
Figueroa apuntó que cada movimiento estaba siendo “cronometrada al milímetro”, incluso la entrada de las delegaciones internacionales, que tenían que dirigirse a sus asientos velozmente a pedido de la organización.
“Básicamente esto no es un tema, ni para la embajada, ni para el gobierno argentino, ni para el británico. Lo considero superado”.