En el cierre, Newell’s vio algo de luz y dejó confundido a los Rojos
El equipo rosarino ganó con un gol en el tiempo adicionado; dudas en Independiente
ROSARIO.– Román Bravo cambió la historia con un golazo en el tiempo adicionado. Casi como el guión que todo chico quiere escribir: debutar en primera, de local, y encontrar una pelota en el área, y darle una volea descomunal al ángulo. Lo gritó fuerte y quiso llegar al cielo. Se abrazó con todos, y con su hermano fallecido, según lo contó en la nota del campo de juego.
Newell’s ganó y, probablemente, no lo haya merecido. El que tenía la responsabilidad, por presente y mayor jerarquía, se desdibujó con el correr de los minutos. Independiente no pudo cuando quiso, después no quiso y casi nunca supo.
Con un agravante: Newell’s jugó con diez desde los 25 de la segunda parte. Curiosamente, fueron los mejores minutos de los rojinegros. Hay más. Taffarel, el DT local, también interino, hizo debutar a cuatro juveniles. Volvió a ganar después de seis partidos. El panorama de los rosarinos es preocupante en la tabla y en los promedios. Falcioni metió cambios, pero ninguno le sirvió. No solo eso, terminaron tirando centros a la nada o rematando desde tres cuartos. Independiente no aprobó ninguna materia. La del gol es una odisea.
¿Juego? Ni Soñora, Velazco y Andrés Roa mantiene el ritmo. La defensa no pasó sobresaltos porque Newell’s es un equipo deslucido. Pero esta vez pudo ganar porque recibió como contraprestación la impericia de los de avellaneda.
El primer capítulo encontró mejor a Independiente. Generó chances claras para ponerse en ventaja. Contó con un puñado de oportunidades partiendo de un plan claro, que fue esperar el error rival. Notó de arranque que Newell’s era un manojo de nervios producto de la inexperiencia y que no era descabellado que entregara espacios. Y lo hizo, claro.
Pudo ponerse en ventaja a los 5 minutos, tras un desacierto de Nicolás Castro y rebote eventual en Pablo Pérez dejó en inmejorable posición a Silvio Romero que desvió su remate por centímetros.
La lista de oportunidades del visitante continuó. Una pérdida de Cacciabue y le permitió a Roa encarara pero salvó Macagno. Después de un córner, Insaurralde conectó de manera imperfecta, solo, en el punto de penal. Hubo más. La mas clara. Pérdida de castro en la salida, y entre Roa, Romero y Velazco armaron una jugada a puro toque y cuando gritaba el gol, el paraguayo Canale salvó en la línea.
El segundo tiempo fue más movido. El medio campo de Independiente tuvo mas movilidad, especialmente desde Soñora, ganó en intensidad y buscó plantarse y generar, desde otra postura más activa. Fueron chispazos, pero las amenazas terminaban en nada.
La expulsión de Campaganaro reflejo el andar del equipo, pero fue también un disparador. Los cambios le dieron buenas respuestas a Taffarel. Los chicos corrieron con intensidad y, además, pudo descansar en la jerarquía de Maxi Rodriguez. Todo iba hacia el empate, pero apareció Roman Bravo.