El G-7 le asesta otro golpe a Moscú: aplicará un tope a los precios del petróleo ruso
El grupo pidió que más países se sumen a la medida para forjar una “amplia coalición”
BERLÍN.– Los países del G-7 decidieron ayer aplicar “urgentemente” un tope a los precios del petróleo ruso y pidieron que una “amplia coalición” de naciones adopte esa compleja medida, en represalia por la invasión a Ucrania, que ya lleva más de seis meses.
La decisión, que pretende ser un nuevo golpe al maná energético de Moscú, fue adoptada durante una cumbre virtual de ministros de Finanzas de los siete países de economías más avanzadas (Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania, Italia, Francia y Japón).
“El G-7 superó [ayer] una etapa esencial para realizar nuestro doble objetivo: ejercer una presión a la baja en los precios mundiales de la energía, privando al presidente Vladimir Putin de ingresos para financiar su brutal guerra en Ucrania”, se congratuló la secretaria del Tesoro norteamericano, Janet Yellen.
Poco antes de la declaración del G-7, el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, advirtió que la imposición de un tope a los precios del crudo ruso “conduciría a una desestabilización significativa de los mercados”.
Con semejante “injerencia” en el mercado petrolero, “los consumidores europeos y estadounidenses serán los primeros en pagar” las consecuencias, amenazó por su parte el vice primer ministro ruso Alexandre Novak, citado por agencias de prensa. Pero la aplicación del mecanismo de tope a los precios del crudo ruso se anuncia compleja.
“El límite de precios se fijará en un nivel basado en una serie de datos técnicos y será decidido por toda la coalición antes de su aplicación”, escribieron los países integrantes del G-7.
Los precios decididos, agregó el grupo, se comunicarán más adelan
te “públicamente de forma clara y transparente”.
En concreto, Rusia vendería su crudo a un precio inferior al actual del mercado, pero superior al de la producción, de modo que tendría interés en seguir vendiéndolo, sin cortar los suministros.
“El tope de precios está específicamente diseñado para reducir los ingresos de Rusia y su capacidad de financiar su guerra de agresión, al tiempo que limita el impacto de la guerra de Rusia en el mundo”, en particular en “los países de bajos ingresos”, sostuvo el G-7 en su comunicado.
Sumar apoyos
El reto es conseguir que se sume a la medida el mayor número posible de países, ya que el límite de precios solo funcionará si participan los principales compradores y, en particular, China y la India, subrayaron los expertos.
Con este objetivo, el G-7 “invita a todos los países a dar su opinión sobre el concepto de tope a los precios, y a implementar esta importante medida” para crear “una amplia coalición” que permita maximizar el efecto de la medida.
Las potencias occidentales intensificaron las acciones contra Moscú desde que Rusia invadió Ucrania, el 24 de febrero pasado.
La cumbre del G-20, que se celebrará en Bali el 15 y 16 de noviembre próximos, será una cita crucial en el intento por ampliar esa coalición.
Los dirigentes de los países del G-7, bajo el impulso de Washington, ya habían trabajado desde fines de junio en elaborar mecanismos para implementar estos topes, apoyados en una prohibición a las aseguradoras y reaseguradoras de cubrir el transporte marítimo de petróleo ruso.
Semejante mecanismo debería tener verdaderos efectos sobre la economía rusa, según cree Yellen.
Este tope al crudo ruso podría asestar un nuevo revés a la economía rusa, ya “sumida en una profunda recesión”, señaló, por su lado, el ministro de Hacienda británico, Nadhim Zahawi.
No obstante, la medida corre el riesgo de generar efectos colaterales en la economía mundial, advierte el think tank Capital Economics.
El mecanismo “podría hacer subir más los precios mundiales de la energía”, advirtió en una nota, aunque subrayó que “el tope podría igualmente ser eficaz para reducir los ingresos fiscales del gobierno ruso”.ß