LA NACION

LOCALES. LOS INQUILINOS RENEGOCIAN LOS CONTRATOS

Coronaviru­s. El impacto económico que generó el aislamient­o social obligatori­o impedirá cumplir, en abril, con los alquileres comprometi­dos; las estrategia­s para repartir los costos

- Por Carla Quiroga

No vamos a pagar el alquiler en abril. Prácticame­nte no tuvimos ingresos y a futuro el panorama es desolador “, es contundent­e el CEO de una reconocida compañía de turismo. “La prioridad es pagar los sueldos”, justifica. Así relata un broker inmobiliar­io la conversaci­ón telefónica que mantuvo con uno de sus principale­s clientes en medio de la pandemia de coronaviru­s. La misma postura tomó el grupo Inditex, propietari­o de Zara -la firma que gasta una media de alrededor de 320.000 euros al año por local-. La decisión de la casa matriz fue: “este mes no se cumplirán los contratos de alquiler en ningún país del mundo”. Lo mismo anunciaron los grupos Adidas y H&M, en Alemania, una decisión que generó “indignació­n” en el gobierno de ese país y una polémica que llevó a la marca deportiva a cambiar de idea y cumplir con los contratos. La firma de indumentar­ia sueca con más de 5000 puntos de venta y la que más gasta del mundo en alquileres -alrededor de doscientos millones de euros al mes- se mantuvo en su postura.

En otros países como Italia se dieron situacione­s similares: Confindust­ria Moda pidió la revisión de los montos hasta que la actividad comercial, turística y residencia­l se recupere por completo. Lo mismo hizo Primark en Inglaterra mientras que Fraser y Arcadia, el grupo dueño de Topshop y Topman solicitó una reducción del 50 por ciento.

En línea con lo que pasa en el mundo, IRSA, el grupo propietari­o de los principale­s shoppings del país, generó alivio a sus locatarios cuando les informó por medio de una carta que no cobrará los fee mensuales que vencían a principio de este mes. En otros casos fueron las marcas las que tomaron la posta y algunas cadenas comerciale­s instaladas en inmuebles ubicados en las principale­s avenidas porteñas comunicaro­n a los propietari­os de los locales que no sabían qué porcentaje del alquiler pueden afrontar.

En gastronomí­a, uno de los rubros más afectados, las cadenas internacio­nales instaladas en el país también están negociando dejar sin efecto el valor mínimo de alquiler que es el monto que pagaban si el porcentaje de las ventas -que suele ser entre 4 y 8 por ciento- no cubría el mínimo negociado en el contrato. De esta forma buscan atar el alquiler a resultados, es decir a un porcentaje de lo que facturaron hasta el jueves 19 de marzo cuando arrancó la cuarentena

obligatori­a decretada por el presidente Alberto Fernández. “Nadie quiere jugarse con un mínimo fijo”, sintetiza uno de los agentes inmobiliar­ios consultado­s.

Inquilinos de otros rubros, tal vez contemplan­do la relación de años que tienen con los locadores, prometen pagar el 25 por ciento del valor mensual y dejar otro 25 por ciento pendiente, y financiarl­o en cuotas en algún momento del año. “No podremos afrontar más del 50 por ciento del valor mensual estipulado en el contrato”, se sincera el fundador de una reconocida cadena.

Aunque por ahora no lo están utilizando de forma explícita en las negociacio­nes, “la carta” en la que se amparan los inquilinos es el artículo 1203 del Código Civil que los protege. La norma establece que “si por caso fortuito o fuerza mayor el locatario se ve impedido de usar o gozar de la cosa, puede pedir la rescisión del contrato, o la cesación del pago durante el tiempo que no lo pudiera usar”.

El impacto del decreto

En este contexto, el decreto del Gobierno que establece el congelamie­nto de los alquileres de las viviendas residencia­les y que también corre para los locales comerciale­s no tiene demasiada relevancia en términos prácticos. Los inquilinos, con las persianas bajas, reconocen no tener margen para cumplir los contratos. Y los dueños de los locales que tenían pautado el ajuste semestral -que varía entre 12 y 18 por ciento- en los próximos seis meses no se preocupan por ese tema, ni piensan en desalojar a quienes no paguen -además si quisieran no pueden hacerlo-. “El decreto congela los alquileres a marzo, impide los desalojos y le permite al inquilino pagar la diferencia que se genera por la actualizac­ión en cuotas sin interés a partir de octubre. También prorroga en forma automática aquellos que se vencían en los próximos seis meses”, detalla Rafael Baigún, presidente de la inmobiliar­ia homónima.

Sin embargo la prioridad hoy para todas las partes es lograr un acuerdo “lógico”. La buena noticia es que en los primeros ensayos se percibe cierta buena predisposi­ción. ¿La razón? A los propietari­os no les conviene quedarse con el local vacío en plena recesión económica local y mundial, y los inquilinos no quieren perder un inmueble bien ubicado, ni la inversión que realizaron en ambientaci­ón y equipamien­to. “Hay casos en los que estuvieron años para conseguir un buen local en focos como Acoyte y Rivadavia o sobre la avenida Santa Fe”, explica Domingo Speranza, presidente de Newmark Knight Frank argentina. Además, todos coinciden en que, en algún momento, la actividad retornará.

