ajustado a sus urgencias, san lorenzo tuvo un desahogo
Con gol de Di Santo, el Ciclón celebró después de cuatro derrotas consecutivas; pese a los insultos a Tinelli, el triunfo le dio aire mientras busca DT para el año próximo
La racha de cuatro partidos seguidos con derrotas aparecía como un estigma. Acorralado, San Lorenzo tenía que salir del pozo cuanto antes. Y le llegó el momento de sonreír al Ciclón, que superó a Godoy Cruz por 1-0 y consiguió un desahogo en el Nuevo Gasómetro. Algo ajustado más a las necesidades que a la vocación de lucirse. Un aire tan necesario como los tres puntos. El alivio llegó gracias a una conquista de Franco Di Santo.
Con grandes problemas deportivos e institucionales, el estadio volvió a marcar el pulso del sentimiento azulgrana. La previa del encuentro se mezcló entre los homenajes a Diego Maradona y los insultos a Marcelo Tinelli. El empresario y conductor televisivo –presidente del club en licencia– ya había pasado por la misma situación en las caídas ante Colón y Lanús. Estaba claro que los socios iban a expresar su descontento, y con mayor vehemencia por el reciente traspié en el clásico contra Huracán, en Parque de los Patricios.
San Lorenzo volvió a presentarse con un binomio técnico de emergencia compuesto por Diego Monarriz y José Di Leo, que fueron confirmados hasta fin de año por el manager Mauro Cetto. Mientras, se busca un nuevo entrenador, ya que Hernán Crespo y Gabriel Heinze rechazaron las propuestas. Dentro de ese contexto, en la nómina abundaron los juveniles: cinco de los 11 titulares y ocho de los 12 que fueron al banco se formaron en las inferiores azulgranas. Dos de ellos, Nicolás Fernández Mercau y Agustín Martegani, regresaron al equipo titular.
Como en todos los partidos de la 19a fecha, los futbolistas de ambos equipos vistieron una camiseta con la imagen de Maradona, como homenaje a la estrella argentina del fútbol mundial, y a los 10 minutos del primer tiempo el partido se paró para aplaudir. “¡Olé, olé, olé, olé, Diego, Diego!”, retumbó en las tribunas azulgranas.
En el comienzo, San Lorenzo presionó, agarró la iniciativa, controló la pelota y trató de explotar el contraataque. Y en una de esas acciones surgió la primera ocasión de riesgo del encuentro. A los 20 minutos, Nicolás “Uvita” Fernández tuvo a su favor un ataque muy veloz, pero el arquero Juan Espínola se lució en el mano a mano.
Con esa luz de ventaja el Ciclón supo cómo redondear un correcto primer tiempo. A los 37 minutos, otra vez “Uvita” Fernández –laborioso, activo, se mostró como el de mayor peso ofensivo– le robó la pelota a Gonzalo Abrego, habilitó a Di Santo y el centrodelantero definió con un disparo cruzado al palo derecho que batió a Espínola. Se gritó con un amplio y enérgico desahogo. De los hinchas y de los jugadores azulgranas.
Con Diego Flores en el banco, Godoy Cruz había llegado a este compromiso con cinco victorias, cinco igualdades y apenas una caída en el Torneo 2021. Además, accedió a las semifinales de la Copa Argentina, que afrontará ante Talleres, de Córdoba, el viernes 12 de noviembre. Sin embargo, en los primeros 45 minutos, se vio del equipo una versión acotada y desfigurada. No arrimó peligro al arco de Sebastián Torrico y dependió demasiado de las apariciones del movedizo Matías Ramírez.
El segundo tiempo comenzó aún con menos emociones que en la primera parte, que había sido discreta. El Tomba contó con un par de aproximaciones y se encontró con una posibilidad concreta de igualar el marcador a los 18 minutos, pero Alexis Flores cerró con mucha solvencia y le ahogó a Ramírez el grito de gol.
Sin embargo, el conjunto mendocino no fue el mismo desde que está Flores en el banco. No exhibió la intensidad que mostró en otros encuentros, sumado a que en varios lapsos lo retrataron como un equipo algo descompensado y distraído en defensa. Y además sufrió la ausencia de su goleador Martín Ojeda –10 tantos en este campeonato– por una molestia muscular. Así, sumó su segunda derrota consecutiva como visitante.
En una segunda parte muy floja, San Lorenzo no pasó mayores sofocones, aunque no hay que perder de vista que su rival lo exigió mínimamente. El Ciclón desplegó algunos chispazos de “Uvita” Fernández y Di Santo, la férrea marca de Yeison Gordillo y el despliegue de Agustín Martegani y Julián Palacios. Cerca del cierre, los nervios empezaron a crecer y faltó lucidez.
Si bien la victoria azulgrana les puso calor a las tribunas, el partido tuvo un desarrollo de bajo vuelo. Habrá mucho que mejorar, claro. Al fin de cuentas, la producción les alcanzó a los de Boedo para quedarse con un triunfo merecido. Con lo justo, es cierto, pero ganaron luego de cinco compromisos, entre los que se incluían cuatro caídas al hilo. Este éxito sirve más para el ánimo que para maquillar su presente deportivo, envuelto en penurias.
Por todo lo mencionado se notó la emoción de los futbolistas en la celebración final. No es poco para un club que se acostumbró a las circunstancias adversas. “Son momentos muy duros. Era un partido muy importante para nosotros, porque la estamos pasando mal. Muchas veces los silbidos y los insultos llegan por el mal juego. Sufrimos dentro y fuera de la cancha, por eso le damos un gran valor a la victoria”, remarcó “Uvita” Fernández, emocionado hasta las lágrimas.