Mauricio Dayub. “La TV me permitió hacer el teatro que me gusta”
Uno de los actores más respetados de la escena teatral sigue presentando El equilibrista, la obra con la que acaba de obtener el ACE de oro
Es uno de los mejores actores de su generación. oriundo de Entre ríos, y formado en la escuela interpretativa del gran carlos Gandolfo, trabajó mucho en cine y televisión, pero sin dudas su espacio de mayor desarrollo y reconocimiento ha sido y es el teatro. Si bien en 1994 se alzó con el premio ace a la revelación por sus labores en Compañero del alma y A lo loco, el espaldarazo le llegaría en 1997 con El amateur, una obra de su autoría, que se mantuvo por varias temporadas. Después, en 2011, conoció las mieles del éxito popular al integrar el elenco de Toc Toc, la comedia con tintes psicoanalíticos que se mantuvo por nueve años en la calle corrientes. Hoy, finalmente, Mauricio Dayub es protagonista de un fenómeno peculiar: El equilibrista, el unipersonal que ideó sobre la base de su propia historia familiar, la de su abuelo italiano, que le inculcó la frase que le cambiaría su vida: “El mundo es de los que se animan a perder el equilibrio”, y la de su abuetexto la, que tantas lágrimas provoca hacia el final entre los espectadores. Luego de agotar durante meses sus tres funciones semanales en su propia sala, la del chacarerean Teatre, el viernes arribará a El Nacional para festejar con todo (mapping con imágenes de Milo Locket incluido) la 100ª función (con un bis ya programado, por localidades agotadas, para el 22). por este espectáculo, que ya se vislumbra de larga vida (en el verano tendrá tanto funciones en Buenos aires como en Mar del plata), ganó el ace de oro.
El año próximo lo verá pletórico de trabajo y estrenos (será protagonista de un film de Netflix, El cuaderno de Nippur, junto a Valeria Bertuccelli y Esteban Lamothe; interpretará al papá de claudia Maradona en Sueño bendito, la serie sobre Maradona para amazon, y dirigirá a adrián Suar y Diego peretti en la comedia teatral Inmaduros), Mauricio no puede más que agradecer: “Hoy no puedo más de felicidad, me explota el corazón”.