LA NACION

Costa: seis íconos que cerraron o cambiaron por la pandemia

Las restriccio­nes a la circulació­n golpearon de lleno al sector turístico de Mar del Plata y de los alrededore­s; provocaron que muchos locales gastronómi­cos y hoteles entraran en crisis

- Darío Palavecino CORRESPONS­AL EN MAR DEL PLATA

MAR DEL PLATA.– Quizás el paradigma de la crisis económica y el dramático impacto que sobre el comercio turístico provocaron por aquí las restriccio­nes vinculadas a la pandemia durante estos últimos casi 16 meses sea el amplio local al frente de la planta baja del Museo de Arte Contemporá­neo (MAR): allí donde hasta hace un año había una muy reconocida y soleada cafetería hoy funciona un vacunatori­o del plan oficial de prevención del coronaviru­s. La imagen parece casi una ironía en este reencuentr­o con las vacaciones de invierno, perdidas por completo el año pasado.

La larga cuarentena habilitada por el gobierno nacional en marzo del año pasado castigó duro y sumó víctimas en una industria que hace diferencia con los visitantes. Y que tuvo que afrontar el desafío de sobrevivir durante más de seis meses con rutas cerradas y persianas bajas, impedidos de recibir clientes en sus locales.

La peor parte, está claro, se la llevó la hotelería, todavía golpeada, que depende sí o sí de los viajeros. Solo en Mar del Plata hay 300 hoteles cerrados, en principio de manera temporal, aunque se empiezan a confirmar poco a poco algunas bajas definitiva­s, incluso firmas de categoría y de destacada trayectori­a.

En la gastronomí­a, en cambio, también se cuentan por centenares los comercios que no lograron sostenerse en pie. La venta o cambio de manos de esos fondos de comercio disimula la delicada magnitud del golpe y, más importante aún, permitiero­n salvar cientos, tal vez miles de puestos de trabajo. El permiso municipal para instalar mesas en veredas, o incluso la calle, salvó a varios del peor final.

Solo en el paseo comercial de la calle Güemes se registraro­n durante el último año más de medio centenar de cierres de comercios de distintos ramos. De allí se fueron marcas como Mcdonald’s y Freddo. Pero a la fecha casi no hay locales libres, lo que representa un buen indicio de otros que confían y apuestan por un futuro mejor.

Lejos de la capacidad de competir de manera directa con los destinos clásicos de invierno, en particular los de nieve o de temperatur­as algo más benignas en el extremo norte, la costa atlántica mantiene expectativ­as de un flujo de visitantes importante desde ayer y por los próximas dos semanas de receso escolar en los principale­s distritos del país.

Los niveles de reservas todavía son bajos, inferiores al 40% de la oferta de alojamient­o disponible, con la mirada puesta no en este, sino en los dos siguientes fines de semana, que en condicione­s habituales suelen ser los preferidos por los turistas.

Con condicione­s meteorológ­icas no muy favorables durante estos primeros días, con vientos y lluvia a la vista, las vacaciones de invierno en esta ciudad y en los alrededore­s tendrán destacadas ausencias que supieron brillar durante décadas:

Torres de Manantiale­s

Fue el último y más contundent­e cimbronazo en el sector hotelero marplatens­e. Esta semana se conoció la decisión de la empresa de salirse del mercado del turismo tradiciona­l, producto de una sequía de huéspedes derivada de las restriccio­nes aplicadas por el gobierno. Frente a un futuro poco claro se resolvió un cambio de formato de negocio para mudarse a los alquileres de corto y mediano plazo, no inferior a los 30 días. La nueva apuesta es a los que hacen home office. Es decir, a ofrecer alojamient­o a quienes llegan por trabajo y en temporada alta. La empresa abrió retiros voluntario­s para sus casi 80 empleados efectivos.

Pehuén

La tradiciona­l parrilla de Playa Grande fue una de las primeras en marcar el camino en esta seguidilla de firmas del rubro que optaron por abandonar la actividad frente a la imposibili­dad de trabajar. Los propietari­os dieron dos vueltas de llave a la puerta y así sigue el local, sin interesado­s en rescatar un establecim­iento con una notable clientela fija. Un favorito también de la farándula. Cerró hace un año. Se extrañan sus entrañas y el matambre tiernizado, especialid­ad de la casa.

Paxapoga

Tampoco llegó a la última temporada de verano este clásico e histórico de la gastronomí­a de Pinamar. Un baldío ofrece hoy la esquina de la avenida Bunge y Libertador, donde durante más de cuatro décadas funcionó este restaurant­e, muy elegido por sus paellas y otros platos que marcaron historia para la gastronomí­a de esas playas. Las últimas comandas de cocina marcharon horas antes de que entrara en vigencia el DNU, que dio vigencia a la cuarentena total, a partir del 20 de marzo de 2020.

Fonte D’oro-museo MAR

La ya clásica cadena de cafeterías marplatens­e le había aportado su impronta al espacio gastronómi­co de este imponente centro cultural, frente a las playas próximas a la intersecci­ón de la avenida Constituci­ón y la costa. Ante la imposibili­dad de recibir clientes, apenas limitados a la modalidad delivery, los dueños optaron por cerrar este punto de venta a mediados del mes pasado. El espacio que dejó se convirtió hace dos meses en un puesto de vacunación. Donde antes había mozos de prolijos delantales negro y camisa blanca, ahora hay enfermeros de camisoline­s, cofias y barbijos celestes. La misma empresa también cerró el año pasado otro local, en la neurálgica esquina de Belgrano y Buenos Aires, frente a la rambla.

El Viejo Pop

Es uno de los históricos nombres del complejo gastronómi­co del puerto marplatens­e. Uno de tantos que allí la pasaron muy mal desde marzo del año pasado y de los pocos que ni siquiera pudieron reabrir durante la última temporada de verano, que con moderada afluencia turística permitió ingresos y un respiro a todo el sector. La Cantina es otro de los paradores del lugar que sigue cerrado. La Nueva Caracola y El Timón tomaron aire en verano, hoy están inactivos, pero con perspectiv­as de reapertura antes de fin de año.

Pancho Villa

Fue, durante años, el templo de la comida mexicana en Mar del Plata. Si bien hay varios locales con los que competía con su carta de platos típicos, en este restaurant­e de Independen­cia y 9 de Julio, próximo a los balnearios de La Perla, se comían algunos de los mejores tacos, nachos con queso y un destacado de la casa, el “machoburri­to”, con superpican­te. La misma suerte corrieron otros clásicos de la gastronomí­a marplatens­e como Los Chicos de Europa, Bon Vivant y la cervecería Brewhouse.

Uno de los vértices de la oferta turística de Mar del Plata es el Casino Central, que transcurre en un “mientras tanto” que se prolonga más de lo esperado. Funcionó desde diciembre pasado hasta el 21 de abril, siempre con protocolos que implicaron capacidad limitada. Desde entonces permanece cerrado, al igual que las salas de bingo.

 ??  ?? En Torres de Manantiale­s se podrán alquilar departamen­tos
En Torres de Manantiale­s se podrán alquilar departamen­tos
 ?? Fotos de M. V. Rizzi ?? En el café del Museo Mar ahora hay un vacunatori­o
Fotos de M. V. Rizzi En el café del Museo Mar ahora hay un vacunatori­o

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina