Soria, un crítico de la Justicia marcado por una tragedia familiar
el perfil
Hijo de una familia marcada por la política y sacudida por un asesinato, y abogado de profesión, Martín Ignacio Soria tiene 45 años y es diputado nacional del Frente de Todos por Río Negro. Además, preside el Congreso del Partido Justicialista rionegrino.
Su discurso permanente sobre la necesidad de una reforma del Poder Judicial y su confrontación con los “medios hegemónicos” aparecen entre las dos principales razones por las que Soria fue señalado para suceder a Marcela Losardo en el Ministerio de Justicia.
La mención de su nombre agitó las aguas en el kirchnerismo y reavivó el malestar de Julio De Vido. En diálogo con C5N, el presidente Alberto Fernández habló sobre Soria y, para explicar que no tenía raíces kirchneristas, dijo: “Yo lo conozco mucho. Voy a decir algo que va a exacerbar muchos ánimos, pero su hermana votó el desafuero de De Vido. Los Soria no son precisamente eso. Lo hacen para generar inquina entre Cristina [Kirchner] y yo”.
María Emilia Soria, intendenta de General Roca, votó el desafuero de De Vido en 2017, cuando era diputada. Para entonces, su hermano acuñaba varios enfrentamientos –y algunos acercamientos– con el kirchnerismo provincial.
En marzo de 2019, Martín Soria fue denunciado por el supuesto cobro de “retornos” en sueldos, que llegarían a los 450.000 dólares, durante los últimos años de su gestión como intendente de General Roca.
Menos de 10 días después de la denuncia, el 7 de abril de 2019, perdió las elecciones para gobernador que consagraron a Arabela Carreras en Río Negro. Ya aliado al kirchnerismo y con Magdalena Odarda como compañera de fórmula, Soria obtuvo el 34,97% de los votos, frente al 52,63% de Carreras.
Heredero político de su padre, Carlos Soria, Martín fue durante dos períodos intendente de General Roca, entre 2011 y 2019. Su padre, que estuvo a cargo de la SIDE durante el gobierno de Eduardo Duhalde, tuvo un fuerte cruce con Néstor y Cristina Kirchner antes de que el santacruceño recibiera el apoyo duhaldista para ir por la presidencia. Los Kirchner lo acusaron de espionaje.
Cuando Cristina era senadora, en 2002, denunció al entonces titular de la SIDE por haber ordenado presuntamente un minucioso seguimiento a Néstor Kirchner, quien se perfilaba como candidato a presidente.
A menos de un mes de acceder a la intendencia, en diciembre de 2011, para suceder a su padre (quien se había convertido en el primer gobernador peronista de la provincia de Río Negro desde el regreso de la democracia en 1983), la vida de Martín Soria tuvo un quiebre. El mayor de los cuatro hijos que Carlos Soria tuvo con Susana Freydoz fue uno de los primeros en ver el cadáver de su padre, tirado en la cama de su habitación en la chacra de la familia en las afueras de Roca. En la madrugada del 1° de enero de 2012, Freydoz asesinó a Carlos Soria de un balazo en el rostro.
En el juicio se comprobó que, alrededor de las 4, luego de lavar los platos y ordenar la cocina junto a su hija María Emilia, la madre de Martín se dirigió a su cuarto, cerró la puerta de un portazo, mantuvo una breve discusión con su marido, que estaba acostado, tomó un revólver calibre .38 y le disparó en la zona malar izquierda.
Por el crimen de su esposo, Freydoz fue condenada en noviembre de 2012 a 18 años de prisión. La Cámara Primera en lo Criminal de General Roca la encontró culpable del delito de homicidio calificado por el vínculo y agravado por la utilización de arma de fuego.
La Cámara consideró que existieron “circunstancias extraordinarias de atenuación”, por lo que Freydoz no fue condenada a cadena perpetua. En mayo de 2015, la Corte Suprema de Justicia confirmó la pena.
Tras permanecer durante estos años en el pabellón psiquiátrico del penal federal de Ezeiza (en abril de 2015 intentó suicidarse con una sobredosis de psicofármacos), a mediados de enero de 2021, Freydoz (68 años), accedió a la prisión domiciliaria por cuestiones de salud. Hoy está alojada en la casa de una familiar, en Neuquén.
A fines de octubre de 2012, cuando el juicio por la muerte de su padre recién comenzaba, durante una entrevista con LA NACION, Martín Soria reflexionó: “Me tocó crecer en una familia que no es normal. El apasionamiento de mi viejo por la política no fue normal. Él le puso el alma y, por eso, muchas veces se enfermó y seguramente enfermó a los que lo rodeaban”.