El primer ministro Kishida logra la mayoría y se afianza en el poder
Había convocado a elecciones días después de asumir y, contra todos los pronósticos, se impuso con facilidad
TOKIO.– La coalición del primer ministro de Japón, Fumio Kishida, del Partido Liberal Democrático (PLD), logró afirmar su posición en un partido fragmentado al obtener ayer la mayoría en las elecciones parlamentarias, según sondeos de boca de urna. Los resultados preliminares contradicen los pronósticos que aseguraban que el partido terminaría con menos escaños de los que ganó en las últimas elecciones de 2017 en la Cámara baja. “Pienso que hemos conseguido una valiosa confianza” de los electores, dijo Kishida.
Los sondeos a boca de urna iniciales sugerían que el PLD podría perder la mayoría absoluta. Pero estos últimos resultados sugieren que muy probablemente Kishida, un exbanquero de voz suave que ha luchado por deshacerse de una imagen que carece de carisma, termine por envalentonarse con la victoria.
Las elecciones implicaron una prueba para el premier, que convocó a los comicios poco después de asumir el cargo a principios de mes. También lo fueron para su poderoso partido, que se ha visto afectado por una economía notablemente golpeada por el coronavirus.
“La tendencia general está a favor de la estabilidad. El PLD superó los obstáculos que tenía que vencer”, dijo Tobias Harris, investigador senior del Center for American Progress. “A partir de ahora se verán muchos estímulos”.
Se esperaba, según los boca de urna, que el PLD obtuviera al menos 253 escaños en la Cámara baja, según la emisora NHK, cómodamente por encima de los 233 necesarios para una mayoría. Esto estaría muy por debajo de los 276 escaños de antes de las elecciones.
El partido recibió algunos golpes importantes, incluida la pérdida de su secretario general, Akira Amari, en su distrito de un solo escaño. Amari, un respaldo clave para Kishida, tenía la intención de renunciar a su cargo en el partido.
“La gente estaba insatisfecha y preocupada por la pandemia de Covid-19 y eso se reflejó en el resultado de las elecciones”, dijo Amari.
Kishida, de 64 años, fue elegido primer ministro el 4 de octubre, después de ganar la carrera por el liderazgo en su partido, y disolvió la Cámara baja solo 10 días después de asumir el cargo.
Los líderes conservadores del partido lo vieron como un sucesor seguro del statu quo de Yoshihide Suga y su influyente predecesor Shinzo Abe, que estuvo en el cargo de 2012 a 2020. A Kishida se lo considera continuista en materia de política económica.
Si bien Kishida se ha ceñido a las políticas tradicionales del ala derechista del partido, que presiona para aumentar el gasto militar, también ha prometido abordar la desigualdad en la riqueza, promocionando un “nuevo capitalismo” que ha despertado la preocupación entre los inversores.
Por otro lado, el primer ministro asegura que buscará luchar contra las desigualdades sociales que se empezaban a vislumbrar en Japón antes de la pandemia. Sin embargo, el “nuevo capitalismo” que proclama este exbanquero parece, por el momento, muy poco definido.
En el marco diplomático, no parece que vaya a haber cambios. Japón sigue siendo un aliado fiel de Estados Unidos y, aunque cada vez mire con más desconfianza hacia China, Tokio no desea una escalada de tensión con su primer socio comercial.
Los líderes de la oposición se quejan de que los gobiernos recientes del PLD ampliaron la brecha entre ricos y pobres, no se preocuparon por impulsar la economía durante la pandemia y estancaron las iniciativas de diversidad e igualdad de género. El PLD se opone a la legislación que garantiza la igualdad de las minorías sexuales y permite la separación de apellidos para las parejas casadas.
De los 1051 candidatos, solo el 17% son mujeres, a pesar de una ley de 2018 que promueve la igualdad de género en las elecciones, que resulta ineficaz porque no está aún sancionada. ●