Elogios y promesas entre Áñez y los militares bolivianos
La presidenta destacó el rol del Ejército en la “pacificación del país”
LA PAZ.– El gobierno interino de Bolivia y los mandos militares, dos de las principales fuerzas que precipitaron la renuncia de Evo Morales, intercambiaron ayer elogios y promesas en un acto de reconocimiento mutuo tras los polémicos comicios del 20 de octubre y la crisis que sobrevino desde entonces.
Mientras se mantienen algunos bloqueos y focos de resistencia, la presidenta provisional, Jeanine Áñez, alabó la gestión de las Fuerzas Armadas el mismo día que reanudó también los vínculos con Estados Unidos, con el que retomó las relaciones diplomáticas después de 11 años de ruptura y distanciamiento entre Washington y La Paz.
Áñez condecoró a varios altos mandos militares en medio de las objeciones a las fuerzas de seguridad por su desempeños en las protestas, sobre todo la feroz represión a las caravanas, marchas y bloqueos de los partidarios del exmandatario, ahora exiliado en México.
“El gobierno constitucional que presido quiere expresar el agradecimiento a las Fuerzas Armadas, porque en uno de los momentos de mayor tensión en el país no dudaron en salir, y con su presencia contribuyeron en el proceso de pacificación de Bolivia”, dijo la exsenadora Áñez. “Vamos a tomar las determinaciones necesarias para que las Fuerzas Armadas de Bolivia mejoren sus capacidades en todos los niveles”, prometió, al anunciar mejoras para los uniformados.
En esa misma ceremonia, presidida por el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Carlos Orellana, los mandos militares devolvieron cumplidos y la reconocieron como presidenta constitucional. También le concedieron el grado de capitana general y la orden del Gran Mérito Militar.
Además de los excesos en la represión, el papel de los militares fue objeto de críticas después de que la cúpula le sugirió a Evo que renunciara ante el informe de las irregularidades de los comicios por parte de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Por otro lado, Walter Serrante fue posesionado anteanoche como nuevo embajador de Bolivia ante Estado Unidos, lo que en la práctica significó la reanudación de las relaciones diplomáticas después de 11 años. Bolivia y Estados Unidos rompieron relaciones en 2008, cuando Evo expulsó al entonces embajador Philip Golberg, acusado de injerencia en asuntos internos.