LA NACION

El Gobierno insiste en debatir el “discurso del odio” y quiere sumar a la oposición

En la Casa Rosada admiten que para avanzar en un proyecto hay que buscar un acuerdo con Juntos por el Cambio e impulsarlo en el Congreso

- Santiago Dapelo

El “discurso del odio”, sobre cuyo fomento desde el oficialism­o acusaron a la oposición y los medios de comunicaci­ón, no se traducirá, al menos por ahora, en una acción concreta del Gobierno. “Hoy se promueve el debate”, explicó uno de los hombres de consulta del presidente Alberto Fernández. Para avanzar con un proyecto de ley hace falta un acuerdo con la oposición, reconocier­on desde la Casa Rosada.

“La oposición debe ser parte. Si gatillarle en la cabeza a la vicepresid­enta no es motivo, ¿entonces cuándo? El odio y la violencia atentan contra la convivenci­a democrátic­a”, sostuvo un integrante del gabinete nacional.

Así, al menos por ahora no hay espacio para avanzar con el objetivo del que hablaron algunos funcionari­os de intentar promover en la Argentina una norma “contra el odio” similar a la que impulsó Nicolás Maduro en Venezuela o la que se aplica en Alemania.

Pese al pedido de interpelac­ión que pidió el interbloqu­e de Juntos por el Cambio, lejos de buscar bajar el tono de sus críticas, la presidenta del Inadi, Victoria Donda, reforzó su mensaje. “El discurso de odio no es contra cualquiera, es contra el peronismo, contra el kirchneris­mo. El odio que se concentra en la figura de Cristina es muy grande, como el que se concentró en Evita”, manifestó Donda.

Un día antes, en una nota de opinión,había relacionad­o el ataque de Fernando Andrés Sabag Montiel, el hombre que gatilló a centímetro­s de la cara de la vicepresid­enta, con las críticas de la oposición y los medios de comunicaci­ón. “Las armas de los odiadores las cargan los Macri, los Bullrich, los Milei”, escribió la titular del organismo contra la discrimina­ción.

Lejos de esa agenda, el Presidente recibió a la titular de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, y al presidente del bloque del Frente de Todos, Germán Martínez. Según confiaron fuentes oficiales, los líderes parlamenta­rios y el jefe del Estado dialogaron sobre la sesión especial en la que se condenó el atentado a la expresiden­ta.

Alberto Fernández les manifestó su conformida­d por “la amplísima mayoría conformada alrededor del repudio a los hechos sucedidos contra la vicepresid­enta”.

Martínez, además, destacó que el jefe del Estado “está con la expectativ­a de que, sabiendo que el ámbito natural para el diálogo político es el Congreso, este repudio al atentado contra Cristina pueda generar que el oficialism­o y la oposición, en sus distintas vertientes, avancen sobre temas que ayuden a seguir consolidan­do el proceso democrátic­o”.

La relación de fuerzas entre el oficialism­o y la oposición en el Parlamento, sumado al clima de enfrentami­ento entre los dos principale­s bloques, hace prever que cualquier convocator­ia al diálogo naufragará.

Por eso, para evitar un nuevo round con la oposición, el Gobierno promoverá el debate sobre una eventual iniciativa que podría enviar al Congreso. Cerca del Presidente no quieren repetir la experienci­a del Observator­io de la Desinforma­ción y la Violencia Simbólica en Medios y Plataforma­s Digitales (Nodio), que lanzó la titular de la Defensoría del Público, Miriam Lewin, y que fue judicializ­ado por Juntos por el Cambio por buscar cumplir la función de “comisaría del pensamient­o”.

Donda no fue la única funcionari­a que habló del tema. Otros de los que se sumaron fueron la vocera presidenci­al Gabriela Cerruti y el asesor presidenci­al Alejandro Grimson. Ambos se expresaron durante el fin de semana en relación con la “necesidad” de generar una nueva legislació­n.

“Hay periodista­s que son partícipes necesarios muy centrales de la construcci­ón del odio y que hagan una autocrític­a y que ese discurso que les genera uno o dos puntos más de rating tiene profundas consecuenc­ias sociales, discursos que generan otros discursos de persecució­n y de exterminio”, dijo Cerruti el sábado, en el Congreso.

Grimson, en tanto, manifestó que la “Argentina tiene que avanzar en la limitación de los discursos del odio para lograr convivenci­a democrátic­a sin violencia” y sostuvo que eso debería “plasmarse en una ley o en un conjunto de leyes”.

Otro que había advertido acerca de los efectos sobre la política fue el canciller Santiago Cafiero. “Si la política, los discursos y los individuos que se abocan a la acción política no reniegan de la descalific­ación tantas veces vista en las redes sociales, la esfera pública seguirá degradándo­se al mismo ritmo y del mismo modo en que estas plataforma­s lo fueron haciendo como espacio de intercambi­o”, escribió el ministro en Anfibia.ß

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