Que haya más empresas, uno de los desafíos pendientes de la Argentina
1 Lo que falta. En el último tiempo hubo tres discusiones en paralelo. La primera, sobre la falta de generación de empleo; la segunda, sobre los salarios bajos, y la tercera, sobre el efecto de los monopolios en la dinámica inflacionaria. De todas podemos llegar a una conclusión: a la Argentina le faltan empresas. Que aumente la cantidad de empresas (competitivas, no dependientes de subsidios) implica que habrá mayor demanda de empleo y necesidades de capacitación permanente. Y los salarios tenderán al alza. Cuantas más empresas, más necesidad de empleados y mayor competencia por quedarse con los mejores. En épocas de alto desempleo, los salarios tienden a la baja, porque los potenciales empleados aceptan trabajos de baja remuneración. Por último, aunque no tiene relación con la dinámica de la inflación, más competencia empresarial deriva en una baja en el nivel de precios, dado que más empresas compiten por atraer consumidores.
2 Factor de desarrollo. La literatura internacional señala que la creación y la supervivencia de empresas es un factor sustancial para el crecimiento y el desarrollo de un país, ya sea porque se generan más empleos y aumenta el ingreso total, o porque se crean nuevos procesos y/o productos. El stock de empresas existentes en un país y la tasa de natalidad empresarial son indicadores clave de su desarrollo. La densidad de compañías en Argentina es de 14 cada mil habitantes; ese número es de 25 en Brasil, 49 en México y 68 en Chile. Mientras que Brasil y la Argentina se han mantenido estancados en los últimos 10 años, México y Chile crecieron entre 20% y 30%. La natalidad empresarial es muy baja: según el Banco Mundial, en la Argentina hay 2326 habitantes (de la población económicamente activa) por cada empresa formal naciente, mientras que el promedio de América Latina arroja 505 y en los países de la OCDE nace –en promedio– una empresa cada 185 habitantes.
3 Valuaciones. Las empresas argentinas cotizan bajo. El índice Merval, de acciones de compañías líderes de distintos rubros que cotizan en bolsa, vale lo mismo que en 2007. Una empresa de igual tamaño y con la misma facturación puede valer menos en un país que en otro. ¿Por qué? Si un extraterrestre quiere abrir una filial de su compañía en América Latina y se encuentra en el espacio fronterizo entre Uruguay, Brasil y la Argentina para tomar la decisión, desplegará su expectativa de ganancias en cada uno de los países, pero deberá analizar el dato a valor presente, dado que un dólar de hoy no es lo mismo que un dólar de mañana, dado el costo de oportunidad que supone no tenerlo hoy y dada la depreciación (leve) que sufre la moneda. Para hacer eso, se encontrará con dos problemas en la Argentina: el riesgo país es muy alto (supera los 1600 puntos) y no pueden dolarizarse las ganancias en el mercado oficial; entonces, deberá valuar sus ventas a un tipo de cambio más alto. En Brasil, el riesgo país supera levemente los 300 puntos y en Uruguay está en torno a 130 (ninguno tiene cepo). Es difícil que sea elegida la Argentina.
4 Empleos. El 99% de los empleadores tiene menos de 500 trabajadores. Sin embargo, de la totalidad de empleos registrados, el 40% está en empresas de más de 500 empleados. A su vez, la cantidad de asalariados registrados del sector privado se mantiene igual que hace 13 años. 5 Protección. La búsqueda de competitividad y de atractivo de empresas tiene otra cara que la de la protección de sectores o la baja de costos a partir de bajos salarios; es la agenda de la inserción en las cadenas globales de valor y la especialización de la producción,