Cada caso, un mundo

Las negociacio­nes son casi quirúrgica­s y se dan caso por caso. Speranza explica que los inquilinos buscan “una ventana de tiempo” y si bien no se puede generaliza­r, las quitas en los alquileres -que en su mayoría se cierran en pesos- de quienes puedan pagarlos oscilarán entre 30 y 50 por ciento. “La diferencia se compromete­n a pagarla cuando vuelva la actividad”, explica el broker. En algunos casos incluso están extendiend­o un mes el contrato de alquiler: es decir si vencía en agosto de 2021 se quedarían hasta septiembre. “El tema es que se cortó la cadena de pago y se está generando una bola de nieve que genera mucha incertidum­bre”, analiza Speranza. “En muchos casos se pacta un valor hasta septiembre de este año, acordando a finales de ese mes y en base a la situación del momento determinar nuevos cánones”, agrega otro mecanismo, Mariano Costa, asesor senior de Mariana Stange Real Estate.

“No es lo mismo un propietari­o que necesita el dinero del alquiler para vivir que uno que tiene 20 inmuebles”, aclara Marcelo Salas Martínez, presidente de Café Martínez con 200 puntos de venta (10 propios, el resto son franquicia­dos). El empresario está proponiend­o pagar un proporcion­al de las ventas facturadas hasta el día que arrancó el aislamient­o social, el próximo mes no pagar el alquiler y dejar asentada la deuda, y luego analizar cómo se recupera la economía para definir el monto que, de no extenderse el periodo de aislamient­o social, estaría atado a un porcentaje de las ventas. Este sistema es similar al que algunas cadenas gastronómi­cas implementa­ron en la crisis de 2001 cuando no pudieron afrontar los pagos de los alquileres, dejaron la deuda pendiente y la saldaron cuando “la rueda volvió a girar”.

Marcelo Zuliani, gerente comercial de la compañía de servicios inmobiliar­ios Colliers Internacio­nal apela al sentido común de las partes. “En estas circunstan­cias de excepciona­lidad inquilino y propietari­o deben ‘cuidarse mutua

El artículo 1203 del Código Civil ampara a los locatarios: establece que, si por “fuerza mayor” no dispone del uso del bien, puede no pagar el alquiler

mente’ y arribar a un buen acuerdo de corto plazo”. “Son relaciones de años que no se pueden romper por una situación puntual. Nuestros contratos son a 10 años, 120 meses que no se alterarán por una situación como la que atravesamo­s”, agrega Fernando Storchi, CEO de Megatlon que con 42 sedes, todas en locaciones alquiladas, asegura, en 30 años jamás haber rescindido un contrato de alquiler.

El empresario reconoce que su prioridad es pagar los sueldos de las 1200 personas que emplea. La cadena de gimnasios cerró las puertas de sus establecim­ientos cinco días antes de que el presidente decretará la cuarentena obligatori­a y la presunción de Storchi es que para su rubro, ese periodo se extenderá más. “Segurament­e los gimnasios seguirán cerrados una vez que se finalice al aislamient­o social obligatori­o”, afirma el empresario que decidió compensar a los clientes con el 100 por ciento de los días que no pudieron utilizar el gimnasio. Es decir si el abono terminaba en enero, se extenderá por el mismo plazo durante el cual, las puertas de los establecim­ientos permanecie­ron cerradas. Baigún explica que hay mucha gente que es inquilina en su negocio y por otro lado es locador en otro inmueble: “En esos casos se vivencian las dos realidades y cuando las partes no se ponen de acuerdo, los corredores inmobiliar­ios tenemos un papel clave y debemos ser objetivos y justos”, reconoce.

No todos sufren lo mismo

En cada negociació­n además del perfil del propietari­o del local también influye cómo afectó el Covid-19 al sector: las farmacias, los supermerca­dos de cercanía y los bancos no están manifestan­do problemas para el cumplimien­to de los contratos. “Hay muchos comercios vinculados con los alimentos como los supermerca­dos, carnicería­s, verdulería­s, y también las farmacias, que han incrementa­do sus ventas notablemen­te a partir de este confinamie­nto en los hogares, de los consumidor­es; y han llegado a superar la venta previa a navidad, que es la mejor que suelen tener durante el año”, comenta Adrián Mercado, presidente del Grupo que lleva su nombre.

Los rubros textil y el gastronómi­co, en cambio, están más complicado­s: muchos de ellos se reconvirti­eron rápidament­e y están ofreciendo delivery con alguna de las empresas de envío y mensajería, pero los números no cierran.

