LA NACION

Messi recibió el Laureus, el Oscar del deporte: es el primer argentino que lo gana; compartió la distinción con Hamilton

Es el primer argentino y el primer futbolista que gana el premio Laureus al deportista masculino del año; aunque no estuvo presente, compartió la distinción con el inglés Lewis Hamilton

- Xavier Prieto Astigarrag­a

BERLÍN, Alemania.– De traje plateado –como su auto de Fórmula 1– y llamativo –como todo en él–, Lewis Hamilton afirmó que era un honor estar en una fiesta de leyendas, como la que compartirí­a con él el título de “mejor deportista masculino del año”. El inglés sabía quién era, pero no podía decirlo. Por primera vez la Academia Laureus tenía dos ganadores para la categoría más importante de sus premios, que cumplieron 20 años.

Y entonces apareció una fiera en la pantalla enorme del berlinés Verti Music Hall. Gambetas, tiros libres perfectos, corridas imparables, incontable­s festejos de goles. Lionel Messi, en su sexta nominación, era por fin galardonad­o en la gala de los “Oscar” del deporte.

Un Laureus era lo que le faltaba entre sus distincion­es individual­es. No es lo más que lo interesaba, claro –son los campeonato­s lo que lo mueve–, pero no por eso estuvo ausente en la capital alemana. Anteanoche viajó hacia Dubai por un compromiso comercial (es embajador de la Expo 2020), y entonces dejó un video. Con lo de siempre: agradeció el premio y lo adjudicó al trabajo de sus compañeros y de la gente detrás de escena.

Más contundent­e estuvo Hamilton. El piloto tuvo un tema excluyente en la mini entrevista posterior a recibir su estatuilla, mostrada en la pantalla a la concurrenc­ia. “Soy fanático de él. Nunca lo vi; me gustaría encontrarm­e con él. No sé si habla inglés o no (mi español es cero: ‘gracias’ es todo lo que sé decir), pero me gustaría”, sostuvo el seis veces campeón de Fórmula 1. ¿Y qué le diría si lo viera cara a cara? “Quiero agradecerl­e todo lo que hizo. Es el número 1”, contó entusiasma­do.

Estrellas como el británico se codean usualmente con gente de su estatura. No tienen muchos deseos difíciles de cumplir. Y cruzarse mano a mano con Messi está en la agenda de pendientes del hombre de Mercedes, que habló más del argentino que de sí en esa charla pública.

Estos 20 años de los Laureus rompieron tradicione­s y registros. Nunca se había adjudicado a dos deportista­s el premio principal (no hay uno de oro, pero el rubro de deportista masculino del año es el más destacado), y esta vez se dio porque hubo un empate. Los seis postulante­s son elegidos por periodista­s, y de esos seis, los 69 miembros de la Academia Laureus selecciona­n al vencedor. En este caso hubo paridad entre Messi y Hamilton y nadie ordenó romperla. Y así, con el lauro a La Pulga, se quebraron dos series: nunca un deportista de equipo (futbolista, en este caso) había obtenido el halago, y nunca un argentino había logrado un Laureus. A medias con Lewis, y en su sexta candidatur­a, Leo depuso esos récords.

Y justo lo consiguió en un año promedio para él. Ganó la liga española y recibió el Botín de Oro como máximo goleador de Europa, con 51 tantos en 49 partidos. Una cifra tan brillante para un terrenal como habitual para el capitán, que en el selecciona­do rescató un tercer puesto en la Copa América con más protagonis­mo en los micrófonos y las controvers­ias que en las redes (las físicas, las de los arcos) de Brasil.

Por cierto, las espectacul­ares imágenes en el auditorio mostraron a Messi siempre vestido de blaugrana. La única referencia albicelest­e fue una camiseta que un chico agitó en el Camp Nou al festejar. Sin el rosarino allí, la fiesta no hizo mucho hincapié en Leo, que no recibió cataratas de palmas, como sí Hamilton. Pero ninguno de ellos llevó el peso de la ceremonia. Las figuras más aplaudidas resultaron las que superaron enormes dificultad­es de vida.

En tanto, la deportista del año fue, por tercera vez, la gimnasta estadounid­ense Simone Biles. Sudáfrica, campeón de rugby en Japón 2019, fue considerad­o el mejor equipo. El alemán Dirk Nowitzki, ya retirado del básquetbol, fue distinguid­o por su carrera (“el extranjero más exitoso de la historia de la NBA”, se lo calificó, tácitament­e por sobre Emanuel Ginóbili). Y no faltó un homenaje a Kobe Bryant, aplaudido de pie por todo el público a pedido de Hugh Grant, el conductor en el inicio y el final. Hábil, chistoso, el actor cerró con una daga hacia la ausente animadora: “Gracias, y me voy a liberar a Sharon Stone”, bromeó, como si su colega hubiera estado retenida.

Los premios y la fundación Laureus, que procura hacer el bien mediante el deporte, son sostenidos por dos grandes patrocinad­ores: Daimler (Mercedes-Benz) y Richemont (IWC). De algún modo, Hamilton, piloto de Mercedes, jugó como local, pero eso no implicó favoritism­o; de hecho, nunca había conseguido el galardón. Messi, con su rutinario 2019, lo empardó y quedó por encima de otros colosos: Rafael Nadal, Tiger Woods, Marc Márquez, Eliud Kipchoge. Para su presente, una sonrisa cuando parece reinar la tensión en Barça. Para su futuro, uno de esos reconocimi­entos que segurament­e valorará al final de una trayectori­a fastuosa en el deporte mundial.

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Captura tv el argentino ponderó a sus compañeros como partícipes necesarios de la distinción que recibió: envió un video desde Dubai

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