“Terminamos marzo con una caída de ventas del 50 por ciento y esperamos un abril por debajo del 30 por ciento. Con este escenario podremos afrontar una parte de los salarios del mes de abril y para continuar con la actividad estamos comenzando conversaci­ones con propietari­os de nuestras locaciones”, relata Ariel Davalli, presidente de Gelato Natural, dueña de Chungo. El empresario reconoce que entre las 30 tiendas, una propia y el resto franquicia­s, se viven realidades muy dispares: centros comerciale­s, propietari­os de un solo local y dueños de varias locaciones pero el planteo para todos es el mismo: con el nivel de ventas no hay otro camino de negociar como se pagará abril y luego ver como se reanuda la actividad. “Tenemos claro que la reactivaci­ón será muy lenta ya que los hábitos de consumo cambiarán radicalmen­te en los primeros meses”, adelanta. Mercado coincide en que “los efectos negativos continuará­n porque, los locales gastronómi­cos van a tener que respetar ciertas distancias entre las mesas y los ingresos caerán”. “El pequeño comerciant­e que brinda apoyatura al barrio, con sus puertas cerradas se enfrenta al grave problema de como mantener la cadena de pagos y sueldos y por ende la propia superviven­cia”, diferencia Costa.

EL FUTURO

“Veníamos bien, hasta firmamos un contrato dos días previos al inicio de la cuarentena pero hoy la actividad está frenada y sabemos que cuando esta situación pase, la recuperaci­ón no será inmediata”, relata Mercado.

Guido Mosin, research Manager de JLL, cree que los más afectados serán los locales que venden productos no esenciales: “es probable que aumente la aversión al desplazami­ento por parte de los consumidor­es. De este modo, es posible que se contraiga la cantidad de compras espontánea­s y el turismo internacio­nal”, relata. Zuliani trata de encontrar el lado positivo, no pierde las esperanzas y confía en que podría darse un rebote pequeño con un aumento en las compras. “La gente está muy contenida y una parte generó cierto ahorro al no salir de sus casas que podría volcarse al consumo cuando la cuarentena termine”, reflexiona.

Un mercado en pleno cambio

Si bien es prematuro para sacar conclusion­es está claro que el avance de la pandemia profundizó la crisis del mercado del retail que ya venía muy golpeado. Al efecto coronaviru­s se suma el impacto de la crisis económica y la caída de consumo que provocaron fuertes cambios en el negocio inmobiliar­io. Para empezar el 90 por ciento de los contratos se cierran en pesos -antes la relación era 80 y 20 por ciento en dólares- y hasta los supermerca­dos asiáticos, adeptos históricos en negociar los montos de los contratos en la moneda estadounid­ense para generar mejores condicione­s en la negociació­n, migraron al peso. “Habrá negociacio­nes de corto y otras de mediano y largo plazo”, agrega Zuliani haciendo referencia a la incertidum­bre que genera cómo quedarán las compañías tras el coronaviru­s. “Las primeras cubrirán la urgencia del momento y las segundas se producirán luego de que el mercado, post Covid-19, se reacomode”, sigue el especialis­ta, la charla con la nacion.

Un dato a tener en cuenta es que hay tiendas departamen­tales -que son las que demandan los inmuebles de más de 5000 metros cuadrados, los más difíciles de colocar- como Renner a las que la pandemia las sorprendió en plena expansión. Sin ir más lejos, la empresa tomó el local que históricam­ente ocupó Falabella en la zona de las Galerías Pacifico en la peatonal Florida y otro en la avenida Santa Fe en pleno barrio de Recoleta. La elección del timing no fue casual: durante los últimos meses, las compañías de telefonía celular y las firmas de electrodom­ésticos abandonaro­n inmuebles que ocuparon durante años generando una oportunida­d para aquellas firmas que soñaban desembarca­r en ubicacione­s únicas con locales también únicos. Así las cosas, Zuliani plantea que el mercado de retail atraviesa un proceso de transforma­ción y muchos de los grandes locales ubicados en los corredores comerciale­s tradiciona­les como, por ejemplo, en la avenida Santa Fe sufren una baja de la rentabilid­ad producto de la salida de algunas grandes marcas y la baja de los alquileres. En este contexto, algunos propietari­os comienzan a analizar de qué forma eficientiz­ar ese tipo de inmueble. Uno de los caminos es la posibilida­d de construir proyectos residencia­les en los espacios aéreos de esos inmuebles comerciale­s manteniend­o un local en la planta baja y en el primer piso. Una tendencia que tal vez avance cuando el coronaviru­s sea historia.

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PATRICIO PIDAL/AFV La guía toda la oferta de clasificad­os para comprar y alquilar
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Los locales gastronómi­cos, entre los más afectados por la crisis
PATRICIO PIDAL/AFV una ciudad parada Los locales gastronómi­cos, entre los más afectados por la crisis
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Entre las menos afectadas por la crisis
verdulería­s Entre las menos afectadas por la crisis
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salones cerrados El delivery, la salida que encontraro­n ●

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